—Se ha anunciado la venta del edificio de Essalud de la avenida Arenales, con un terreno de casi 6 mil metros cuadrados y 23 pisos, por un precio base de 20 millones 500 mil soles.
—La situación del sector salud, en general, es una calamidad, no hay cosas esenciales, como bajalenguas, y así quieren imponer un pago por mala praxis, cuando no les dan los materiales básicos para realizar su trabajo. No sé quién ha valorizado ese inmueble, es muy extraño que salga ese precio base, no se necesita ser muy inteligente para deducir que cuesta mucho más. Quisiera preguntar a Essalud quién les ha dicho que ese es el precio base, quién lo ha tasado, salvo que haya una falla estructural.
—Acaba de ser verificado por especialistas de la UNI, la estructura está en perfecto estado, ya han presentado el informe
—Entonces el precio no tiene ninguna relación con la situación actual del país, con la ubicación ni con los materiales ni el metraje, ese edificio se podría emplear en tantas cosas, como consultorios, por ejemplo; hay una gran carencia de Essalud para atender a los pacientes, pero con este gobierno el Perú se ha convertido en un país donde todo está en venta, inclusive los bienes del seguro. La pregunta es: ¿cuál es el informe técnico que sustenta esta tasación? Ese precio es ridículo.
—Sin embargo, Essalud necesita esta estructura, por ejemplo, para consultorios.
—Se debe invertir en elementos básicos que den atención de calidad y ayuden a descongestionar las largas esperas, pero vender me parece lo peor, voy a pedir información para preguntar por qué se va a vender, es lo peor que se puede hacer, peor que no usarlo es malvenderlo, porque nos quedamos sin el edificio, aunque esté sin terminar, cortamos la posibilidad de usarlo, habiendo tanta necesidad.
—Con tanto dinero que los sucesivos gobiernos han utilizado de la seguridad social, al menos deberían pagar algo acondicionando ese edificio.
—Los inmuebles incautados del narcotráfico no se destinan a fines sociales, por ejemplo, a Acción por los Niños les fue negado un inmueble que solicitaron para ayudar a víctimas de trata de personas, pero se vio que el presidente de la Corte Suprema, Francisco Távara, disfrutaba de una de esas casas.
—El problema es la ética del presidente de la Corte Suprema, Távara; entre los bienes incautados debe haber lugares muy bonitos para los niños y ancianos, para que pasen días mejores, sin embargo, la burocracia salvaje y enredadora, se presta a producir estos reglamentos que hacen imposible a las instituciones que se dedican a ayudar a los necesitados acceder a esas propiedades, pero cuando quieren beneficiar a alguien, allí sí lo hacen rápidamente, “para mis amigos todo, para mis enemigos la ley”, es lo que sucede todos los días.
—Es una vergüenza el espectáculo tan bajo que han dado tanto la ONA como la Contraloría General de la República, con su pelea tipo callejón. En lugar de estar peleando sobre quién dijo qué y quién cobra tanto, es inadmisible que no se ocupen de estas materias importantes. Contraloría no ha hecho nada gobierno tras gobierno, Matute no ha hecho nada y Lizárraga tampoco, sólo sale a defender los sueldos de sus funcionarios, les pondría cero a los dos, no descubren nada, son una vergüenza nacional estas dos instituciones
Deberían publicar esas listas, y si las normas no lo contemplan con claridad, deberían cambiar las normas para que sea transparente y ágil esta información. En el país no hemos creado instituciones, sino personas, hay personas individuales que concentran la información porque sienten que pierden poder si informan, mientras la corrupción está envalentonada.
Hay que lamentar que los peruanos estamos prácticamente indefensos ante el avance de la corrupción, los jefes de esas instituciones deberían dar un paso al costado.
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