Por José Beltrán Peña
Cuenta el poeta peruano de la generación del 70, Humberto Pinedo Mendoza, que cuando estuvo en La Habana (CUBA) su amigo-poeta Ricardo Zanabria al leer sus versos le dijo: "Mira chico, tú pareces un poeta de la conciencia".
Y no se equivocó el poeta cubano puesto que ya otros vates y críticos literarios ya habían declarado ello, por ejemplo: Raúl Allain sentencia: "Humberto Pinedo es un poeta de la conciencia porque expresa con sus versos el sentir del hombre de nuestro tiempo, con palabras crudas, reales, enfáticas, comprometidas, directas sin matar la imaginación". El poeta mexicano Isidoro Gómez aclararía: "que se compromete con los problemas humanos de nuestro tiempo". El poeta chileno Flores Letelier sostuvo que: "Humberto Pinedo fusila la realidad con las palabras".
Hace poco tiempo, recalqué que: Los versos de Pinedo no tienen nacionalidad, raza, religión. Para qué seguir conceptualizando o mencionando otros nombres de colegas que se han dedicado a estudiar o comentar su obra, mejor leamos sus últimos poemas para comprobarlo:
“VIVIR CON LA POESÍA”
Poesía son los que nos amamos sin reparos
Poesía son las vidas que nos sorprenden
Poesía son los que creamos los iluminados
Poesía son las personas que nos subliman
Poesía son los hijos soñados de la ternura
Poesía es el convivir la inocencia al despertar
Poesía es el tiempo que nos alimenta los sueños
Poesía es el corazón de niños que nos alienta
Poesía es el destino que nos inventa la belleza
Poesía es la pasión querida de morir luchando
Poesía, poesía, poesía es mi creativa existencia
“LA NAVIDAD SIN DIOS”
Aquellos niños sin nombres
Aquellas madres engañadas
Aquellos padres sin trabajos
Aquellos ancianos olvidados
Aquellos jóvenes sin futuro
Aquellas mujeres violadas
Aquellos hombres apresados
Aquellos obreros explotados
Aquellos muertos de hambre
Aquellos sin hogar ni futuro
Aquellos presos sin castigo
Aquellos enfermos sin cura
Aquellos, aquellos, aquellos
“GENERACIÓN MUTILADA”
Quisimos ser hombres y fuimos matones
Quisimos ser amantes y fuimos puteros
Quisimos ser familia y fuimos estorbo
Quisimos dioses y fuimos morbosos
Quisimos ser gloriosos y fuimos traición
Quisimos ser poetas y fuimos borrachos
Quisimos ser hidalgos y fuimos mediocres
Quisimos ser señorío y fuimos groseros
Quisimos ser andantes y fuimos burgueses
Quisimos ser honrados y fuimos fachosos
Quisimos ser gallardos y fuimos suicidio
Quisimos ser humanos y fuimos bufones
“CRISIS DE AMOR”
Como quisieras ofrecer ternura sin recoger dañino encuentro
volviendo tu rostro sin desdén y quedarte libre de engaños
tratando cubrir deseos con embeleso sin requiebros ni furias
Como añoras cariño sentido de mujer sublime que nos libera
entregando pedazos de su vida al trajín de hombre amoroso
logrando llenar la soledad que te acogota tu pasión hidalga
Como deseas tenerla curando entregas sin falsas inquietudes
amándola sincero sin espíritu azaroso y deseoso de inmolarte
recuerdos hermosos que alegran tus quejidos con sorpresas
“¡MADRE MÍA PERDÓN!”
A LUISA MENDOZA DE PINEDO ETERNAMENTE
Como recordar mis travesuras con caprichos de infante
tan amorosa recibías mis cuitas en tu regazo materno
que manera de incomodar tu alegría preciosa compañía
y nos protegías altiva cuando me escondía sin temores
¡Madre mía perdón!, por no entender tu corazón solidario
Cuando jugaba sin medir el peligro nos observabas con cariño
esperando muy ansiosa a mi padre que te engreía sin reparos
crecí sin odios lleno de atributos nobles de hacer el bien a todos
sabiendo que nos esperabas a dormir con tu dulzura paciente
¡Madre mía perdón!, por ignorar muy torpe tus consejos amorosos
Compartías mis estudios y llenabas con frutas y amor mi mochila
me despedías afanosa cantándome un tango o un pasodoble
quedaste grabada en mi conciencia de niño sensible matrona
que siempre estabas atenta a nuestros juegos y rebeldías sin límite
¡Madre mía perdón!, por no entender tus afanes de protegernos
Crecimos con tus valores de decencia y tus ideas de nobleza
hacia los pobres y así transite por la vida sin prejuicios dañinos
tuve amores, tiernas esposas que el destino por fortuna me regalo
cuando de romances se trataba y te increpaba airoso mi sentir
¡Madre mía perdón!, por no tomar en cuenta tu sensata opinión
Cuando llegué a adulto sin reproches ni paseos descubrí tu grandeza
con seres adoloridos sin justicia social que me enseñaste a recorrer solo
por eso mis hijos te cuidaron hasta los últimos días de tu vida ejemplar
que me hacían vibrar al recordar las primeras letras que aprendí contigo
¡Madre mía perdón!, a mis 70 años sentidos y huérfano de tu mirada infinita.
“ALEJADO DE TI”
A Nenita con amor
Qué lejano resultó este viaje que nos desconsoló el corazón
tu espíritu lleno de bondad los esperábamos muy entristecidos
mujer te extrañábamos mucho al no sentir tu presencia grata
Qué necesidad de encontrar tus caricias y reproches queridos
esperando callados y deseosos tu regreso que alejaban los días
Nenita cuánto vale tu cariño sin condición que acompañe familia
Qué tibio el calor de la almohada sin tu aliento, sin tus cuidados
que no me despertaban en las noches añorando tu compañía
Esposa sin tu presencia nos entregamos azarosos a la soledad