Wong: ¡el capital no tiene patria!
por Herbert Mujica Rojas
Luego de frecuentes, mañosas, recurrentes, continuas, durante meses de meses, largas negativas sobre su venta, los Wong anunciaron en Palacio que el 100% del accionariado de su negocio había sido comprado por la empresa Cencosud, firma chilena que ya tiene asiento en Argentina, Colombia y ahora Perú. ¡El capital no tiene patria, pudo haber sido de otra proveniencia, pero ha llegado del sur!
por Herbert Mujica Rojas
Luego de frecuentes, mañosas, recurrentes, continuas, durante meses de meses, largas negativas sobre su venta, los Wong anunciaron en Palacio que el 100% del accionariado de su negocio había sido comprado por la empresa Cencosud, firma chilena que ya tiene asiento en Argentina, Colombia y ahora Perú. ¡El capital no tiene patria, pudo haber sido de otra proveniencia, pero ha llegado del sur!
¿Será este cambalache comercial de alto vuelo, signo novísimo de los tiempos que sigue a lo del viernes cuando el presidente García estuvo en Washington firmando con el George Bush, el TLC, tratado internacional para Perú y apenas un acuerdo para Estados Unidos?
Que los Wong vendan o hagan lo que les venga en gana, incluido, especular con sus mencionadas negaciones que alzaron ¡evidentemente! el precio de su operación con los inversionistas chilenos, es asunto suyo. Lo que no puede ser aceptable es que se sirvan feniciamente de su posición de dominio para lograr mejores resultados para sus bolsillos. Que los hayan comprado al 100%, retrata esta circunstancia.
¿Qué tiene que ver Palacio y el ministro Rafael Rey en esta transacción? Todo el país ha visto que el anuncio del remate de los Wong se hizo casi de una manera oficial. ¿Qué gana Perú con un negocio privado? O sea que ahora, desde las alturas del gobierno, que no es el poder, de ninguna manera, se otorgan patentes de corso para que cuanto se haga "muestre" los contornos "exitosos" que pretende exhibir la propaganda masiva que se difunde a través de las entidades gubernamentales.
Por ejemplo. La empresa del embajador político del Perú, Felipe Ortiz de Zevallos, Apoyo S.A., juez y parte del asunto TLC, revela una encuesta en que el 66% de la población, respalda ese asimétrico e inequitativo convenio con EEUU. ¿A tanto llega el conocimiento de la gente sobre un asunto cuyas aristas más profundas aún no son del dominio público?
Un ministerio, que está en una desaforada propagandización del TLC, muestra una imagen en que un hombre vinculado a carretillas motorizadas, alberga la esperanza de "exportar" sus vehículos a Gringolandia. Quien o quienes han hecho el corto televisivo, no pueden ser más estúpidos categóricos: en EEUU las medidas de seguridad para los vehículos y usuarios, suelen ser de lo más estrictas. Por lo menos, un triciclo de los que aquí conocemos NO va a ingresar ¡jamás! para ningún propósito a la nación del norte.
Hasta hace pocos días, y luego de años de enriquecimiento abultado, los Wong, aludían a que en sus tiendas daba gusto comprar. Además, siempre puntualizaban, directa o subliminalmente, la peruanidad de sus capitales y de su personal. No debe dejar de recordarse que los ponchos, atuendos y motivos de la vestimenta de sus ex empleados, distinguían los colores blanco y rojo. Como el capital de la tienda que los ha comprado, Cencosud, es chilena, es probable que ello trueque al azul y rojo.
El capital no tiene patria, eso es evidente e inconcuso. Tampoco la ética tiene que ver porque los negocios son negocios, suelen subrayar los fenicios de alta y poca monta. Aquí no hay banderas. Sin dejar de reconocer aquellos apotegmas, no es menos cierto que existen agiotistas que no dudarían en vender a sus propias madres y ¡hasta discutirían el precio! Lo ocurrido y conocido oficialmente con las tiendas Wong es un claro ejemplo de aquello.
Y el canciller Joselo nos dice, otra vez, que a más tardar, en enero se presenta la demanda por la delimitación marítima con Chile. Y no se revela nada con respecto al ultranecesario agente en La Haya. ¿Hasta cuándo? La irresponsabilidad de Torre Tagle, la tradicional ineficiencia del Congreso y la estupidización masiva de la opinión pública, permiten un cuadro alarmante de permisividad, hecho abominable que sólo envilece al Perú.
¿Seguirá comprando en Wong-Cencosud? ¡Bah!
Lea www.redvoltaire.net
hcmujica.blogspot.com
Skype: hmujica
Que los Wong vendan o hagan lo que les venga en gana, incluido, especular con sus mencionadas negaciones que alzaron ¡evidentemente! el precio de su operación con los inversionistas chilenos, es asunto suyo. Lo que no puede ser aceptable es que se sirvan feniciamente de su posición de dominio para lograr mejores resultados para sus bolsillos. Que los hayan comprado al 100%, retrata esta circunstancia.
¿Qué tiene que ver Palacio y el ministro Rafael Rey en esta transacción? Todo el país ha visto que el anuncio del remate de los Wong se hizo casi de una manera oficial. ¿Qué gana Perú con un negocio privado? O sea que ahora, desde las alturas del gobierno, que no es el poder, de ninguna manera, se otorgan patentes de corso para que cuanto se haga "muestre" los contornos "exitosos" que pretende exhibir la propaganda masiva que se difunde a través de las entidades gubernamentales.
Por ejemplo. La empresa del embajador político del Perú, Felipe Ortiz de Zevallos, Apoyo S.A., juez y parte del asunto TLC, revela una encuesta en que el 66% de la población, respalda ese asimétrico e inequitativo convenio con EEUU. ¿A tanto llega el conocimiento de la gente sobre un asunto cuyas aristas más profundas aún no son del dominio público?
Un ministerio, que está en una desaforada propagandización del TLC, muestra una imagen en que un hombre vinculado a carretillas motorizadas, alberga la esperanza de "exportar" sus vehículos a Gringolandia. Quien o quienes han hecho el corto televisivo, no pueden ser más estúpidos categóricos: en EEUU las medidas de seguridad para los vehículos y usuarios, suelen ser de lo más estrictas. Por lo menos, un triciclo de los que aquí conocemos NO va a ingresar ¡jamás! para ningún propósito a la nación del norte.
Hasta hace pocos días, y luego de años de enriquecimiento abultado, los Wong, aludían a que en sus tiendas daba gusto comprar. Además, siempre puntualizaban, directa o subliminalmente, la peruanidad de sus capitales y de su personal. No debe dejar de recordarse que los ponchos, atuendos y motivos de la vestimenta de sus ex empleados, distinguían los colores blanco y rojo. Como el capital de la tienda que los ha comprado, Cencosud, es chilena, es probable que ello trueque al azul y rojo.
El capital no tiene patria, eso es evidente e inconcuso. Tampoco la ética tiene que ver porque los negocios son negocios, suelen subrayar los fenicios de alta y poca monta. Aquí no hay banderas. Sin dejar de reconocer aquellos apotegmas, no es menos cierto que existen agiotistas que no dudarían en vender a sus propias madres y ¡hasta discutirían el precio! Lo ocurrido y conocido oficialmente con las tiendas Wong es un claro ejemplo de aquello.
Y el canciller Joselo nos dice, otra vez, que a más tardar, en enero se presenta la demanda por la delimitación marítima con Chile. Y no se revela nada con respecto al ultranecesario agente en La Haya. ¿Hasta cuándo? La irresponsabilidad de Torre Tagle, la tradicional ineficiencia del Congreso y la estupidización masiva de la opinión pública, permiten un cuadro alarmante de permisividad, hecho abominable que sólo envilece al Perú.
¿Seguirá comprando en Wong-Cencosud? ¡Bah!
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