Presidentes regionales son cómplices de la adquisición de tierras por parte de chilenos
“...la categoría conceptual del canciller está al nivel de una empanada chilena, el señor no sabe ni siquiera entender lo que significa la protesta diplomática...”
Los hechos nos indican que estamos despertando a una realidad que antes podía parecer pesadilla; la infiltración y afán de dominio chilenos, no exentos de corrupción y traición, están por todos lados. Ya no es necesario poner el dedo para que salga pus, ahora el pus sale solo, empujado a la superficie por los locos apetitos del concubinato entre corruptores chilenos y felipillos instalados por todo el Perú. Juan Sheput, ex ministro de Trabajo, analiza esta situación en entrevista concedida a Con Nuestro Perú.
―El presidente García repite las mismas acciones que realizó en su primer gobierno al anunciar con amplio despliegue mediático el bombardeo de las pistas de aterrizaje, pero al final de ese período el tráfico de drogas se había consolidado en lugar de desterrarse. Sin embargo, no osa ingresar ni un centímetro al triángulo del punto Concordia usurpado y minado por Chile, ¿es un buen mensaje el que da a la nación con estos hechos?
―Definitivamente no, el presidente García ha demostrado con su actitud que es absolutamente funcional para los intereses de Chile. Estamos viendo con bastante preocupación cómo el esquema de desinformación de este gobierno ha permitido que Chile consolide su presencia en el país. El silencio mediático cada vez que Chile emprende acciones comerciales o de permisividad en la invasión de nuestras tierras, que no sólo se dan en lo que sucede en la frontera, sino por el lado pasivo ante la compra de miles de hectáreas en Ica y Lambayeque, que son las zonas más ricas, ese silencio mediático se ha convertido en el cómplice elemental para favorecer los intereses chilenos. Ante eso, el gobierno no dice absolutamente nada; por lo tanto es necesario que las fuerzas vivas de nuestro país reaccionen con dignidad ante este efecto pernicioso de la política chilena, de hacer de una invasión permanente de nuestro territorio una política de estado.
―¿Es correcta la declaración del presidente García de señalar que no le preocupa el armamentismo chileno?
―No debemos olvidar que antes de que el canciller Joselo García Belaúnde dijera que los 37000 metros cuadrados del triángulo usurpado eran equivalentes a su chacra, ¡el que lo dijo fue el Presidente de la República! Eso ha pasado inadvertido; en una conferencia fue el Presidente el que trató con desprecio la cantidad de metros cuadrados de nuestro territorio usurpada por Chile. Por tanto, cuando dice que no le preocupa, no sólo está mostrando una falta de visión de estadista, sino una absoluta ingenuidad. ¿Para qué se está armando Chile y con qué fines? ¿Cuál es el propósito del armamentismo chileno? Por otro lado, el Presidente ha hecho mal no sólo en desmerecer ese armamentismo chileno con su miopía e ingenuidad, que demuestra que no tiene capacidad de estadista, sino que los peruanos tenemos a un ciudadano de espíritu y corazón chileno, como nuestro embajador en Chile, Hugo Otero, que es un personaje chileno de corazón, de sentimiento, químicamente chileno y hasta con dejo chileno y es quien representa los intereses del Perú en Chile; ese señor es el mejor amigo de Alan García; por tanto, este gobierno va a pasar a la historia como uno de los más entreguistas en materia de favoritismo a los intereses chilenos.
―¿Son oportunos los lamentos del presidente de la Comisión de Defensa, Luis Gonzales-Posada, que se queja de que Chile ha movido aviones F-16 cerca de la frontera peruana?
“Hay islas de dignidad como el Colegio de Ingenieros del Perú, con el ingeniero Gallegos a la cabeza.” |
―Los lamentos de Luis Gonzales-Posada deberían haber sido en los años 1985-1986, cuando él era ministro y canciller, y el primer gobierno de García decidió vender los aviones Mirage del Perú, poniéndonos en una situación de orfandad. Si hubiera actuado con el temperamento necesario de un ministro no hubiera ocurrido esa venta, pero en esa época, cuando se inició el proceso de desarme con la complicidad de los burócratas apristas, él no dijo absolutamente nada; en consecuencia, sus lamentos de hoy equivalen a lágrimas de cocodrilo.
―El gobierno, en lugar de denunciar, ha encubierto el hecho de que Chile ha minado y usurpado suelo tacneño, hasta que la situación fue evidenciada por grupos como los nacionalistas; por otro lado, ha firmado en secreto el TLC con Chile, favorable a ese país y perjudicial al Perú. ¿No cree que estamos en una situación de invasión sin reacción, y más bien con beneplácito, como caso insólito en el mundo?
―Esta pasividad del gobierno aprista encubierta bajo el manto de la libertad de los mercados es la causante de que en estos momentos los chilenos tengan gran influencia en medios de comunicación y en un grueso sector de la política, pero por otro lado, es necesario precisar lo siguiente: el actual TLC con Chile carece de sostenibilidad jurídica. Como no ha sido aprobado por el Congreso, nada quita que un próximo Congreso le quite el carácter de legitimidad que le quiere dar el gobierno aprista. Por ello los inversionistas chilenos están equivocados si piensan que ese TLC va a proteger sus intereses. Cuando exista un congreso de verdad, lo primero que va a hacer es desconocer ese tratado, que es absolutamente pernicioso para los intereses del Perú.
―En vista de que el gobierno peruano ha cedido todo a Chile (TLC, control de comercio marítimo, de los cielos, de los puertos, etc.), ¿visualiza usted algún medio de presión que mejore nuestra posición negociadora en los asuntos de la delimitación marítima?
―Primero que nada tenemos que mejorar la calidad de nuestra clase política. Hoy es lamentable que los mismos upepistas y nacionalistas no hagan del TLC con Chile una cuestión de dignidad nacional desde el punto de vista de evitar que los intereses comerciales chilenos aplasten a los empresarios peruanos. Estos señores están ocupados en cuestiones menores sin trascendencia evitando tratar temas como el de la matriz energética, mientras que Chile se quiere apropiar de nuestro gas, y de los aspectos comerciales, con esta invasión de capitales chilenos, el de manejo de los medios con esta influencia chilena, de la prepotencia para adquirir nuestras tierras con absoluta complicidad de algunos presidentes regionales. Ante eso los actuales congresistas no dicen nada, pues sólo están jugando a la política. Por lo tanto la responsabilidad histórica de estos señores será tremenda cuando se tenga que ver hacia atrás y ver cómo actuó la política ante la influencia nefasta de los intereses chilenos.
―¿Qué debería hacer la ciudadanía ante el intento chileno de arrebatarnos el gas y, en general, ante toda la presión económica y pretensión de dominio de Chile?
―Hay islas de dignidad como el Colegio de Ingenieros del Perú, con el ingeniero Gallegos a la cabeza. Estas islas de dignidad, que están denunciando la manera en que Chile pretende apropiarse de nuestro gas y nuestros recursos naturales tienen que ser comunicadas por cualquier medio y de todas las formas a todas las personas, en especial a los jóvenes. Es muy lamentable que la sociedad civil y los jóvenes sean indiferentes ante esta prepotencia chilena de adquirir todos nuestros recursos naturales para hacerlos propios. En la medida en que existan islas de dignidad como el Colegio de Ingenieros del Perú, como la propia página web de Por Nuestro Perú, como un conjunto de ciudadanos que estén alertas ante estos eventos perniciosos para el país, existirá una luz al final del túnel, que permitirá que algún día se abran los ojos y nos demos cuenta de la realidad y empecemos a combatirla.
―Revisando los casos de conflictos internacionales de países como China, Rusia, Japón, Francia, etc., no se encuentra que un país invadido ponga monumento a un militar invasor. Sin embargo, aquí se acaba de atropellar la dignidad nacional instalando un monumento a Prat, quien murió intentando asesinar a Grau, en la misma Escuela Naval. ¿Cómo se debe solucionar esta ignominia?
―Es indignante cómo el actual almirantazgo de la Marina de Guerra ha procedido a convalidar un insulto a nuestras Fuerzas Armadas. Mientras Grau tendía la mano a los sobrevivientes chilenos, los chilenos hacían el repase, los ametrallaban en el mar, nunca tuvieron piedad con los peruanos. El canciller Allan Wagner y el prochileno Fabián Novak ―individuo que deberá ser juzgado por la forma en que ha defendido los intereses chilenos― no tienen la menor idea de lo que es la Historia del Perú; confunden grandeza con tibieza, con mediocridad, con olvido de la historia. Estos individuos algún día tendrán que ser juzgados por el daño que están haciendo a nuestras Fuerzas Armadas al permitir que se coloque un monumento a un personaje que se dedicó a ametrallar peruanos.
―A pesar de sus actos delictivos, Chile pasa por honorable ante la comunidad internacional porque timoratamente evitamos poner en evidencia la actuación de Chile, violatoria del Derecho Internacional. Desde este punto de vista, la diplomacia chilena tiene un papel incansable en la propagandización de una realidad maquillada y encubrimiento de sus fechorías. ¿No cree que esta propaganda y la poca reacción de nuestra diplomacia ponen en peligro el fallo de La Haya a nuestro favor?
―Nunca Torre Tagle ha estado en peores manos que con el actual canciller José Luis García Belaúnde. Chile se quiere apropiar hasta de nuestro ceviche y el señor reacciona con otra metáfora infeliz diciendo que ellos solamente saben hacer buenas empanadas. Creo que la categoría conceptual del canciller está al nivel de una empanada chilena; el señor no sabe ni siquiera entender lo que significa la protesta diplomática, el señor ignora la Historia del Perú, no sabe qué balbucear cuando su equivalente, el canciller Foxley, lo emplaza públicamente. Por eso, pedir peras al olmo, pedir algo aceptable en lo intelectual al actual canciller equivale simplemente a mirar el conjunto vacío. No espero absolutamente nada de la actual Cancillería y mucho menos de García Belaúnde, nunca ha estado en peores manos nuestra diplomacia.
―El ministro del Interior ha denunciado que ha recibido presiones relacionadas a la compra de patrulleros de Gildemeister. Sin duda, las presiones tienen que ver con la mafia chilena. ¿Por qué cree que el Ministerio Público no ha anunciado una investigación de oficio?
―Por presiones políticas. Aún más, los grandes investigadores de nuestra prensa nacional han sido incapaces de determinar quiénes son los principales accionistas peruanos de la chilena Manasa. Creo que si se hurga en el fondo se verá quiénes son esos accionistas peruanos que convalidan desde hace mucho tiempo la presencia chilena en nuestro país. Peor aún, el ministro del Interior, en lugar de lamentarse, debería anular cualquier posibilidad futura de venta de Gildemeister a cualquier entidad del Estado y tratar de que Consucode inhabilite en el futuro a Gildemeister de cualquier proceso de licitación. Nada de eso se ha hecho y más bien hemos dado un triste ejemplo a la sociedad peruana, cuando el propio Presidente del Consejo de Ministros ―porque acá nos olvidamos de él y del Presidente de la República― quería que a como dé lugar se llegue a un “arreglo” con los empresarios chilenos. Del Castillo cometió el despropósito burocrático de reunirse con turistas chilenos, lo cual invalidaba la negociación, y en lugar de llamar la atención sobre este acto de corrupción, se dedicó a justificar los intereses chilenos. Cuando lleguen los tiempos en que se escriba la historia de estos días tristes, esto tendrá que ser relevado: la forma en que las máximas autoridades del Estado se pusieron al servicio de los intereses económicos chilenos.
―Aparentemente existe una mano negra que traba el desarrollo portuario del país, por ejemplo en el impedimento de las compras de las grúas para Enapu y la aprobación del proyecto del megapuerto de San Lorenzo. ¿Concuerda usted con esta apreciación?
―No sólo la compra de las grúas pórtico, sino la faja de transporte de minerales, que aplaude enloquecidamente el señor Alex Kouri ―Dios sabe por qué intereses económicos―, todo eso perjudica la operatividad de nuestro primer puerto. Y esta mano negra ―hay que decirlo sin pelos en la lengua― son los capitales chilenos, que han hecho de los procesos de embarque y desembarque una importante fuente de ingresos. Ellos son los que a través de altos funcionarios de este gobierno y del anterior, que permanecen en la cosa pública, son los que han impedido el desarrollo del puerto del Callao, los que en el fujimorato destruyeron nuestra marina mercante, son los que han copado todos los servicios portuarios y son los que influyen en esta clase política débil, timorata y mediocre, que es incapaz de anteponer los intereses peruanos a los comerciales. Lo lamentable es que la sociedad está de espaldas a esta discusión simplemente porque es desinformada. Cada vez que se quiere modernizar el puerto del Callao de inmediato empiezan campañas en los medios de comunicación, indicando que eso no es posible, desinformación que es propia de los intereses chilenos, que son la verdadera mano negra que está detrás de todo esto, a través de felipillos peruanos que han confundido su paso por la burocracia con su servicio obsecuente a los intereses chilenos.
―¿Cómo se puede combatir, en la gestión pública, para poner en evidencia a estos funcionarios “topo”, que gobierno tras gobierno están socavando el desarrollo del Perú?
―Estos funcionarios apelan a lo legal, no a lo legítimo, utilizan leguleyadas para convalidar sus actos nefastos en contra de los intereses del Perú. Esta suerte de equipos de abogados que obedecen a la ley del dinero y no a la ley de los grandes intereses nacionales, convalidan con leguleyadas lo que son actos ilegítimos e inmorales. Obviamente esto tiene que ser investigado para poder señalar con nombre y apellido a aquellos funcionarios que se ponen al servicio de los intereses chilenos, opacando el puerto del Callao y condenándolo a la desaparición.