Por Dánae Rivadeneyra
Un informe periodístico coordinado por The Bureau of Investigative Journalism en Londres y Ojo Público en Perú revela que Pfizer abusó de su poder de negociación para vender su vacuna a los países sudamericanos, bajo exigencias extremas. A Argentina y Brasil les pidió que pusieran sus embajadas, bases militares y otros activos soberanos del país como garantía ante una eventual demanda por efectos adversos de la vacuna. Conversamos con los periodistas Nelly Luna e Iván Ruiz, autores del reportaje.
La pandemia de la COVID-19 ha representado un terreno fértil para compañías vinculadas al sector de la salud. Solo en el caso de Estados Unidos, hasta setiembre de 2020, 15 laboratorios generaron 121 mil 224 millones de dólares en valor de mercado. Las que generaron más ganancias fueron Novavax y Moderna, según reportes de prensa, lograron ganancias de $17,678 millones de capitalización para Moderna y $2,229.33 millones para Novavax. La alemana BioNTech incrementó el valor de sus acciones en 88,40%. La británica AstraZeneca tampoco se ha quedado fuera y logró subir un 19,18% en la bolsa de Londres.
En ese contexto, la fabricación, venta y distribución de vacunas se abre como una posibilidad de aumentar estas ganancias sobre todo teniendo en cuenta la opacidad con la que las farmacéuticas protegen sus contratos y obligan a los gobiernos de turno a acceder a estas cláusulas de confidencialidad. En el caso europeo, tras el reclamo de los eurodiputados, la Comisión Europea dio acceso público a uno de los contratos de adquisición de vacunas contra la Covid: el de la biofarmacéutica alemana CureVac.
Sin embargo, si desde la Unión Europea se consiguió que una farmacéutica cediera, otro escenario es el que se vive en Sudamérica donde la no divulgación del contrato es una de las principales cláusulas impuestas a esos países.
Sudamérica: Pfizer tuvo estrategias diferenciadas de venta para cada país
Esta semana, The Bureau of Investigative Journalism en Londres y Ojo Público desde Perú publicaron un informe donde dan cuenta de las prácticas de Pfizer para vender sus vacunas a Sudamérica. Esta información se puedo tener, en parte, gracias a que Argentina y Brasil no aceptaron "perder la soberanía" ante la compañía americana. Iván Ruiz, periodista argentino y autor del informe resume el pedido de la farmacéutica
Iván Ruiz, periodista argentino y uno de los autores del informe:
“Pfizer quiere asegurarse, ponerse un escudo, a través de una ley que permita que el Estado se haga cargo ante posibles demandas económicas por problemas con la vacuna.”
Las negociaciones con Pfizer, la primera compañía en conseguir la aprobación de la vacuna contra la COVID-19, empezaron a mediados del año pasado y pese a la voluntad del gobierno argentino, a inicios de este año, el entonces ministro de salud, Ginés González anunció que la desilusión hacia Pfizer era total:
En octubre de 2020, cuando Argentina contaba ya más de 37 mil muertos por el nuevo coronavirus, se aprobó una ley que declaraba a las vacunas contra la covid-19 de interés público, con el objetivo de facilitar legalmente las negociaciones con las farmacéuticas. Pese a la voluntad del país, las conversaciones con Pfizer no avanzaban. El periodista argentino Iván Ruiz explica la primera de estas exigencias:
Iván Ruiz, periodista argentino y uno de los autores del informe:
“Lo que Pfizer quería era que se quitara una parte de la ley que hablaba de la negligencia de las empresas farmacéuticas, es decir, lo que el Estado argentino le decía es ‘vamos a cubrir parte de los errores que pueda tener la vacuna en efectos adversos, pero no vamos a cubrir los efectos en los posibles errores de manufactura’. Por ejemplo, si una vacuna pierde la cadena de frío mientras Pfizer la traslada; Argentina no puede hacerse cargo así.”
Además, explica Ruiz, a medida que avanzaban las negociaciones, la posición de Pfizer se volvía más agresiva pues no sólo exigía que el Estado le cubra las espaldas sino que llegó a solicitar los activos soberanos del Estado:
Iván Ruiz, periodista argentino y uno de los autores del informe:
“La última cláusula que ellos ponen es que la Argentina ponga sus bienes soberanos como garantía. ¿Qué son bienes soberanos? Son bienes que son intangibles, como por ejemplo la reserva del Banco Central de la República Argentina o las embajadas que tiene la Argentina con propiedad en el exterior, como un último requisito para que el gobierno argentino pueda responder con esos bienes en el caso de que las demandas sean multitudinarias y millonarias. Fue justamente lo que Argentina declinó casi de manera inmediata y por eso se terminó de frustrar la negociación.”
La petición de los activos soberanos públicos fue el límite de Argentina y también de Brasil. Se frustraron las negociaciones con ambos países, mientras que otras como en el caso del Perú, siguieron su curso.
Perú: Pfizer podría haber pedido en garantía los sitios arqueológicos
Para setiembre de 2020, Perú ya había firmado un preacuerdo por diez millones de vacunas con Pfizer. El acuerdo se confirmó en diciembre pasado, a través de un decreto supremo donde Perú, uno de los países más golpeados por la pandemia —con 45 mil muertos oficiales— renunciaba a su inmunidad soberana, en otras palabras, Perú aceptaba asumir totalmente cualquier reclamo o demanda por los posibles efectos adversos de la vacuna.
Además, en caso de controversia en la decisión final, Perú acepta que un tribunal internacional en Nueva York, sede de Pfizer resuelva el asunto.
Nelly Luna periodista de Ojo Público y autora también del informe, explica las concesiones que hizo Perú:
“Lo que nos llama la atención es que no solamente se emite un decreto supremo renunciando a la inmunidad soberana sino que además se ha incluido cláusulas en las que Perú va a asumir las indemnizaciones, en caso que alguna persona presente efectos adversos o, incluso, asume los posibles retrasos si Pfizer no cumple con los plazos estipulados para las entregas. Pfizer abusa de su poder de negociación porque son los que tienen las vacunas para exigir a los Estados que asuman absolutamente todos los costos.”
Actualmente se desconoce cuáles fueron las condiciones exactas que Pfizer le solicitó al país para venderle sus vacunas. En una de sus cláusulas, la farmacéutica pone como condición que ninguno de los gobiernos pueda transparentar los contratos, lo que hace imposible conocer los términos exactos del acuerdo a pesar de que estos han sido financiado con dinero público.
Nelly Luna, periodista de Ojo Público y autora del informe periodístico:
“Todas las vacunas, en algún momento, en porcentajes menores, pueden presentar efectos adversos. Si en algún momento se plantea una demanda, esta puede ser millonaria. La pregunta que nos hacemos es ‘¿Qué es lo que ha cedido el gobierno peruano al momento de firmar el contrato con Pfizer?’ Si ya en todos los países se estaba incluyendo activos soberanos públicos, incluso como pasa en Brasil, embajadas y bases militares; en el Perú, en algún momento se ha mencionado, es también parte de la riqueza arqueológica que hay.”
Otra de las zonas oscuras del contrato entre Perú y Pfizer tiene que ver con la cantidad de vacunas compradas. En agosto de 2020, se anunció un preacuerdo por 10 millones de dosis, en febrero de este año se confirmó una compra por el doble de dosis. Nelly Luna explica que no se sabe si este pedido responde a una demanda real del gobierno peruano o si se trata, por el contrario, de una de las condiciones de Pfizer.
Nelly Luna, periodista de Ojo Público y autora del informe periodístico:
“Pfizer tuvo una estrategia comercial diferenciada, en el sentido de a quién le conviene vender más y a quién le conviene vender más, no compartir información sobre los precios de sus vacunas. No sabemos a cuánto están vendiendo sus vacunas en Colombia, en Chile, en Perú, a cuánto se las ofrecieron en Argentina y en Brasil.”
El interés de Pfizer era vender vacunas a los poderosos, no a Sudamérica
Desde Argentina, la percepción es que las exigencias de Pfizer respondían, en realidad, a una estrategia de negocios de la farmacéutica, orientada a asegurar la venta de sus vacunas a los países poderosos y no a los países sudamericanos.
Iván Ruiz, periodista argentino y uno de los autores del informe:
“Lo que creen en el gobierno argentino es que desde la casa central de Pfizer no hubo voluntad de venderle la vacuna, no solo a Argentina sino a otros países latinoamericanos, por una cuestión de política de la sede central, de la empresa. Hubo prioridad para países con mayor capacidad adquisitiva, países desarrollados, en detrimento de países latinoamericanos. Por ese motivo, ellos sienten que en lugar de ceder con algunos requisitos, justamente los elevaron para que las relaciones y las negociaciones se frustren.”
Desde Perú, se comparte la misma percepción. El interés del laboratorio era mucho menor pues el mercado de poco más de 30 millones de peruanos no resultaba del todo atractivo. Nelly Luna:
Nelly Luna, periodista de Ojo Público y autora del informe periodístico:
“Las fuentes que conocen de la negociación nos han dicho que no sintieron esa presión de Pfizer para vender pronto las vacunas como sí ocurrió en Brasil y en Argentina, que, desde mi punto de vista, son mercados gigantes y, obviamente, si había que comprar vacunas, las iban a comprar por millones. Tal vez por eso no hubo tanta agresividad al momento de querer vender. Pero lo que sí hubo son exigencias, por eso las autoridades a nivel de Cancillería o el Ministerio de Salud les costaba mucho seguir avanzando, a tal punto que se tuvo que contratar a un estudio jurídico en Estados Unidos, que los asesore de cómo hacer cosas que las cláusulas pedían y que no se podían hacer porque no todo dependía del Ejecutivo. Había muchas otras cosas que también dependían del Congreso.”
Pfizer tiene acuerdos de suministro con nueve países de América Latina y el Caribe: Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, México, Panamá, Perú y Uruguay. Los términos de estos contratos se desconocen y permanecerán así durante los próximos cinco años, cuando recién se pueda saber realmente cuánto entregó y hasta dónde cedió cada uno de estos gobiernos.
La pandemia ha sido un terreno fértil para laboratorios y farmacéuticas, hasta setiembre de 2020 Pfizer y la alemana Merck lograron 20 mil millones de dólares de ganancias, sin duda 2021 también será un año de cifras positivas para el laboratorio norteamericano.
Radio Francia Internacional, 26-02-2021
https://www.rfi.fr/es/programas/vida-en-el-planeta/20210226-pfizer-exige-condiciones-abusivas-a-países-sudamericanos-para-vender-vacunas
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