El dulce encanto de denunciar


por Herbert Mujica Rojas


Sé que en pocas horas más, a las 3.30 pm de hoy, para ser más precisos, seré condenado en el 57mo Juzgado Penal por el supuesto delito de difamación agravada contra el gerente general de Lima Airport Partners, LAP, concesionaria del Aeropuerto Jorge Chávez, Jaime Daly Arbulú. Aquél, haciendo gala de imaginación interpuso otra denuncia, coincidentemente por el mismo motivo, en el 9no. Juzgado, pero a cargo de su empresa LAP. Más aún, en ambos casos el abogado Luis Vargas Valdivia del Estudio (¿qué estudian?) Ugaz, pone su firma en las demandas. El asunto estriba en develar el misterio si se impone la barbarie del poder dinerario que quisiera meterme tras los barrotes de cualquier celda o se permite, como manda la ley, el juego de apelaciones y otras instancias superiores y supremas. ¡He allí el intríngulis del prolongado pleito entre una empresa millonaria, con poder para alquilar mercenarios de toda laya y un periodista a quien el dulce encanto de denunciar embarga no pocas de sus horas, desvelos e investigaciones!


En el 2007 publiqué un manual con el título ¡Estafa al Perú! ¡Cómo robarse aeropuertos y vivir sin problemas! El documento tiene algo más de 350 páginas. De ellas, los querellantes extraen tres párrafos en que supuestamente se aplasta el honor o dignidad del susodicho gerente. Ninguna de las denuncias sobre la segunda pista, las cuatro addendas, la mismísima y grave que les coloca su ex-gerente general Casanova San Simón, es contestada o aludida ni de relansina. El propósito para suplir semejante omisión es callar al mensajero con cualquier pretexto para que cese en su prédica cotidiana y no genere inquietudes de ninguna especie. Por ejemplo LAP acaba de inaugurar, según ellos, una nueva etapa del remozamiento del Jorge Chávez y hasta involucraron al presidente Alan García en el tema. Hay fundadas sospechas que el show business alude en realidad a que necesitan justificar el alza de las tarifas en el primer terminal aéreo del Perú. Entonces he allí la madre del cordero.

La pelea, si así se puede llamar a la asimétrica bronca es, por donde se la mire, el enfrentamiento entre un titán, hecho con el dinero de los contribuyentes, ellos no han invertido lo que prometieron y eluden hacer la segunda pista y no dan cuenta detallada de cuánto ganaron con dinero para el cual Perú debió ser aval, y un periodista que habla castellano directo, sin ambages o circunloquios onanistas y les dice lo que piensa. Sólo en Perú la hipocresía constituye comportamiento formal y parte de la tara genética del ADN social que nos columbra como seres medio estúpidos y apocados. Al ladrón llamamos aventurero; al monrero, audaz; al ignorante, adelantado. Y a quienes debían estar en la cárcel purgando sus fechorías, colocamos en pedestales y bustos cuando no ponemos sus nombres a calles, plazas y avenidas en todo el país.

El dulce encanto de denunciar constituye oficio de no poco trabajo pero es al mismo tiempo glorioso. Acaso los resplandores de esas luces apenas si alcancen para enorgullecerse en la cuita personal que carece de vanidad pero que sí reivindica el servicio al país. Parece curioso, aunque urtica feo, que sean muy pocos, demasiado pocos, los hombres y mujeres de prensa, que discurren sobre los temas esenciales del drama peruano. La mayoría vive alquilando sus talentos. Cuando no es un canal, diario o radioemisora que paga sus silencios, con excepciones honorables, las organizaciones de nuevos gángsteres sufragan sus defensas de los derechos humanos a tener camionetas cuatro por cuatro, casas de playa y viajes al por mayor y charlas por todo el mundo. Activísimas las agencias norteamericanas para la contrata de estos mercenarios que hoy viven del dinero de la potencia de que ayer abominaban.

Para quienes han alentado estos humildes esfuerzos, muchas gracias. Un abrazo para todos los que en las horas supremas de prueba, dejaron constancia de sus respaldos simbólicos pero decidores de su margesí inmenso de espiritual solidaridad. Desde hace unos días múltiples medios están informando del acontecimiento que habrá de ocurrir esta tarde en el 57avo Juzgado: ¡o al patíbulo que exigen los mandones o a seguir por los caminos que prevé la ley!

Mañana, si me dejan, continuaré con el dulce encanto de denunciar. Y ya anuncié el 23-11-2008, en El Perro del Hortelano que dirige César Hildebrandt, que la segunda edición, corregida y aumentada de ¡Estafa al Perú! está en plena maduración y compilamiento de textos y documentos. ¿Tantos son los miedos de los fenicios y los abogángsteres?

Alea jacta est.

¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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