¡Lacerantes reflexiones!

Gonzalo Gutierez Rainel

por Herbert Mujica Rojas

¿Somos, como dice un escritor crítico, "un país de estúpidos, venales, tarados y subsirvientes que ha podido sobrevir 180 años"? No le falta razón, hasta diría que parece prudente al calificar el comportamiento social promedio en nuestra historia. De gobernantes a gobernados, son pocas las excepciones, un trauma colectivo nos hace aceptar cualquier cosa y los contrabandos parecieran constituir parte del ADN espiritual peruano. Por ejemplo, se hacen leyes, que a las 48 horas deben ser cambiadas, no sólo porque están mal hechas sino porque ¡algunos sectores las deniegan o repudian!


Para otra voz experimentada, Perú es un país ocupado por grupitos o lacras minúsculas que han transmitido, de tatarabuelos a tataranietos, las pizcas de gobierno, que les dejaron gozar episódicamente las oligarquías genuinas usufructuarias reales del poder, es decir, las grandes empresas y sus vasallos nativos.

Los miedos de comunicación, en su inmensa mayoría, están capturados por cenáculos que se lanzan incienso entre ellos para fabricar íconos opinantes o "analistas, estrategas, internacionalistas, expertos" y demás "istas" que vierten lugares simples y hasta palurdos. Pero sus fotos aparecen embutiendo el cerebro de la gente común y corriente que no tiene otra opción que el ramillete de idioteces que hablan, casi siempre, estos pánfilos.

En Perú el presidente de la república firma cualquier cosa. O ¿qué otra cosa fue la resolución que le hizo rubricar el viceministro de Relaciones Exteriores, Gonzalo Gutiérrez Reinel, sobre el proceso de ascensos, que terminó en un chasco anulado por inconstitucional, semanas atrás? El tal Gutiérrez no ha sido expectorado, no fue echado del servicio porque es el delfín del portapliegos en La Haya, Allan Wagner, gran titiritero de Torre Tagle y donde su operador principal es el canciller Joselo García Belaunde, su compadre.

Y hablando de aberraciones, en Defensa se ha nombrado provisionalmente como viceministro a Renzo Chiri, miembro de número de la rabanería caviar chilenófila y pro-yanqui. Este señor pertenece al grupo que llegó con Wagner a Defensa y se ha distinguido por elucubrar ridiculez tras ridiculez. En algún momento sugirió que las fuerzas del orden pidieran permiso para disparar. Y bajo el onanismo de cultura de paz, constituyen estos genuinos infiltrados quintacolumnas enterándose de los temas discretos de la Defensa Nacional. Como ocurriera con el traidorzuelo Fabián Novak Talavera, ¿se ha auditado qué se llevan o qué transmiten o comunican estas personas? El ministro del ramo, está claramente maniatado, no impone nada, es un buen burócrata simpático, reilón y pícaro, pero un eficiente ineficiente. Hasta hace pocas horas, tenía en su haber, las condecoraciones inmerecidas otorgadas al traidorzuelo. Ahora, acaba de incrementar su rosario de torpezas, colocando, aunque sea provisionalmente, a un individuo cuya ambición pasa por destrozar todo elemento militar y que proviene de la mercenaria capta-dólares Comisión Andina de Juristas que vive acopiando dólares y endiosando a su dueño, Niño Diego García Sayán. ¡Ah, y también colocando a sus amigotes en puestos claves: Beatriz Merino en la DP y Wagner en la comisión de La Haya. Por si las moscas, ambos son socios de Niño Diego.

En Perú el dicho "si del mundo quieres gozar, ver, oír y callar" adquiere ribetes de realidad mayestática cuanto que oprobiosa. Todos saben qué hace cada quien, pero miran, oyen y silencian porque no es políticamente conveniente señalar a los delincuentes que han hecho de la política vil negociado culpable. Los prontuarios son notables, pero he allí que esos son los premiados, los que declaran ante la prensa y los que trafican con sus "talentos" ante el mejor postor. Las organizaciones de nuevos gángsteres son cuevas o madrigueras de decenas de farsantes que viven alabándose entre sí y evitando que otros les muevan sus fragilísimas famas.

¿Vale la pena seguir luchando por el cambio, por la gran revolución peruana? O dejar que ¿los pitonisos que cada quince minutos ven el derrumbe de los gobiernos y la huida de los presidentes, temas que rara vez ocurren, sigan teniendo predominancia y sean los hombres-lumbrera de este país de confundidas gentes? Una simple pregunta: ¿por causa de qué los agoreros profesionales nunca ganan elecciones? ¿no será que el pueblo no los siente sus representantes y por eso no le otorga respaldo?

Los caminos alternativos van haciendo huella honda y posible por fácil el acceso y porque esa democracia sí permite, en tiempo real, conocer qué ocurre y qué piensa cada quien. Hay loquitos que escriben y escriben. Siempre hay lectores y críticos. Por lo menos allí, en Internet, sí es posible decir lo que se le viene a uno en gana. ¿Acaso los diarios, las radios o la televisión admiten lo que no les conviene? ¡Bah!

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