Jon Cordero
 
Todas las alarmas saltaron el pasado martes, cuando la gimnasta estadounidense  Simone Biles anunciaba su retirada de la final de gimnasia artística por equipos.
 
 

lola walters riel

 

 
No era un problema físico. La que estaba llamada a ser una de las sensaciones de estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a la altura de Usain Bolt o Michael Phelps en pasadas lides, simplemente decidía no competir.
 
Poco después llegaron sus explicaciones con frases como "tengo que concentrarme en mi salud mental" o "llevo demasiados días recibiendo mensajes y tuits, sintiendo el peso del mundo", hasta que finalmente confesó que sintió un ataque de ansiedad.
 
El miércoles, la Federación de Gimnasia estadounidense comunicaba que en esta jornada de jueves tampoco participaría en la final individual.
 
¿QUÉ LE PASÓ?
 
Pero, ¿qué le pudo pasar a una deportista que llevaba meses centrada única y exclusivamente en esta cita para echarse a un lado, justo el día de la final?
 
"Es difícil dar una respuesta desde la distancia, quizás ni ella lo sepa porque, por lo general, los ataques de ansiedad suelen aparecer de manera repentina y muchas veces ni uno mismo detecta las señales", considera Unai Melgosa psicólogo y entrenador de fútbol que ha desarrollado ambas tareas en distintos clubes de élite europeos.
 
"Sin embargo -explica en conversación con Sputnik- hay algunas frases que aportan pistas. Habla de una herida en su orgullo. La parte del ego que todos tenemos es tan fuerte y vulnerable a la vez, que puede ser herida con facilidad".
 
Melgosa advierte que "hay que tener cuidado con la identificación que algunas personas hacen con su rol de deportistas, obviando la parte de la persona. Por ejemplo, si ese rol tuviera características de éxito. Quizás ese rol no admitiese el rol de aprendiz, es decir siempre tendrías que hacerlo bien, incluso en tu parte personal. Y ahí es donde podría venir el peligro", señala.
 
A este profesional también le llamó la atención una de las frases más repetidas de las primeras explicaciones de Biles: "siento el peso del mundo". Sobre esta afirmación considera que "los términos peso y carga refieren fundamentalmente sufrimiento. Cuando uno realiza actividades debe saber cuál es su responsabilidad y no cargar con otro tipo de tareas que muchas veces son externas y se convierten en internas y de difícil cumplimiento", señala.
 
PSICOLOGÍA Y DEPORTE
 
A pesar de que el caso de Biles puso esta semana el foco sobre la salud mental de los deportistas, el asunto no es nuevo.
 
Es más, en la cita olímpica de Barcelona 1992, en la que las autoridades españolas incrementaron fuertemente la inversión en deporte para obtener un rendimiento en medallas, como finalmente ocurrió, el entrenador de hockey sobre hierba femenino, José Manuel Brasa, fue pionero en incorporar a un psicólogo a su equipo.
 
Esta semana, declaraba a la televisión pública TVE, tras conocer el caso de Biles que "el deportista llega a límites que no son realmente saludables, a un estrés anatómico y fisiológico y también mental, que no podemos decir que sea lo más saludable", señalaba.
 
El equipo entrenado por Brasa, con la ayuda de un psicólogo deportivo, consiguió el oro en su disciplina.
 
Otro caso, que prueba la eficacia de trabajar la salud mental en el deporte de élite, es el del ciclista holandés Tom Dumoulin, que anunció a principios de este año su retirada temporal para tratar una depresión.
 
El campeón del Giro de Italia y número uno en la contrarreloj del Mundial, ambos en el 2017, volvió por sus fueros este miércoles en la final olímpica de la contrarreloj individual masculina, y ganó la plata.
 
El psicólogo Unai Melgosa, que desarrolló su carrera en conjuntos de fútbol como el Athletic Club, Málaga CF, Dínamo de Kiev y Ferencvaros considera sobre este punto que "a veces es necesario pararse y en ese espacio tratar de comprender qué es lo que está sucediendo, qué información me da sobre mí, lo que ayuda al sujeto a verse de una manera más completa de cara a, si es necesario, transformarse. Pero la transformación viene como consecuencia de la comprensión y no al revés", concluye.
 
Quizás esté en puertas de una parada la brillante gimnasta de Ohio, que esta semana conmovió al mundo con su retirada. A buen seguro que en el trabajo que tenga por delante saldrá a relucir la digestión de una biografía difícil, con una madre presa de las adicciones, un hermano recientemente absuelto de un triple asesinato y la sombra de los abusos del médico del equipo de gimnasia de su país. Un duro camino del que, si lo recorre de la manera correcta, es muy posible que salga más fuerte. 
 
 
Con información de Sputnik