El mito de “La minería trae inversiones”
Escribe: Ing. Aarón Morales F.
Mitos sobre Conga.
Inversiones: es el uso del ahorro en la adquisición de conocimiento.
“Una sociedad como la peruana no puede ser receptora de inversiones, sólo de fierros”
“Newmont Mining, la principal accionista de Yanacocha, contrató a la firma estadounidense Fluor por US$170 millones para que se encargue del diseño de la tecnología que se utilizará en el proyecto de oroMinas Conga, en Cajamarca.
Este hecho podría dar inicio oficial al proyecto donde se espera invertir US$ 2,500 millones.
Según Fluor, el diseño del proceso de Minas Conga se realizaría desde su oficina en Chile, con el apoyo de otras filiales en el mundo”.
El Comercio, 17 de mayo de 2010
La nota periodística, que pasó desapercibida, lleva a muchas preguntas. En esta reflexión nos haremos algunas, los lectores quedan en la obligación de hacerse otras, en un ejercicio que lleve a ir descubriendo lo que realmente significanConga y la minería en general.
La primera pregunta es ¿por qué no se condiciona el otorgamiento de los permisos a que el diseño de la tecnología –en este caso– se realice en una oficina en el Perú? ¿Por qué no aprovechar la coyuntura del proyecto para renovar la formación de los ingenieros peruanos? Del total de la inversión proyectada, obviamente, 170 millones se irán a Chile. Nuestros minerales estarán sirviendo para elevar la calidad de los ingenieros chilenos. Y, esto dicho sin antichilenismos sino como una llamada de atención a los líderes del sector minero peruano.
La segunda pregunta es ¿Ha cambiado tanto el enfoque del proyecto que en dieciocho meses los montos se han casi duplicado de 2,500 a 4,800 millones? ¿Quién fiscaliza esos montos? ¿Por ejemplo, alguien certificó que el monto de la inversión en Antamina fue efectivamente de US$2,500 millones?
¿Por qué es importante la certificación?
Porque una eventual sobrevaluación puede causar una exagerada exoneración de impuestos, entre otras consecuencias.
Las inversiones pagan –con toda justicia– el trabajo de los que se encargaron de estructurar el paquete financiero, a los que desarrollaron la ingeniería de detalles y la fabricación, traslado e instalación de los equipos en el Perú. Esos expertos financieros, ingenieros, fabricantes, técnicos, trabajadores y transportadores –los reales receptores de esas inversiones– no son peruanos. Así, nuestros minerales habrán servido para pagar trabajo caro fuera del Perú. El valor de esos pagos tendrá que agregarse a los 170 millones mencionados arriba y debe descontarse del monto nominal. ¿Cuál será el resto que vendrá al Perú: ¿Diez por ciento?, ¿Menos?
Entonces, ¿cuánto de los eventuales 4,800 millones de dólares (en el caso de Conga) se gastará realmente en el Perú? Sólo sueldos y jornales derivados de trabajos de baja cotización y muy poco más.
Entendamos: una sociedad como la peruana no puede ser receptora de inversiones porque no cuenta con conocimiento sofisticado que ofrecer.
Entonces, que la minería trae inversiones es un mito. Los fierros sí vienen porque los minerales están acá y ése es el espejismo que nos engaña.
¿Por qué no se exonera de impuestos sólo al monto que se invierte en el Perú? ¿No sería una forma de obligar a que poco a poco se vaya incrementando el acervo de conocimiento valioso nacional? Si no lo hacemos, seguiremos especializando a los peruanos en trabajos de segunda categoría y contribuyendo a la sostenibilidad de la pobreza.
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