La ignorancia de la municipalidad del Cusco, a cargo de la organización de la representación del Inti Raimi, es expuesta un vez más, como en años anteriores.
No se dan la molestia de consultar con la facultad de Historia de la Universidad San Antonio Abad, o la de San Marcos y continúan con su ridículo espectáculo, en especial representando al inca.
Ministerio de Cultura
¿Para que mantenemos parásitos en el ministerio de Cultura, sección Cusco, que poco les interesa esta estafa a los turistas, que pagan para ver un espectáculo lo más parecido a lo que fue la realidad? Además, la entrada no es barata, son 100 dólares por persona.
Hubo varias fallas, como presentar a un músico crespo, cuando toda la población nativa tiene cabello lacio.
Pero peor es la figura del inca, por ser central. Los nobles del incanato tenían cabello corto (como señalamos en los artículos relacionados abajo), pero esta representación lo muestra con cabello largo y los demás con cabello corto, es decir, al revés.
Pachacutec en el Coricancha, Martín Murúa. El dibujo concuerda con la Historia, el inca y los nobles varones llevaban cabello corto.
Además, el inca era un guerrero, pero los cusqueños han escogido a un profesor que mirado de lejos parece una señora con sobrepeso o una foca y de cerca se ve sus brazos flácidos y papada, nada más lejos de un guerrero.
El inca en el Inti Raimi, Guamán Poma de Ayala.
La persona que interpretó el papel de inca debió ser mejor escogida, por lo menos atlética y presentar una cara de solemnidad para el momento. El rostro cachetón de esta persona parecía varias veces asustado y triste, un semblante que nada tiene que hacer con la expresión que podemos imaginar de los príncipes incas.
Como dirían algunos, la cara de asustado o triste lo hace ver más perdido que cuy en tómbola.
Para tener idea de la personalidad de los príncipes incas, forjada en una educación exclusiva, recordemos por ejemplo el episodio histórico de Atahualpa, a quien el español de Soto pretendió asustar haciendo cabriolas y piruetas con su caballo ponedor, el cual hizo parecer arremeter contra el inca y paró tan cerca que su soplido levantó la borla de la frente del monarca, el cual permaneció impasible y desafiante, pero el equino hizo asustar y retroceder a parte de su séquito, que en medio de empujones cayó al suelo. Enfurecido Atahualpa, mandó decapitar a los guerreros que se asustaron y retrocedieron en lugar de ponerse en guardia.
¿Un inca o una señora gorda?
Esperemos que la municipalidad del Cusco corrija estos defectos. Hay un fondo para los participantes de la organización de esta fiesta, por tanto deben realizar un trabajo más esmerado.
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