Miles de ciudadanos marcharon contra las maniobras de la mafia fujimorista, que no acepta su derrota y se ha dedicado a petardear la democracia atacando a instituciones con argumentos sin legalidad y hasta con difamaciones, para dilatar la proclamación del virtual presidente Pedro Castillo.
Organismos internacionales observadores de Europa, la OEA, así como la peruana Transparencia, entre otros, constataron que las elecciones se realizaron sin fraude, pero la desesperación de la “señora K”, como conocen en el hampa judicial a Keiko Fujimori, cabecilla de una terrible organización criminal, según la Fiscalía, la lleva a derrochar todavía más dinero contratando ejércitos de abogados, portátiles dotadas con buses, carteles preparados, y según declaran diversos ciudadanos, la gente es reclutada para marchar previo pago en diversos asentamientos humanos.
Sin recurrir a esos engaños ni ese millonario derroche, la ciudadanía del interior del país se sumó a indignados limeños que rechazan la arremetida contra la democracia del fujimorismo que busca recapturar el poder.
La cantidad de gente no pudo ser enfocada en un solo punto en su totalidad, eran calles ocupadas por ronderos, representantes de comunidades campesinas, colectivos, sindicatos, gremios, estudiantes, el colectivo de mujeres víctimas de esterilizaciones forzadas por parte del fujimorismo, simpatizantes de Perú Libre y defensores de la democracia de todo color, en quienes se advirtió carteles originales, no los hechos a granel como los de las portátiles fujimoristas.
Foto de buses con gente reclutada para las marchas fujimoristas difundida por las redes sociales
En contraste, la marcha fujimorista, pese a las portátiles, estuvo raleada, con mucho ruido desde potentes altoparlantes, gritos.
Carteles mandados a hacer por el fujimorismo, para ser entregados a sus portátiles, en foto captada este mes difundida por las redes sociales.
En cambio, la naturalidad se dio paso en los veraderos demócratas de Perú Libre, con bailes y bandas de diversos puntos del país.
La Policía desplegó miles de efectivos para evitar que un posible encuentro de gente de Perú Libre y el fujimorismo pueda dar lugar a desmanes.
Todo transcurrió de forma pacífica, sin ningún inicidente ni conato fuera de la ley. De igual manera, marchas similares se realizaron en diversas ciudades del país.
