Expertos preocupados por proyecto Río Blanco
Especialistas de la Universidad de Texas en Austin: “Es urgente reconocer que Río Blanco es zona bioecogeográfica única
Una necesaria evaluación integral es el resultado del Informe “Biodiversidad y Minería en el norte del Perú: observaciones referentes al Proyecto Río Blanco”, elaborado por los biólogos Kenneth R. Young y Blanca León miembros del Departamento de Geografía, Medio Ambiente e Investigaciones del Plant Resources Center de la Universidad de Texas en Austin.
Especialistas de la Universidad de Texas en Austin: “Es urgente reconocer que Río Blanco es zona bioecogeográfica única
Una necesaria evaluación integral es el resultado del Informe “Biodiversidad y Minería en el norte del Perú: observaciones referentes al Proyecto Río Blanco”, elaborado por los biólogos Kenneth R. Young y Blanca León miembros del Departamento de Geografía, Medio Ambiente e Investigaciones del Plant Resources Center de la Universidad de Texas en Austin.
Los expertos evalúan la viabilidad del Proyecto Minero “Río Blanco”, actualmente a cargo de la empresa china Minera Río Blanco Cooper S.A., partiendo del análisis de las Evaluaciones de Impacto Ambiental presentadas por la empresa minera para la aprobación de sus proyectos de inversión y exploración.
El Proyecto Río Blanco planea desarrollarse en las provincias de Ayabaca y Huancabamba, lo cual ha generado muchas críticas por las comunidades directamente afectadas y se ha cuestionado los impactos ambientales que generaría la actividad minera en una zona que posee grandes recursos ecológicos.
Blanca León explicó que, como resultado de la evaluación y el estudio realizado en la zona en cuestión, se ha determinado serios problemas “que se extienden a otros proyectos de exploración”.
“En primer lugar, hay una carencia de información base muy seria; hay muy poca información sobre la cantidad de recursos y sistemas ecológicos que tiene la zona; además, la evaluación ambiental no contempla la interrelación entre los elementos que analiza; describe las características del suelo, de la situación del agua, pero no tiene una visión integral de esos recursos y de cómo se relacionan con la población”, manifestó León.
Sobre la situación ecológica de la zona, León detalló que las provincias de Huancabamba y Ayabaca “es una zona única, estratégica y vital para toda la región Piura; en el caso de Ayabaca, por ejemplo, porque está la cuenca del Río Quiroz, que abastece de agua a las poblaciones de las zonas más bajas”.
Asimismo, señaló que “no se ha tomado en consideración que la zona en que se va establecer el proyecto minero es un corredor bioecológico; es decir, hay un constante movimiento de flora y fauna entre Perú y Ecuador en esa zona, porque la línea de Páramos (que en el Perú sólo se encuentran en esa zona), los bosques, etc., tienen una continuidad con el Ecuador; y eso es parte de un Plan Binacional. Por lo tanto, todas las decisiones que se tomen y que afecten el medio ambiente en esa zona tendrán un efecto en ese corredor”.
León explicó que uno de los principales vacíos de las Evaluaciones de Impacto Ambiental del Proyecto Río Blanco es “que son evaluaciones descriptivas y no contemplan la relación entre población y medio ambiente; no recogen datos base sobre la situación real ecológica y biológica de la zona; y no detallan cuál es la metodología”.
Señaló que convertir en “distrito minero” a la zona tendría “un dramático efecto en los ambientes”, por las consideraciones señaladas en el informe.
Remarcó que, en materia de biodiversidad “que es un factor que está ausente en los estudios de impacto ambiental”, la zona Huancabamba tiene alrededor de 3500 especies de flora y el 54% de endemismos de flores (es decir, que sólo existen en esa zona) que están en la Provincia de Ayabaca y Huancabamba. Un porcentaje similar sucede con las aves, es decir son especies de ave que sólo se encuentran en esa zona”. Por estas razones, subrayó que “es urgente reconocer que la zona, es una zona bioecogeográfica única”
“Los estudios de evaluaciones de impacto ambiental no contemplan toda esta información. Tampoco contemplan que estas zonas son una continuidad, por lo, tanto hay injerencias y repercusiones, no sólo en su zona de operaciones, sino a nivel y escala local, regional, nacional; y, en este caso en particular, a nivel internacional. No sólo por el corredor con el Ecuador, sino porque hay acuerdos internacionales de los que el Perú es firmante”, advirtió.
La especialista indicó que entre las recomendaciones planteadas por el Informe “Biodiversidad y Minería en el norte del Perú: Observaciones referentes al Proyecto Río Blanco”, están la de contemplar temas como “derechos de las poblaciones a la superficie pero no sobre la extracción del subsuelo, es necesario entender que las poblaciones no pueden subsistir sin considerar su medio, el subsuelo, etc.; todo está ligado.
Por otro lado, sobre el manejo de recursos naturales y biodiversidad no hay información base que es urgente tener y reclamar, hay que entender que los cambios que se hagan tienen repercusiones a escalas regionales y hasta internacionales (Perú es parte de acuerdos que se están violando).
Sobre el manejo integrado de cuencas, se están dejando de lado a los actores directos y es necesario tener un visión clara sobre la necesidad de cuidar este aspecto, “incluso hay casos concretos que nos pueden permitir conocer cómo prevenir los efectos en las cuencas de las actividades mineras”, agregó.
León reiteró que una tarea pendiente y urgente es “la recopilación de información base que no existe. Es el momento preciso porque aún no se inicia la actividad de exploración, pero tiene que tenerse esa información para poder medir y proyectar los efectos reales que tendrán las operaciones de exploración múltiple o de explotación, para tomar las decisiones adecuadas y poder reclamar por los impactos causados”.
El Proyecto Río Blanco planea desarrollarse en las provincias de Ayabaca y Huancabamba, lo cual ha generado muchas críticas por las comunidades directamente afectadas y se ha cuestionado los impactos ambientales que generaría la actividad minera en una zona que posee grandes recursos ecológicos.
Blanca León explicó que, como resultado de la evaluación y el estudio realizado en la zona en cuestión, se ha determinado serios problemas “que se extienden a otros proyectos de exploración”.
“En primer lugar, hay una carencia de información base muy seria; hay muy poca información sobre la cantidad de recursos y sistemas ecológicos que tiene la zona; además, la evaluación ambiental no contempla la interrelación entre los elementos que analiza; describe las características del suelo, de la situación del agua, pero no tiene una visión integral de esos recursos y de cómo se relacionan con la población”, manifestó León.
Sobre la situación ecológica de la zona, León detalló que las provincias de Huancabamba y Ayabaca “es una zona única, estratégica y vital para toda la región Piura; en el caso de Ayabaca, por ejemplo, porque está la cuenca del Río Quiroz, que abastece de agua a las poblaciones de las zonas más bajas”.
Asimismo, señaló que “no se ha tomado en consideración que la zona en que se va establecer el proyecto minero es un corredor bioecológico; es decir, hay un constante movimiento de flora y fauna entre Perú y Ecuador en esa zona, porque la línea de Páramos (que en el Perú sólo se encuentran en esa zona), los bosques, etc., tienen una continuidad con el Ecuador; y eso es parte de un Plan Binacional. Por lo tanto, todas las decisiones que se tomen y que afecten el medio ambiente en esa zona tendrán un efecto en ese corredor”.
León explicó que uno de los principales vacíos de las Evaluaciones de Impacto Ambiental del Proyecto Río Blanco es “que son evaluaciones descriptivas y no contemplan la relación entre población y medio ambiente; no recogen datos base sobre la situación real ecológica y biológica de la zona; y no detallan cuál es la metodología”.
Señaló que convertir en “distrito minero” a la zona tendría “un dramático efecto en los ambientes”, por las consideraciones señaladas en el informe.
Remarcó que, en materia de biodiversidad “que es un factor que está ausente en los estudios de impacto ambiental”, la zona Huancabamba tiene alrededor de 3500 especies de flora y el 54% de endemismos de flores (es decir, que sólo existen en esa zona) que están en la Provincia de Ayabaca y Huancabamba. Un porcentaje similar sucede con las aves, es decir son especies de ave que sólo se encuentran en esa zona”. Por estas razones, subrayó que “es urgente reconocer que la zona, es una zona bioecogeográfica única”
“Los estudios de evaluaciones de impacto ambiental no contemplan toda esta información. Tampoco contemplan que estas zonas son una continuidad, por lo, tanto hay injerencias y repercusiones, no sólo en su zona de operaciones, sino a nivel y escala local, regional, nacional; y, en este caso en particular, a nivel internacional. No sólo por el corredor con el Ecuador, sino porque hay acuerdos internacionales de los que el Perú es firmante”, advirtió.
La especialista indicó que entre las recomendaciones planteadas por el Informe “Biodiversidad y Minería en el norte del Perú: Observaciones referentes al Proyecto Río Blanco”, están la de contemplar temas como “derechos de las poblaciones a la superficie pero no sobre la extracción del subsuelo, es necesario entender que las poblaciones no pueden subsistir sin considerar su medio, el subsuelo, etc.; todo está ligado.
Por otro lado, sobre el manejo de recursos naturales y biodiversidad no hay información base que es urgente tener y reclamar, hay que entender que los cambios que se hagan tienen repercusiones a escalas regionales y hasta internacionales (Perú es parte de acuerdos que se están violando).
Sobre el manejo integrado de cuencas, se están dejando de lado a los actores directos y es necesario tener un visión clara sobre la necesidad de cuidar este aspecto, “incluso hay casos concretos que nos pueden permitir conocer cómo prevenir los efectos en las cuencas de las actividades mineras”, agregó.
León reiteró que una tarea pendiente y urgente es “la recopilación de información base que no existe. Es el momento preciso porque aún no se inicia la actividad de exploración, pero tiene que tenerse esa información para poder medir y proyectar los efectos reales que tendrán las operaciones de exploración múltiple o de explotación, para tomar las decisiones adecuadas y poder reclamar por los impactos causados”.