Para el camino, Días tranquilos
Walt Whitman
No son sólo los del amor feliz,
Ni los de la riqueza, ni los de la edad madura llena de honores, ni los de las victorias de la política o de la guerra;
Mas cuando declina la vida y se apaciguan todas las pasiones turbulentas,
Cuando se cubre el cielo de la tarde de colores vistosos, etéreos, silenciosos,
Cuando se nos inunda el cuerpo de dulzura, plenitud, sosiego, como de un aire refrescante y balsámico,
Cuando los días se visten de una luz más suave, y la manzana pende al fin del árbol, lograda, indolente, madura,
¡Entonces los días son fecundos, apacibles, los más felices de todos!
¡Los días tranquilos de la dulce meditación y de la dicha!