Bellido busca defender a ministros denunciados

Ayer el presidente del Consejo de Ministros Guido Bellido por poco lloriquea presentándose como víctima por el desacertado manejo de las intervenciones en quechua por parte de la presidente del Congreso María del Carmen Alva. Lo cierto es que bajo su disfraz de víctima ahora busca arremeter contra el Congreso en defensa de sus ministros pestíferos.

 

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Presidente del Consejo de Ministros, Gruñido Balido.

 

Si tanto defiende a lo serrano, si Bellido quería colocarlos de ministros debió escoger gente decente, sin antecedentes cuestionables ni investigaciones pendientes con la justicia, pero ha escogido a lo peor, bribones como el ministro de Transportes sancionado por conducir combi pirata, quien además carece de experiencia y especialización en el sector, además de ser un presunto pega-mujeres, según las denuncias policiales. Su único mérito es ser chotano y maestro conocido del mandatario Pedro Castillo.

Tenemos también el ministro de Trabajo, señalado en atestados policiales sobre atentados terroristas, además de “robo con crueldad”.

Ser serrano no es sinónimo de ser bribón, hay muchos serranos justos y honestos, pero con su actitud, siendo el propio Bellido un investigado que se entornilla en un cargo, está representando a los peruanos escoria de la sierra, no a los serranos con valores. Dijo que representa a los quechuahablantes, pero el lloroncito Bellido sólo representa al bajo porcentaje de bribones serranos, no se puede decir que represente a los serranos ni quechuahablantes, pues está dando muestras de gran desvergüenza.

Otros

La ministra de la Mujer Anahí Durand firmó en 2008 una carta a favor del terrorista del MRTA Víctor Polay.

El ministro de Educación, pese a ser destacado en su profesión, tiene denuncia de violencia familiar, que debería aclarar porque pegar a una mujer en pleno siglo XXI es inaceptable.

Son los más cuestionados, además de otros que no tienen experiencia en el cargo.


Los cuestionamientos contra el ministro de Defensa indican que fue dado de baja por la PNP por inconducta en un presunto favorecimiento a un delincuente, hecho que él niega porque esa acción no tenía nada que ver con su cargo, y asegura que legalmente logró su reposición y después renunció. Eso debería aclararlo bien.

En cuanto al ministro del Interior, el cuestionamiento es mucho más simple, porque se trata de un trámite burocrático de renuncia a su cargo en la Fiscalía que no lo habría hecho a tiempo para asumir el cargo de ministro. Aunque sea cierto, es un asunto menor, además no incurriría en doble cobro de remuneración del Estado porque se encontraba de licencia sin goce de haber en la Fiscalía. Es decir, en el peor de los casos, de comprobarse que hubo un mal trámite, eso es todo, no tiene implicancias mayores.

Los ministros con investigaciones abiertas deberían renunciar, pero no tienen esa decencia, se aferran al cargo y ahora envalentonados con la defensa de Bellido, quien también tiene investigaciones abiertas.


En estas circunstancias, las promesas de lucha contra la corrupción serán solo una burla porque para esa lucha hay que tener autoridad moral y personas con investigaciones abiertas no la tienen, pues precisamente se aferran a un cargo pese a ser sospechosos.

Bellido amenaza con cuestiones de confianza para defender a sus ministros hediondos

“Esto no es un juego. Nosotros no tenemos previsto cambiar a alguien en el gabinete, y si ahora en el Congreso van a querer sacar a un ministro, haremos cuestión de confianza”, dijo Bellido.

Ante esta desvergüenza, urge que el Congreso promulgue la ley que impida acceder a un cargo público a personas con investigaciones pendientes, además de sentenciados, pero deben extender esta prohibición a los candidatos a cargos de elección popular. Eso no es política, es amenaza matonesca, gruñidos y balidos.