Por Carlos Pongo Huamán
El domingo 25 de noviembre recibí en mi correo electrónico una carta de una respetable intelectual bajo el titulo: "Indignante-No hay Justicia." Me adjuntaba en Power Point la lucha de un joven abogado de Arequipa. He leído y vuelto a leer el envío y he considerado importante difundirlo porque una foto puede explicar mejor que mil palabras.
El Power Point narra la lucha de este joven profesional abogado que tuvo la valentía de David de enfrentarse a Goliat al denunciar a 17 magistrados y al Presidente de la Corte Superior de Justicia de Arequipa por el delito de corrupción. La respuesta no se hizo esperar: La Corte Superior lo inhabilitó para ejercer la abogacía por tres años por una supuesta falsificación de documentos. He querido verificar esta información, pero no me extraña que esto pase en nuestro país.
El Ministerio de Justicia, ante el cual todos los peruanos somos iguales, sin consideración de posición económica o social, también está carcomido por la corrupción. A menudo salen artículos en los periódicos donde dan cuenta de jueces que liberan a conocidos narcotraficantes, jueces con sustanciosas sumas de dinero en moneda extranjera en sus habitaciones en lugar del banco, jueces aliados al poder político y económico. Es difícil no estar de acuerdo con lo que escribió un conocido periodista: " en el Perú, a través de nuestra historia, la tradición de la justicia ha sido la de ser mercenaria servil y cortesana."
A mi mente vienen varios casos en los que la justicia ha dictaminado siempre en contra de los pequeños Davides. Una vez leí en el Dominical de El Comercio un reportaje a un arquitecto alemán, Reinhard Seifert, que había radicado en Cajamarca, y el trabajo hermoso que hacía al recuperar las casonas viejas de la ciudad. Con el paso de los años, este arquitecto llegó a ser el Presidente del Frente Único en defensa de la Vida, el Medio Ambiente y los Intereses de Cajamarca, conformado por ciudadanos preocupados por los derrames de los desechos químicos de la minera Yanacocha y la contaminación de las aguas de las cuales beben sus habitantes. La transnacional minera enjuició al Frente Único y la Corte de Justicia de Cajamarca falló en contra del Arquitecto hasta con el embargo de sus bienes. Un trabajador judicial le envío esta carta anónima:
“21 Sep 2005:
Sr. Seifert, soy un trabajador del poder judicial que lo admiro mucho por sus luchas en defensa del medio ambiente. Tengo que cuidarme por eso no doy mi nombre. Quiero avisarle que el juez de la causa ha dictado una resolución de embargo que autoriza a Germán Merino para retirar bienes del domicilio de usted hasta por seis mil soles. Se le autoriza también a hacer un descerraje (romper la puerta) y todo esto SIN PREVIO AVISO, es decir, que lo puede hacer en cualquier momento. La resolución está dada desde hace un mes, pero recién ha entrado en vigor hace ocho días, porque usted no apeló, maliciosamente no lo notificaron. Tome Ud. sus precauciones, todavía puede apelar con un buen abogado, averigüe Ud. mismo, ya que yo no quiero que le hagan este daño, creo que están buscando un momento que Ud. esté de viaje para darle ese golpe. No le he avisado antes porque no tenía su dirección de correo electrónico, pero esto es verdad...”
También el vicepresidente de ese frente, el sociólogo Iván Salas, ha sido enjuiciado de la misma minera por Yanacocha por la suma de quinientos mil soles.
El ex congresista Manuel Dammert es un investigador serio y una autoridad de la realidad portuaria, aérea y energética en nuestro país. Fue condenado por la Corte Superior a un pago de un millón de soles a favor del ex Presidente del Consejo de Ministros del Gobierno de Alejandro Toledo, Sr. Pedro Pablo Kuczynski. Su delito:
“Yo señalé que el señor Kuczynski tenía conflicto de intereses, porque al mismo tiempo de ser Ministro de Estado hacía “lobby” a favor de empresas en las cuales era él accionista. Es el caso de la privatización de los puertos, en que quiso intervenir para favorecer a personas vinculadas a él; igualmente, con el gas de Camisea; y lo mismo con el aeropuerto “Jorge Chávez”, su empresa era accionista de Cosapi que era integrante del consorcio Lan… que lo haga a nivel privado, no hay problema; mi denuncia era cuando él era Presidente del Consejo de Ministros.”
La joven periodista Patricia Vasquez Salinas logró una posición de trabajo en una institución muy importante, como es el Banco Central de Reserva. Sus sueños de hacer carrera en su nuevo trabajo se vinieron abajo cuando al poco tiempo se dio cuenta de que: “El soborno, la extorsión, la coima, el fraude, el pago a superiores, el nepotismo, la venta de información privilegiada, el abuso de poder, el tráfico de influencias, las compras a sobreprecio como fue la compra de la máquina acuñadora de monedas, la riqueza inexplicable de funcionarios, todo eso formaba parte de las mil cabezas de la corrupción en esa institución... La corrupción empobrece más y más a nuestro pueblo y la gente observa sin hacer nada, olvidando que el control de las instituciones es una de las responsabilidades de la democracia, la Contraloría está pintada y no hará nada si la población no se lo exige..."
Los funcionarios del BCR la han demandado por cien mil soles y se espera el fallo en cualquier momento.
En el año de 1909 la corona inglesa envió al Perú a un diplomático de apellido Roger Casement para investigar los abusos y explotación que se cometían contra las tribus amazónicas del Putumayo, obligándolos a trabajar en la extracción del caucho en condiciones de esclavitud. Le acompañó en un trecho del viaje un señor Juan Tizón, que trabajaba para la compañía extractora del caucho de la casa Arana. Ante una pregunta del inglés sobre cuántos habitantes tenía el país, Juan Tizón le contestó: “El Perú tiene muchos habitantes pero pocos ciudadanos.”
La historia de los personajes que he narrado forma parte de la larga lucha que tiene nuestro pueblo para dejar de ser habitantes de nuestro territorio y convertirnos en CIUDADANOS.
Y esa lucha se da en todos los niveles.
La señora Laura González un día tuvo que hacer unos trámites en el Palacio de Justicia. El señor que le recibió los papeles le dijo en tono muy callado que si quería que sus papeles corran aceleradamente tenia que abonar una cierta cantidad de dinero. Ella se negó rotundamente y prefirió esperar la agonía de ver sus papeles avanzar con la lentitud de una tortuga y después de largos meses logró exitosamente la resolución de su gestión. Pero ella narraba con orgullo la satisfacción cívica y ciudadana de no haber sido parte de la cultura de la corrupción.
Mi amigo desde la época de universidad, Luis Ponce, iba manejando su carro en dirección a su casa. Era una noche de neblina y garúa, típica del invierno limeño. Él es un conductor muy cuidadoso y cumple con todas las reglas de tránsito. Llegó al Óvalo Gutierrez, paró en la luz roja, y prosiguió su marcha con el cambio de luz. Un pitazo de un policía lo detuvo:
—Ud. se ha pasado la luz roja.
—Mi amigo, eso es imposible señor policía.
—Le voy a poner una papeleta por... soles.
—Mi amigo: yo no le voy a firmar la papeleta porque eso es injusto.
—Entonces me tiene que acompañar a la comisaría, pero esto se puede arreglar entre nosotros si me da cincuenta soles, y aquí no ha pasado nada.
—Mi amigo, prefiero ir a la comisaría.
Luis sabia que su familia le estaba esperando en casa para cenar, pero respiró hondo y se dijo: quiero vivir en un país decente, en una sociedad respetuosa de la ley y de sus instituciones, lo mas fácil para mi es regatearle el precio de la coima y seguir mi rumbo a casa, pero no, yo soy UN CIUDADANO y debo hacer valer mis derechos de ciudadano y si eso implica que deba ir a la comisaría a explicar mi caso, pues vamos a la comisaría.
Y así, la gente con altos valore cívicos y morales está dando su pelea titánica y silenciosa. La lucha de esta gente sencilla nos da fe en las enormes reservas de bien que existen en nuestro país.
Nada va a caer del cielo. Las cosas no van a cambiar por sí solas. Lo que tiene importancia y significado para los pueblos tiene un costo que hay que pagar.
Casi va a ser un año en que cerca de mil quinientos jóvenes nos dieron una lección de cómo va a ser esa larga lucha para rescatar nuestra obligación de ser CIUDADANOS de la tierra que nos vio nacer.
En los diarios se denunció que en ciertas playas exclusivas del sur de Lima, se prohibía bañarse al personal que trabajaba en las casas y sólo podían hacerlo a determinadas horas. La mayor parte de ese personal eran señoras y señoritas de ascendencia y rasgos andinos.
Mil quinientas personas, hombres, mujeres, niños y jóvenes de todas las condiciones económicas se dieron cita en la playa discriminadora. Caminaron hasta las orillas del mar y se alinearon agarrándose de las manos. El negro dio sus manos negras, el blanco sus blancas manos, el cobrizo sus cobrizas manos y juntos al unísono entraron al mar con ropa y todo, como diciendo: ESTE ES MI PAÍS, ESTA ES MI PATRIA, Y AQUÍ NO SE DISCRIMINA A NADIE NI POR SU RELIGIÓN, NI POR EL COLOR DE SU PIEL O SU LUGAR DE NACIMIENTO, NI POR SU CONDICIÓN SOCIAL.
Hay mucha gente que gusta de ver la historia pasar, otros gustan de preguntar lo que ha sucedido, pero hay OTROS QUE HACEN HISTORIA. Con ellos va un pueblo entero, con ellos va nuestra Dignidad.
Descargar Power Point (1936Kb): No hay justicia