por Herbert Mujica Rojas
Dijo pocos días atrás, la ministra de Comercio Exterior, Mercedes Aráoz que exportar el pisco a Chile para que allí le cambiaran el nombre y le nominaran aguardiente, constituía y fletaba como válida la posibilidad de buscarse otros sitios donde exportar el licor nacional por excelencia. ¡Muy bien dicho!
En julio del año pasado, tuvo expresiones más o menos similares, aunque entonces no se conoció de la respuesta de los productores a quienes parece importar –hasta ahora- un ardite que en Chile se le cambie de nombre a su producto, con tal –y sólo eso- que los billetes fluyan sobre sus cuentas corrientes. Total —dicen— money is money. Cuando el mercenarismo suplanta el orgullo y la raza, esta clase de aberraciones se cometen porque una prensa ciega o comprada se hace de la vista gorda.
¿Seguirá la ministra tan impermeable a concursos externos y que sólo bregan por el país? ¿creerá que sólo los lobbies
Bien vale recordar lo que se dijo entonces. Leamos.
¿Pisco en aguardiente, por unos cuántos dólares?
23-7-2007
Ante la neumática de silencio zombie de políticos, politólogos, periodistas, intelectuales y demás yerbas del campo, han pasado con bajo perfil las explosivas revelaciones de la ministra de Comercio Exterior, Mercedes Aráoz. Ella informó que el grueso de las exportaciones nacionales de pisco son a Chile habiendo sido desplazado el mercado norteamericano. Más aún, subrayó que por "regulaciones" chilenas, el pisco, sinónimo de Perú, que pone de relieve con enorme autoridad patriótica el diplomático Félix C. Calderón, en recienteartículo, tiene que ingresar como "aguardiente" al país del sur. En buena cuenta ¿pisco en aguardiente por unos cuántos dólares?
Si eso es cierto, quiere decir que quienes exportan a Chile el pisco, aceptan el trueque infame del nombre de ingreso del producto por aguardiente para concretar o cumplir operaciones. Algo así como que usted se llama Jorge pero en Chile le nominan Alberto ¡punto y sanseacabó! En el caso vergonzoso de marras es peor: el pisco, sinónimo de Perú, sufre la prostitución de su nombre, para convertirse en vulgar aguardiente para no "inquietar" a quienes sí usurpan la denominación pisco. Y todo porque a unos exportadores interesan más los dólares que la decencia y dignidad de las transacciones y el perfil inviolable de la patria.
Aunque esto ocurre, todo así lo indica, desde un tiempo atrás, antes que llegara la ministra Aráoz al puesto que tiene, ella no ha cumplido con el país porque no ha dicho qué está haciendo su despacho para revertir esta anómala y abyecta situación y ¡tampoco! dio cuenta de las tratativas u orientaciones que está proporcionando a los exportadores para que tengan decoro y se pongan a tono con los grandes intereses del país. Además, sería de lo más interesante conocer qué dice el acuerdo bilateral de comercio con Chile, sustituido con el acuerdo de complementación, escenario ideal para la defensa del pisco. millonarios tienen razón? Ella sabe que no es así, de lo contrario no habría pronunciado cuanto expresó.
Ha escrito Félix C. Calderón: "Tampoco debemos contentarnos con decir "nuestro Pisco", porque no hay otro fuera del Perú, ni mucho menos celebrar que ahora Chile importe más "Pisco" que Estados Unidos. Todo lo contrario, esto último debería preocuparnos porque se corre el riesgo que se reexporte como chileno un producto genuinamente peruano y que debe ser reconocido por el mundo entero como tal. Ergo, con el objeto de poner término al entredicho es necesario que se den los pasos adecuados para presentar una demanda ante un órgano jurisdiccional internacional, que puede ser la Corte Internacional de Justicia, de suerte tal que el Perú logre de una vez por todas que se reconozca el origen peruano de la palabra "Pisco" y, además, el origen netamente peruano (AOC) del tipo de brandy denominado, igualmente, "Pisco." La ley N.º 26426 faculta en su artículo 1º "por todas las vías que brinde el Derecho internacional" para que se obtenga la prevalencia y definitivo reconocimiento como peruano del "Pisco." Si quieren los chilenos pueden seguir produciendo su aguardiente, pero tendrán que denominarlo "Elqui" que tampoco es una mala denominación. Pero, de ninguna manera "Pisco." Haciendo un paralelo con el brandy francés "Armagnac" que se produce en la antigua Gascogne, a nadie se le ha ocurrido copiar esa denominación fuera de Francia para designar a otro producto. Igual ocurre con el "Calvados", entre decenas de decenas de casos.
Obviamente, en tanto lo ideal es encontrar por la vía bilateral una fórmula de transacción que satisfaga, en lo esencial, a la legítima posición del Perú, se podría seguir el ejemplo aceptado por Portugal respecto al "Oporto" de dejar al Estado que incurre en plagio, un período prudencial de tiempo para acondicionar la comercialización de su producto al cambio de circunstancias (phasing out). Más, este acuerdo bilateral con Chile sólo podría hacerse, entre otras condiciones, si dentro del período límite convenido, por ejemplo hasta el año 2010, los productores chilenos utilizan la denominación "Pisco" para su aguardiente de uva solamente dentro de su mercado interno, quedando en claro que a nivel internacional la denominación "Pisco" hará referencia, única y exclusivamente, al licor eminentemente
peruano."
¿Quién podría oponerse a la maciza solidez imbatible de los argumentos precedentes?
O los exportadores dan lección de limpieza y evitan coludirse con esa abusiva condición de ingresar a Chile su producto como aguardiente, o simplemente son cómplices de una impostura contra el Perú. ¿Acaso no hay otros sitios que deseen comprar el exquisito y aromático, indiscutible pisco peruano?
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