Tras eludir la primera citación hoy la fiscal de la Nación Patricia Benavides acudió al Congreso a presentarse ante Comisión de Fiscalización, donde lejos de reconocer su desenfrenado proceder que está destruyendo la institucionalidad de la Fiscalía, negó ser cabecilla de una organización criminal dentro de dicha entidad, hecho por el cual se le investiga.
Patricia Benavides junto con el inefable Jorge del Castillo
Acompañada por su abogado, el aprista Jorge del Castillo, además de rechazar la presunta existencia y el liderazgo de una organización criminal dentro del Ministerio Público, lanzó furibunda sus dardos contra la fiscal Marita Barreto, quien estuvo a cargo de la investigación a Benavides y fue retirada de ese cargo por ésta.
Benavides tildó de “calumniosa imputación” y de una “venganza política” del Gobierno su presunta vinculación con una organización criminal, la cual operaría en la Fiscalía de la Nación, y que ha sido denominada como el caso: “La fiscal y su cúpula de poder-operación Valkiria”.
“Quiero ser enfática en aclarar que no existe una organización criminal, ni lidero una organización criminal. Por el contrario, he luchado contra el uso político de la función fiscal”, dijo.
Presentándose como una salvadora, dijo que “cuando trascendió que presentaría una denuncia constitucional que involucraría al actual presidente del Consejo de Ministros buscan mi salida de la Fiscalía de la Nación. Entonces, no solo hay una venganza política, sino un fin político inmediato de sacarme del sistema de justicia”, dijo, cuando resulta evidente que las investigaciones contra la dupla Otárola-Boluarte duermen casi un año en el caso de la masacre de manifestantes que de diciembre 2022 a enero 2023 exigían la salida de Boluarte, cierre del Congreso y nuevas elecciones inmediatas.
En su arremetida contra la fiscal Marita Barreto, la acusó de armar un falso organigrama de una organización criminal con el objetivo de generar un seguro mediático que le permita mantenerse en el Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder, al tomar conocimiento de su inminente cambio.
“Puedo decir que al interior [sic] del Ministerio Público se sabía muy bien que se iba a cambiar a la coordinadora del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder debido a los cuestionamientos derivados del tratamiento procesal de la información para someter a investigados con procesos mediáticos y no jurídicos. La fiscal Barreto sabía que se produciría el cambio y ella solicitó mantenerse hasta el 7 de diciembre indicando que era para conmemorar y ser galardonada con la detención del expresidente Pedro Castillo, pero lo real fue estaba ganando tiempo para presentar un organigrama fabricado, su supuesta organización criminal y lograr un seguro mediático para lograr atornillarse en el cargo de coordinadora”, declaró.
Obsesionada con la fiscal Barreto, la acusó de tener “apetito de poder” y se culpó por “haber confiado en una coordinadora que había sucumbido el apetito del poder”, dijo refiriéndose a Barreto.