La renuncia de Salomón Lerner y la fragilidad democrática en el Peru
por: Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara (*)
La crisis ideológica reflejada en la pérdida de la identidad y la verdad, el desencanto civil reflejado en los favores políticos.
La reciente renuncia de Salomón Lerner Ghitis, presidente del Consejo de Ministro del gobierno de Ollanta Humala se puede explicar como la crisis ideológica reflejada en la perdida de la identidad y la verdad, el desencanto civil reflejado en los favores políticos, el centralismo asfixiante.
La crisis politica de la democracia latinoamericana que aparece asociada a la sobre carga del gobierno y a la crisis de legitimidad del Estado que se refleja en la crisis de los partidos políticos y su liderazgo histórico, la crisis en la perdida de la identidad y la verdad, el desencanto civil reflejado el distanciamiento entre el ciudadano y el poder de las elites políticas. El Perú es país socialmente segmentado por la falta de mecanismos de participación de la ciudadanía en la administración y gestión de los problemas propios de las regiones.
La carta de renuncia de Salmon Lener Ghitis pone en evidencia el problema del centralismo como un importante componente que explica la “crisis de participación politica ciudadanía, La carta señala lo siguiente “En esta etapa se han reafirmado los ejes de la administración de su gobierno, referidos al crecimiento con inclusión social en democracia, igualdad de derechos y oportunidades para todos, concertación económica y social en el ámbito nacional, regional y local y el reencuentro histórico con el Perú rural, los que fueron ampliamente desarrollados en los Lineamientos de Política expuestos ante el Congreso de la República el 25 de agosto de 2011 y que constituye el norte de la acción gubernamental de cambio en democracia” Esto pone en evidencia que el debilitamiento de la democracia peruana tiene una causa ultima en la creciente disociación entre la gestión pública y la demanda de los ciudadanos peruanos. Este espacio de la ciudadanía ha sido ocupado por la empresas, los medios de comunicación, produciéndose en consecuencia un distanciamiento entre los ciudadanos y el Estado. Es evidente que el proyecto Conga ha contribuido a este distanciamiento, así como otros proyectos por la fala de una politica clara y transparente que se refleje en el bienestar común para los ciudadanos.
El centralismo en el Perú puede contribuir a políticas totalitaristas que pueden terminar por desfigurar la democracia, ya que es un elemento consustancial a esta y en contradicción con el centralismo, es la participación. La democracia es ante todo, un conjunto de reglas de procedimientos para la formación de decisiones colectivas, entre las cuales está prevista y facilitada la participación más amplia posible de los ciudadanos interesados. La falta de políticas de amplia participación de la ciudadanía responde a una de las premisas de la Carta de Renuncia de Salomón Lerner en la que podemos leer: “En estos cinco meses de gestión, hemos trabajado arduamente impulsando acciones vinculadas a las diez políticas públicas contenidas en los mencionados lineamientos de política, y que resumen, señor Presidente, el consenso ciudadano por el que han votado los peruanos y que tienen como propósito el desarrollo de nuestro Perú con el que usted está tan comprometido, tal como día a día lo comprobamos quienes trabajamos con usted y como lo percibe la propia ciudadanía” “En este marco, nuestra línea directiva ha sido el diálogo y la búsqueda de consenso evitando la confrontación entre peruanos y que reafirma nuestra vida y vocación democrática.”
Se puede observar que un corto plazo un desgaste del centro o principio organizativo de una sociedad, la erosión o destrucción de aquellas relaciones sociales que determinan el ámbito y los límites del cambio de la actualidad politica y económica del Perú. Que podemos resumir en nueve puntos de la fragilidad democrática:
1. Las relaciones de poder en términos de fragmentación
2. Los resultados políticos están determinados por presiones. Los gobiernos median y deciden entre distintas demandas.
3. Aumentan las expectativas, unidas a niveles de vida más elevados.
4. En esta circunstancia los diferentes grupos presionan fuertemente a los dirigentes políticos y a los gobiernos regionales para que satisfagan sus intereses y ambiciones particulares.
5. Los políticos prometen demasiado, a menudo más de lo que pueden cumplir.
6. El gobierno ejecutan políticas de apaciguamiento.
7. El Estado pierde la capacidad de gestionar eficazmente resultado de un centralismo ineficaz.
8. El crecimiento del Estado termina por asfixiar a la iniciativa privada.
9. Retorna con un nuevo liderazgo “decidido”.
Desde diversas perspectivas se ha venido estudiando la llamada fragilidad democrática, bien como teoría de la ruptura del consenso, la crisis de la democracia y la teoría del declive político y económico; con particular énfasis en el caso de América Latina. En el caso del Perú no es absurdo prefigurar una sociedad, regida por un sostenido proceso de transferencia de competencias del gobierno central, hacia ámbitos federados o regionales de poder, en donde la democracia regional pueda asumirse de forma equilibrada, legitimada y racional, el rol protagonista que hasta ahora se le ha negado, esto implica un proceso de politica de descentralización, que inicialmente puedan compartir con el gobierno central trabajando conjuntamente entre los sectores sociales.
(*) Sociólogo, CASAC-T