Insultan a Jaime De Althaus en la salida de Canal 4
Enfurecidos por su descarado servilismo a la mafia fujimorista, un grupo de personas llegó a la puerta de Canal 4 a insultar a Jaime de Althaus, conductor de un programa que se ha dedicado a una campaña falaz contra Ollanta Humala, candidato presidencial de Gana Perú.
Los enardecidos ciudadanos rodearon el auto del conductor de “La Hora N”, frente a la sede del canal 4 de televisión, cuando éste se retiraba en su auto, al cual le tiraron algunos puñetazos para hacerlo resonar.
De Althaus retrocedió lentamente, sin bajar de su vehículo para emprender la fuga.
Tras el incidente el grupo El Comercio-Lan Chile lo victimizó diciendo que fue agredido, pero lo cierto es que sólo fue insultado.
Así, Rosa María Palacios reclamó por la libertad de opinión. Era lo esperado de los empleaditos de El Comercio-Lan Chiile.
Si bien es cierto que no es correcto que se impida a alguien circular por la vía pública, como hicieron con De Althaus, estaríamos ante la Ley del Talión en la forma de David y Goliat: De Althaus insulta a lo grande cómodamente instalado desde la TV, mientras que las personas se acercan a insultarlo enfadados por su conducta, pero sin tener ningún gran medio, sólo su presencia.
¿Quién es más primitivo, el que insulta con falacias como De Althaus o el que desfoga con insultos en la calle? Tal para cual. Los dos son condenables, pero es la prensa servil la que envilece la participación ciudadana, ambos han caído a un nivel de primitivismo, pues incomprensible adular tanto a una mafia delincuencial.
Los manifestantes le gritaban “asesino, prensa vendida, ladrón, miserable, maldito, etc.”.
En las imágenes de la cámara de seguridad del canal se ve cómo el auto es rodeado y golpeado por los manifestantes.
A través de Facebook, un grupo de personas convocó a una marcha ayer, a la cual denominaron “Marcha por la dignificación de los medios” mientras la movilización “Mujeres dignidad – No a Keiko” se programado por separado. El colectivo “No a Keiko” deslindó cualquier participación en los actos violentos.
