Región Lima financia al partido Triunfa Perú
Escribe: Néstor Roque Solís
La región Lima evoca un territorio mágico donde pueden ocurrir los más increíbles sucesos. La región Lima Provincias tierra de las primeras civilizaciones, culturas y noticias inverosímiles, esconde no obstante una satrapía, la dilapidación de recursos regionales, la censura sobre la prensa, persecuciones a trabajadores y chantajes para comprar conciencias de personas por el poder regional del populista Javier Alvarado.
Por todas estas falta y delitos debería intervenir inmediatamente la autoridad, pero el inculpado Javier Alvarado como si fuera una santa paloma, sigue dando la diestra protocolar a los Presidentes del Ministerio Publico, la Corte Suprema y al propio Presidente de la República Ollanta Humala.
Los delitos en que estarían implicado Javier Alvarado y sus funcionarios del Gobierno Regional de Lima por financiar al Partido de Triunfa Perú son:
1. Promover censuras y compras de las líneas editoriales de los medios de comunicación con recursos públicos para hacer campaña política de Javier Alvarado, como lo hizo el fujimontesinismo en la década de los años 90.
2. Utilizar logística y el personal del Gobierno Regional de Lima en el recojo de firmas para la inscripción en el JNE del Partido Triunfa Perú en varios distritos de Lima Metropolitana.
3. Funcionarios de confianza del Gobierno Regional de Lima tramitando en horas de trabajo la inscripción en el Jurado Nacional de Elecciones al Partido Triunfa Perú.
4. El Presidente regional y sus funcionarios estarían recorriendo las regiones del país con recursos del gobierno regional para instalar locales partidarios del Partido Triunfa Perú.
5. Utilización de las donaciones de los empresarios para promover publicidad encubierta, a favor de la candidatura presidencial de Javier Alvarado a la Presidencia de la República para el año 2015. El caso de los cuadernos Wong.
6. Malversación y despilfarro de miles de soles con salida de recibos simples por intermedio de los funcionarios de confianza, de los cuales hay denuncia en la Fiscalía y el Poder Judicial.
7. Cobranza de cupos a los trabajadores de la región para la campaña política del Partido de Triunfa Perú, caso contrario, es despedido el trabajador, del cual, ya existen denuncia en la Fiscalía y Poder Judicial.
Entonces estamos frente a un pillo y poco transparente presidente regional con los recursos de todos los peruanos. El GRL y su sala de prensa actualmente es una caja chica para hacer clientelismo, proselitismo, censuras y manipulaciones de la información para favorecer la campaña política de Javier Alvarado con miras al año 2015. La pregunta es ¿si así comienzan como terminaran los últimos años de su gestión?
¿DÓNDE ESTA EL PERIODISMO TRANSPARENTE Y MORALIZADOR?
Mientras tanto la prensa regional mercenaria pasa por alto el escándalo de la corrupción y el mayor despilfarro de dinero público en la administración del Gobierno Regional de Lima. Anteojeras ante el prevaricato de los poderosos, mentiras para apoyar el proyecto político del poder de Triunfa Perú de Javier Alvarado y Fernández Estrella: ¡he aquí el periodismo moderno y transparente que cacarea todos los días en algunas emisoras de la región Lima!
Estos comunicadores están chuponeados por el dinero y aplican la ley del embudo. Antes era férreos fiscalizadores y hacían escándalos mediáticos, ahora se dedican a contar cuentos y llenar de pleitesía al patrón regional con careta de santo, cuando es un pillo ya conocido en el sur y ahora en el norte por sus andanzas millonarias de peculado y malversación de los fondos públicos del Estado.
La región Lima se enfrenta al desafío de acabar con su agobiante retraso socioeconómico, el manejo clientelar de la política y la personalización de la justicia, factores que abren la puerta al atropello y al poder sin límite.
Más allá de las cualidades de algunos funcionarios del Gobierno Regional de Lima, este sistema se reproduce porque es funcional a muchos sectores. A los poderosos de la región, porque pueden seguir quedándose con la parte del león del presupuesto regional, principal recurso de las jurisdicciones pobres, y a los políticos nacionales, porque crecen políticamente aliándose con personajes como Javier Alvarado.
La solución sólo será posible si se supera el esquema alvarista, caracterizado por: a) su capacidad de negociación en el nivel nacional basada en su férreo manejo de los recursos de la región, b) su habilidad para asignar los recursos de origen regional a una base política muy permeable a la dádiva clientelar: la población pauperizada del campo y de los pequeños pueblos de la región, muchas veces se contentan fácilmente con migajas, y se hace lejano todavía una mirada los proyectos de impacto regional.
Esta forma de asignar los fondos del Estado asfixia el desarrollo de la economía regional, ya que implica realizar de manera deficiente las tareas básicas a su cargo, a la vez que impulsa a los sectores económicos más dinámicos a funcionar como enclave, desbaratando la posibilidad de transferir su impacto virtuoso sobre el conjunto del aparato productivo regional.
En el plano económico, se presenta ahora un problema cuya resolución es urgente, si no se quiere repetir experiencias históricas negativas y consolidar, si cabe, el atraso de la región. Los últimos datos nos muestran que la inseguridad ciudadana es un clamor general en la región, la agricultura ha perdido su competitividad y los ganaderos cada día pierden más plata. La intervención regional es imprescindible para evitar que, como está ocurriendo en el Complejo Agro-Industrial Andahuasi, se construya un patrón productivo basado en enclaves latifundistas que presionen sobre la tenencia de la tierra, profundizando los problemas socioeconómicos que ya denuncian los propios trabajadores del valle Huaura-Sayán.
Desterrar la política clientelista y proselitista del alvarismo implica un cambio sustancial en la sociedad regional a partir de construir una modalidad democrática de relación entre la base social y la conducción política. Esto supone una mayor participación de los actores sociales, políticos, sindicales, productivos, etc., en la reformulación del Estado como mediador social, redistribuidor de excedentes y motor del desarrollo regional. La crisis tiene un carácter social y político; en su base se encuentra la reacción popular al alojamiento crónico de un sector político que ha usado al Estado como medio de enriquecimiento y acumulación de poder sin límites.
En el marco de un continuo deterioro de la calidad de las instituciones de la democracia, que tiene dentro de sus indicadores más terribles de censuras, manipulaciones, proselitismo, despilfarro de los recursos públicos y violaciones a los derechos civiles y laborales de los trabajadores representan un reto mayor de todos, para enfrentar el sistema opresor y manipulador de la camarilla política de Triunfa Perú. Los derechos humanos y la dignidad de un pueblo no valen un puñado de monedas, ni un canto de sirena de medios mercenarios que ha conquistado el patrón regional.