Por Tom Gavin* 

Estamos en un momento donde no pasa una semana sin que haya algún anuncio de una empresa comunicando sus planes de implementar de forma oficial una combinación de trabajo presencial y remoto, o alguna encuesta relevando cómo los colaboradores quieren tener lo mejor de ambos mundos. A pesar de toda esta visibilidad, la mayoría de la gente no tiene la opción de trabajar fuera del hogar. De hecho, la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido descubrió que, si bien las personas que trabajaban desde casa se habían duplicado en 2020, el número total de teletrabajadores seguía siendo solo una cuarta parte de toda la población activa.

 

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¿Significa esto que el trabajo híbrido solo está disponible para los trabajadores del conocimiento? Quizás inicialmente, pero muchos de los cambios que se implementarán para facilitar este modelo pueden beneficiar a quienes trabajan desde la oficina. Al ofrecer una infraestructura de red adecuada, con buenas herramientas de colaboración, seguridad y soluciones que permitan conectar tanto a personas como a las cosas, las empresas no solo podrían ofrecer un modelo híbrido que satisfaga las necesidades de empleadores y empleados, sino que también permitiría que las personas que actualmente trabajan presencialmente lo hagan a distancia y disfruten de los beneficios de esta modalidad.

Hacerlo realidad será un desafío. Hay muchos factores en juego, pero uno de los más complejos es que los empleados o usuarios cambiaron. Llevan más de un año disfrutando de la comodidad de no viajar, de tener horarios flexibles, de utilizar dispositivos que ellos eligen (o que tienen a mano). Esto influyó en sus expectativas sobre cómo se sienten cómodos trabajando y con qué tecnologías, en particular herramientas de colaboración como las videoconferencias. Cualquier decisión orientada hacia el trabajo híbrido debe reconocer estos cambios.

Preparándose para la colaboración mixta

Un año de videollamadas desde el hogar enseñó a los usuarios cómo éstas deben sucederse. Las empresas ahora tienen el desafío de ofrecer esa experiencia mejorada en la oficina.

Con entornos más flexibles y espacios que faciliten la colaboración sin que ningún grupo moleste o dificulte la tarea de los demás. Eso significa diseñar ubicaciones que permitan realizar videoconferencias, reuniones cara a cara y de equipo simultáneamente, al tiempo que se garantiza que los trabajadores remotos se sientan parte de la conversación.

También significa quitar el cable físico: las empresas no podrán crear espacios de colaboración flexibles si las salas de reuniones se construyen alrededor de teléfonos IP araña y pantallas fijas o si los espacios de hot desking están diseñados con conexiones de red y enchufes.

Seguridad en la oficina

Este entorno de trabajo fluido y flexible plantea problemas de seguridad. Además de las implicaciones de agregar dispositivos desconocidos para el equipo de TI, el phishing y los ataques externos sin duda aumentarán a medida que los hackers buscan capitalizar el regreso a la oficina. Estos delincuentes cibernéticos podrían encontrar objetivos fáciles en este tipo de fuerza laboral que estuvo fuera del alcance de las funciones centrales de TI durante el último año.

La sugerencia es abordar esto de dos maneras:

En primer lugar, capacitando a todo el personal sobre los principios básicos de seguridad, tanto digitales como físicos.

En segundo lugar, acelerando la adopción del acceso a la red de confianza cero para los usuarios de la oficina. Ésta es una tendencia que está creciendo. Gartner predice que para 2024, al menos el 40% de todo el acceso remoto será a través de redes de confianza cero o Zero Trust (ZTNA), en comparación con menos del 5% a fines de 2020.

Redes

Brindar esa experiencia de usuario requiere mejores redes corporativas o, más específicamente, redes de área local inalámbricas, seguras y de alta velocidad. Las aplicaciones que se utilizan para ayudar a una fuerza laboral mixta consumen mucho ancho de banda. Si las empresas se toman en serio la posibilidad de ofrecer un entorno de oficina más flexible, la capacidad de conectar cientos de dispositivos sin comprometer el rendimiento o la seguridad será fundamental.

No se trata solo de la experiencia del usuario. La gestión inteligente de la oficina requiere sensores de Internet de las cosas, que a su vez exigen más de las redes en las que se ejecutan a medida que captan y comparten datos. Eso significa actualizar las redes para que no solo soporten la demanda que tenían pre-pandemia, sino que además tengan la capacidad de ejecutar múltiples sesiones de colaboración y sensores de IoT, todo a la vez.

Conectando todo

Las oficinas están cada vez más conectadas. Esto tiene importantes implicaciones tanto para el ancho de banda como para la seguridad. El trabajo híbrido requerirá la capacidad de conectar personas y cosas, al mismo tiempo que las protege de los ciberdelitos y garantiza una buena experiencia al usuario.

¿Por dónde empezar?

Por supuesto, para las organizaciones que todavía luchan con el impacto de la pandemia, la idea de ejecutar todo esto puede parecer demasiado. En ese caso, hay cuatro cosas que pueden hacer para implementar un modelo híbrido.

  • Primero, adaptar la red para lograr una experiencia mejorada y flexible para esta nueva etapa.
  • En segundo lugar, asegurarse de que todos los trabajadores tengan claras las políticas de seguridad y se capaciten en esta temática regularmente.
  • En tercer lugar, velar porque la cultura se centre en los trabajadores híbridos. Los líderes deben modelar una cultura que fomente las mejores prácticas laborales para cada perfil y asegurarse de que los empleados sean tratados de manera equitativa.
  • Lo más importante es que el usuario esté al frente y en el centro de cada decisión. Las organizaciones que desarrollan prácticas laborales en torno a los empleados, en lugar de obligarlos a ceñirse a enfoques fijos, tendrán mucho más éxito en la aplicación del trabajo híbrido.

Puede obtener más información sobre esta temática en un reciente seminario web de trabajo híbrido, que moderé y analiza las prácticas laborales cambiantes y el impacto en la tecnología.

 

* Líder de Orange Consulting Europa