El periodismo vuelve a sus raíces
Por Carlos Miguélez Monroy*
Más que dar estadísticas, números y hechos, el periodismo consiste en contar historias, como decía en una entrevista en El País la fundadora de The Huffington Post, un proyecto que representa con éxito las nuevas tendencias del periodismo. Los más de 12 millones de usuarios únicos al mes del periódico digital superan a The New York Times, The Washington Post y USA Today.
Más que dar estadísticas, números y hechos, el periodismo consiste en contar historias, como decía en una entrevista en El País la fundadora de The Huffington Post, un proyecto que representa con éxito las nuevas tendencias del periodismo. Los más de 12 millones de usuarios únicos al mes del periódico digital superan a The New York Times, The Washington Post y USA Today.
Ante el estrechamiento de los espacios públicos y la sensación de que la política es ajena a la ciudadanía, algunos medios han canalizado la necesidad que tienen las personas de participar por medio de espacios para que comenten las noticias que más les interesen. Pueden colgar videos y fotos que obtienen desde sus teléfonos o sus cámaras digitales, contar historias y relatos, e incluso sugerir temas periodísticos de interés. Medios como The Huffington Post han encontrado en la calidad el imperativo para evitar que esta necesidad humana degenere en insultos, en descalificaciones y en comentarios de mal gusto.
Esto exige la presencia de profesionales que moderen comentarios, que provoquen el debate sin descalificaciones, que sigan criterios de honestidad y de buen gusto, que hagan una buena edición y que contrasten sus fuentes. Al utilizar links para enlazar su información con la fuente original, estos medios desmienten acusaciones de que se dedican a plagiar el material de otras personas.
La participación de blogueros que destacan por su especialidad en algún tema o por su reconocida trayectoria ayuda a cimentar la calidad de los medios. Estos comentaristas dotan de prestigio al medio y éste, a su voz, potencia la difusión que tiene el trabajo periodístico de aquéllos.
Para relativizar cuestionamientos sobre la supuesta masificación, la credibilidad y la calidad del “periodismo tradicional”, Arianna Huffington recuerda que “a los medios tradicionales se les escaparon dos grandes historias de nuestro tiempo: la inexistencia de armas de destrucción masiva en Irak y lo que nos llevó a la crisis financiera”.
La versatilidad de los nuevos medios y su compatibilidad con los canales que utilizan cada vez las personas para comunicarse incrementa el potencial de alcance de una noticia. Por medio de un enlace, una persona puede compartir desde Facebook, Tuenti o Twitter una noticia con sus contactos, que a su vez lo harán con los suyos. Cuestión de segundos. De ahí el interés que muestran periodistas de diversos medios de que su noticia sea enlazada a medios que reciben muchas visitas.
Este enorme potencial es proporcional a la responsabilidad que tienen directores y editores de estos nuevos medios de velar por el rigor, la calidad y el buen gusto. Si no, contribuirían a la vulgarización del periodismo y se asemejarían a la prensa del corazón o al periodismo amarillista.
La irrupción de las nuevas tecnologías en el periodismo despierta aún en muchas personas y periodistas una añoranza anticipada por el periódico de papel. Pero muchos se entusiasman ante la posibilidad de contar historias de una manera que rompe con los moldes y las limitaciones del periodismo tradicional, controlado en la actualidad por grandes conglomerados que ofrecen información cada vez menos independiente y menos diversa. Hay días en que se repiten las noticias internacionales de los principales medios de un país. Muchos ya no se pueden permitir mantener corresponsalías ni pagar gastos de “enviados especiales”, por lo que recurren a las mismas noticias de agencias.
A pesar de la proliferación de blogs, video-blogs, foros, redes sociales y páginas de Internet, Ariana Huffington sostiene que los periódicos no desaparecerán, sino que se tendrán que adaptar a la creciente relevancia del periodismo ciudadano.
La financiación de los nuevos medios dependerá del apoyo de fundaciones, de algunos mecenazgos y de la publicidad, como ha sucedido los medios tradicionales. La publicidad dependerá del número de visitas que reciban las páginas web. Esas visitas dependerán de la calidad de la página, de sus posibilidades de difusión, de la eficacia con la que se promueve y difunde para incrementar el tráfico, y con la que se posiciona en los buscadores más utilizados como Google o Yahoo.
El periodismo tendrá que adaptarse a estas circunstancias y moldear su lenguaje a los nuevos espacios. Solo así veremos una auténtica y necesaria vuelta al sentido del periodismo: contar lo que nos sucede a las personas.
* Periodista y Coordinador del CCS
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Esto exige la presencia de profesionales que moderen comentarios, que provoquen el debate sin descalificaciones, que sigan criterios de honestidad y de buen gusto, que hagan una buena edición y que contrasten sus fuentes. Al utilizar links para enlazar su información con la fuente original, estos medios desmienten acusaciones de que se dedican a plagiar el material de otras personas.
La participación de blogueros que destacan por su especialidad en algún tema o por su reconocida trayectoria ayuda a cimentar la calidad de los medios. Estos comentaristas dotan de prestigio al medio y éste, a su voz, potencia la difusión que tiene el trabajo periodístico de aquéllos.
Para relativizar cuestionamientos sobre la supuesta masificación, la credibilidad y la calidad del “periodismo tradicional”, Arianna Huffington recuerda que “a los medios tradicionales se les escaparon dos grandes historias de nuestro tiempo: la inexistencia de armas de destrucción masiva en Irak y lo que nos llevó a la crisis financiera”.
La versatilidad de los nuevos medios y su compatibilidad con los canales que utilizan cada vez las personas para comunicarse incrementa el potencial de alcance de una noticia. Por medio de un enlace, una persona puede compartir desde Facebook, Tuenti o Twitter una noticia con sus contactos, que a su vez lo harán con los suyos. Cuestión de segundos. De ahí el interés que muestran periodistas de diversos medios de que su noticia sea enlazada a medios que reciben muchas visitas.
Este enorme potencial es proporcional a la responsabilidad que tienen directores y editores de estos nuevos medios de velar por el rigor, la calidad y el buen gusto. Si no, contribuirían a la vulgarización del periodismo y se asemejarían a la prensa del corazón o al periodismo amarillista.
La irrupción de las nuevas tecnologías en el periodismo despierta aún en muchas personas y periodistas una añoranza anticipada por el periódico de papel. Pero muchos se entusiasman ante la posibilidad de contar historias de una manera que rompe con los moldes y las limitaciones del periodismo tradicional, controlado en la actualidad por grandes conglomerados que ofrecen información cada vez menos independiente y menos diversa. Hay días en que se repiten las noticias internacionales de los principales medios de un país. Muchos ya no se pueden permitir mantener corresponsalías ni pagar gastos de “enviados especiales”, por lo que recurren a las mismas noticias de agencias.
A pesar de la proliferación de blogs, video-blogs, foros, redes sociales y páginas de Internet, Ariana Huffington sostiene que los periódicos no desaparecerán, sino que se tendrán que adaptar a la creciente relevancia del periodismo ciudadano.
La financiación de los nuevos medios dependerá del apoyo de fundaciones, de algunos mecenazgos y de la publicidad, como ha sucedido los medios tradicionales. La publicidad dependerá del número de visitas que reciban las páginas web. Esas visitas dependerán de la calidad de la página, de sus posibilidades de difusión, de la eficacia con la que se promueve y difunde para incrementar el tráfico, y con la que se posiciona en los buscadores más utilizados como Google o Yahoo.
El periodismo tendrá que adaptarse a estas circunstancias y moldear su lenguaje a los nuevos espacios. Solo así veremos una auténtica y necesaria vuelta al sentido del periodismo: contar lo que nos sucede a las personas.
* Periodista y Coordinador del CCS
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.