Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)
Recientemente se realizaron las “Primeras Jornadas Internacionales de Etiqueta y Protocolo Social” organizadas por el Foro Mundial de Protocolo y desarrolladas desde la Universidad de San Pablo (Tucumán, Argentina). Contó con 3,000 participantes aproximadamente y expositores provenientes de diversas partes del mundo.
Este sobresaliente suceso constituyó un esmerado logro del Foro Mundial de Protocolo, cuyo lema “Un nuevo Mundo, un nuevo Protocolo" expresa la determinación de aunar voluntades colectivas, en el marco de un espacio institucional plural, para brindar aportes e iniciativas encaminadas a resaltar su connotación entre nuestros pueblos. En tal sentido, se escucharon alocuciones colmadas de entusiasmo y receptividad en un ambiente de afabilidad. Al respecto, comento mis impresiones sobre unas cuantas disertaciones.
La primera presentación “El arte del té de la tarde”, de Nancy Hoogenboom (Estados Unidos), debutó con una descripción de los cuatro tipos existentes: “té inglés” con bocaditos (dulces y salados); “té real” con bocaditos y una copa de champagne; “té alto” con una comida; “té crema” con un bocadito. Mostró interesantes e inéditos detalles e indicó que en Inglaterra se estila tomar sopa y puede servirse fruta. Fue una exposición cargada de revelaciones.
Por su parte, Matías Becci (Argentina) compartió el tema “Ceremonial e imagen políticamente incorrectos”. Aclaró que algunos errores de los políticos son intencionales y propuso evitar perpetrar “cambios abruptos de imagen, pueden no funcionar siempre”. Enfatizó los factores determinantes en la imagen y se enfocó al análisis de la percepción del joven mandatario de El Salvador, Nayib Bukele -conocido por su afinidad a los medios alternativos- al que calificó de “súper informal”. Un jefe de Estado con una estrategia de comunicación destinada a reforzar sus discursos en sectores de la “población que encuentran que la política no es tan cercana y demasiada acartonada”.
“Etiqueta para un networking expansivo” se caracterizó por el dinamismo y dominio de sus expositoras Nicole Herdoiza y Viviana Aguayo Maruri (Ecuador). Argumentaron la importancia del “networking” y los alcances de fomentar un balance en la vida “entre dar y recibir”; es decir, aplicar la “ley de la coherencia entre el ser y el parecer”. Subrayaron la conveniencia de “fortalecer la autoestima por el prestigio y logros que se obtienen”, alentar el desarrollo integral del ser humano al salir de la zona de confort y desplegar las “habilidades sociales para conocer más personas e incrementar la red social personal”. Me encantó la expresión: “Mantengamos siempre la autenticidad; no busquemos adaptarnos al grupo con el que interactuamos”.
Luisa Pulgarín Restrepo (Colombia) abordó el tópico “Decálogo del buen comportamiento social desde el protocolo y la etiqueta” con fluidez y destreza. Empezó con un oportuno esclarecimiento de las diferencias y vinculaciones entre los conceptos de “protocolo” y “etiqueta”. Sustentó un relevante “decálogo” que incluyó la puntualidad, los títulos, las precedencias, el saludo, la discreción, la apariencia personal, entre otros oportunos componentes omitidos con asiduidad en el ámbito social y empresarial.
A su turno, Nelly Azar Cross (República Dominicana) explicó “Los cuatro tipos de servicio de mesa y menú para mesa formal”. Con la ayuda de elementos prácticos describió los servicios: “familiar” o “inglés”, es informal y consistente en ponerla en la mesa para servirse cada comensal; “buffet”, se coloca en fuentes ubicadas en una mesa de apoyo o en la mesa principal; el “emplatado” o “americano”, se lleva servido el plato; de “mayordomía”, mediante éste va en una bandeja y puede ser “sistema inglés” (cada comensal se sirve) o “sistema francés” (el camarero sirve) y siempre se ofrece por la izquierda y retira por la derecha.
Despertó mi especial atención la conferencia “La bitácora del buen anfitrión y mucho más”, sustentada por Cindy Pereira (Panamá) que arrancó citando el impecable papel de la ex primera dama Jacqueline Kennedy en la Casa Blanca. Enunció innumerables y valiosos cánones a considerar como: listado, afinidades, dietas, alergias y precedencias de los invitados, rol del anfitrión como el recibimiento y la despedida, menaje, decoración, elección del menú y sistema de servicio. Dilucidó el alcance del “libro del anfitrión” a fin de planificar, coordinar y registrar todos los pormenores de cada acontecimiento. Una fascinante exposición con sugerencias de innegable valía.
En la ponencia “Normas de etiqueta y protocolo en eventos sociales”, Marta Prats y Miguel Santiago (Argentina), formularon con espíritu coloquial orientaciones para “exhibir buen comportamiento en la relación interpersonal”, que incluye “primero saludar a los anfitriones”. Resaltaron la trascendencia de decorar la mesa con flores, colocar la cartera en el espaldar, jamás atender el celular en la mesa y subrayaron: “La vestimenta es un elemento importante a considerar. Evitar colores llamativos”. Cautivó mi atención una de sus recomendaciones síntesis: “En los eventos empresariales estamos siempre siendo observados. Los pequeños detalles condicionan el éxito del encuentro de negocios”.
La disertación de Dobrochna Aleksandra Giedwidz (Polonia), “Éxitos en la etiqueta empresarial”, me pareció una de las más documentadas y, al mismo tiempo, compartió profusa información de investigaciones. Su rigurosidad académica enalteció esta excelsa participación. Coincido con su aseveración: “La etiqueta no es, únicamente, una palabra empelada por personas de la clase alta. No es enseñar solo el uso de cubiertos. Es mucho más que eso; abarca muchos aspectos más de nuestras vidas”. Puntualizó el rol de la etiqueta en los negocios. “No son reglas rígidas, la etiqueta debe adaptarse a nuestros tiempos. Es una guía para saber cómo deben hacerse las cosas en todas las situaciones”. Citó el estudio de London School of Economic sobre la reacción motivadora de agradecer y aseguró: “La gratitud crea una relación más positiva en el ambiente de trabajo”. Reflexionó acerca de las redes sociales y definió así la “marca personal”: “Es lo que dicen de nosotros los demás cuando no estamos. Es una herramienta importante que debemos utilizar”.
“Protocolo en la Realeza Jordana”, a cargo de Marcela Paleo (Jordania), sirvió para recalcar que Jordania es “la tierra de la hospitalidad”. Destacó el “criterio” como una regla de oro del protocolo y dilucidó las particularidades de una visita oficial de los reyes de este país árabe poseer de un admirable patrimonio cultural, histórico y religioso. Expuso con holgura asuntos como la agenda, la vestimenta, el uso de uniformes militares, las comidas, el saludo a los monarcas y la aplicación de ciertas costumbres. Los regalos deben ser sencillos y expresar el “espíritu del país que representan”.
Julia Esteve Boyd (Escocia) trató “Modales en las mesas del mundo”. Empezó subrayando la importancia de los buenos modales, a partir de examinar los códigos sociales de las culturas con las que interactuamos. Presentó múltiples precisiones sobre las peculiaridades a evaluar en contextos internacionales. Se refirió a los “estilos de comer” y sus rasgos, en otros continentes, como facilitadores de la integración entre quienes comparten una mesa. El “americano” es el menos formal (la mano va debajo de la mesa) y es empleado solo en los USA; el “europeo” es poco formal y el cuchillo tiene un uso limitado (la mano va sobre la mesa).
“El protocolo organizacional y la importancia de la proyección social de la empresa en la actualidad”, expuesto por Yahel Belloso A. de Amado (Venezuela), detalló que “el protocolo son aquellas normas para garantizar la excelente proyección dentro como fuera de la organización”. Estimó fundamental regular el comportamiento interno y externo mediante un “manual de protocolo” y, además, éste se adopta para cuidar la interacción con clientes, proveedores, etc. “El protocolo incorpora reglas de cortesía y promueve un modelo de negocio exitoso, afianza el liderazgo, fideliza a sus públicos, ofrece pautas de entendimiento y proyecta la imagen de la empresa”, aseveró.
Acontecieron dos días de diálogos virtuales y acercamientos fraternos entorno a objetivos comunes: construir una comunidad de hombres y mujeres capaces de intercambiar vivencias, anhelos y sapiencias para robustecer la valía del protocolo y la etiqueta social y su connotación en la sociedad contemporánea. Una espléndida y genuina conjunción de aspiraciones colectivas. Este acontecimiento me recuerda la emblemática denominación de la comedia del dramaturgo inglés William Shakespeare “Bien está lo que bien acaba”.
(*) Docente, comunicador y consultor en protocolo, ceremonial, etiqueta social y relaciones públicas. http://wperezruiz.blogspot.com/