Fuego graneado contra Daniel Abugattás

daniel abugattas 26Por Gustavo Espinoza M. (*)

De modo general, no es aconsejable que se personalice un análisis político. Pero resulta inevitable cuando en el centro del debate se coloca un tema que tiene que ver con personas situadas en posiciones de Poder y cuya conducta está siendo evaluada por la colectividad. Este es el caso que involucra a Daniel Abugattás Majluf, el Presidente del Congreso Peruano. Una  propuesta de censura a su gestión  será debatida —y seguramente rechazada— en el Legislativo en los próximos días.

 

Un elemento formal explica la propuesta, originada en la magra y patética bancada parlamentaria del APRA.  Javier Velásquez Quesquén, uno de los 4 congresistas del PAP tomó la iniciativa, amparado en un asunto de orden burocrático: el cuestionamiento al Programa “Gestores para el desarrollo local”, impulsado por el Presidente de la Cámara en el empeño de ayudar las iniciativas locales de inversión. Ciertamente, un pretexto para esconder propósitos mayores, pero también para distraer la atención de la gente respecto al avance de las investigaciones de la Mega Comisión que indaga los latrocinios de Alan García en su gestión gubernativa.

Consciente de eso, la “prensa grande” ha pretendido adjudicarle al caso un matiz distinto. Buscó así enfrentar al Titular del Congreso con el Presidente del Consejo de Ministros Oscar Valdez, cuestionado por su errático comportamiento en el tema del proyecto minero de Conga.

Abugattás, en efecto, formuló observaciones al rumbo impuesto en la materia, pero lo mismo hizo —en ese y otros temas— la vicepresidenta de la República y también congresista Marisol Espinoza y —además— Nadine Heredia, la activa Primera Dama de la Nación. El caso alarmó a la ya jocosamente considerada DBA (Derecha Bruta y Achorada) que busca hoy convertir a Valdés en una suerte de sortilegio de múltiples efectos.

Valdez, para la DBA, es —con el ministro Carranza— la única garantía de “ponderación” y “buen tino” en la gestión pública. Al mismo tiempo, el último reducto en el que pueden parapetarse los derrotados de junio del año pasado. Y, finalmente, la piedra de toque que les ha de permitir a ellos, saber quién es “demócrata” y quién “marxista”, “caviar”, “enemigo del progreso” y, por tanto “anti peruano”. En el fondo, Valdez es para esa pandilla, paradigma de Yanacocha y el Proyecto Conga. Por eso lo han convertido en intocable. Y si alguien tiene una opinión distinta, entonces… ¡palo con él!

Pero hay otro tema de fondo en el cuestionamiento que se formula a Abugattas. Recientemente del titular del Legislativo viajó a Cuba,  y formuló allí  declaraciones a favor de las relaciones entre nuestro país y la patria de Martí, el caso de los 5 antiterroristas cubanos encarcelados desde hace más de 13 años en las prisioneros del Imperio, y el bloqueo impuesto a Cuba por el gobierno yanqui.

Los dos temas subyacen en el escenario que busca crear la derecha más reaccionaria. Desde Jaime Althaus hasta Cecilia Valenzuela, pasando por Aldo Mariategui y sus cabilderos; se han empeñado todos en descargar fuego graneado contra el titular de la Cámara, cayendo por cierto en el anticomunismo más huachafo, ridículo y ramplón.

Ellos temen más que a Satanás cualquier posibilidad de recuperación de las fuerzas progresistas, y detestan a Cuba y a todo lo que se asemeje a ella. No soportan que nadie viaje allá, que declare algo que acerque a nuestros pueblos, que reconozca algún avance en nuestros vínculos solidarios o de hermandad. Se les escarapela el cuerpo cuando la gente habla de Cuba y muestra simpatía por Fidel, por el “Che”, la Revolución, o el socialismo.  

En esa línea, el diario Correo se ocupó del tema el miércoles 22 y el jueves 23, fecha en la que insertó —además— declaraciones de Juan Velit Granda, quien pomposamente funge como “analista, experto en política internacional”.

Este “experto” ha sostenido con desparpajo insólito que la declaración de Abugattas constituye “un error monumental”. Es —ha dicho con voz altanera—  “un involucramiento  en un asunto que es estrictamente bilateral entre Estados Unidos y Cuba”. ¿En qué consistiría ese “monumental error”? Inmiscuirse en algo que  “no le compete”. Y es que —según Velit— los asuntos entre Estados Unidos y Cuba, son temas “bilaterales” que sólo conciernen a ambos países.

Si por ventura eso fuera cierto, ¿cómo se explicaría el que el Asamblea General de Naciones Unidas durante 18 años consecutivos aprobara resoluciones de condena el bloqueo norteamericano contra Cuba ¿No es ese un asunto bilateral que concierne sólo a dos países? Pero hay más: ¿Cómo se explica que la Comisión para Detenciones ilegales de Naciones Unidas haya condenado la detención de los 5 y demandado su libertad? ¿Cómo, el que Amnistía Internacional haya asumido la misma propuesta? ¿Y cómo que tal pedido haya sido elevado al Parlamento Europeo, al Secretario General de Naciones Unidas, a la OEA y a cuanta instancia internacional exista?

Es que no se trata de un “asunto interno”, sino de un abuso incalificable contra ciudadanos inocentes, luchadores antiterroristas que sufren el efecto de una vulgar represalia intimidatoria contra su pueblo y su gobierno. Y de un hecho extremadamente perverso que ha soliviantado al mundo

El señor Abugattás —dice Velit— “no conoce las razones que tuvo Estados Unidos para procesar a los cubanos”. Lo que oculta el “analista” es que la opinión pública de los Estados Unidos tampoco conoce esas razones. Y es que los EE.UU hizo un juicio cuasi secreto y no informó del mismo a nadie.

No obstante, fue notorio que las autoridades judiciales de Estados Unidos  no pudieron sostener la acusación  contra los 5 que esbozaran inicialmente, y tuvieron que retirarla. Se vieron forzados admitir que los detenidos del 12 de septiembre de 1998, no eran ni espías ni terroristas ¿Por qué el señor Velit no toma eso en cuenta y sigue con la monserga aquella de “los 5 espías cubanos”?

Para Velit —y lo confiesa— “no importa que ellos sean inocentes o culpables”. Ese, es “otro problema”, admite orondo.

Ese “sapo”, no se lo traga nadie. Porque al mundo, sí le interesa saber quién es culpable y quién no lo es. Sobre todo en casos tan delicados como el espionaje o el terrorismo. Y en el caso de los 5, la inocencia de los acusados ha dado la vuelta al mundo.

Hay algo, sin embargo, que se puede rescatar de la declaración de Velit. Si seguimos el hilo de su reflexión, lo lógico sería que Estados Unidos saque a luz pública el caso de los 5, y exponga al mundo lo actuado. No lo hace, porque sabe que no puede sustentarlo. Porque sabe a ciencia cierta que son inocentes. Y que esa, es una verdad incontrastable.

Pero hay una consideración adicional: las relaciones que unen al Perú y Cuba son muy profundas y tienen larga data y sustento. Y Velit lo soslaya: En Junín y Ayacucho, pelearon cubanos en las filas del Ejército Libertador. Y en Cuba combatió nuestro héroe de Huamachuco, Leoncio Prado. El Perú reconoció en su momento al gobierno de Cuba en armas, en la lucha por la Independencia; y Cuba nos tendió la mano siempre. Hoy mismo, más de 1,500 jóvenes peruanos estudian para graduarse de médicos en la Isla de Maceo y de Martí ¿Podría haberlos formado así el Estado Peruano?

Estados Unidos nunca tuvo, en relación al Perú, un comportamiento similar. Nunca preparó —por ejemplo— a nuestros médicos en sus universidades. Hizo al revés: se llevó para allá a jóvenes médicos a los que pudo persuadir con verde moneda. “Robo de cerebros”, podría llamarse a esa inconducta. Pero no fue la única. También se llevó nuestro petróleo y se lleva nuestros minerales: oro, plata, cobre, estaño, gas. Levanta todo lo que puede.

Las poblaciones del Callejón de Huaylas, afectadas cruelmente por el terremoto de 1970; o las del sur chico, dañadas en agosto del 2007; no recibieron de parte de los Estados Unidos la misma ayuda que les proporcionara la pequeña  y heroica Cuba. Por las venas de los peruanos no corre la sangre yanqui, sino la Mambí.  

Por eso la declaración del Presidente del Congreso peruano debe ser adecuadamente valorada. A ella se suman todos los que tienen conciencia de dignidad y de justicia.  El fuego graneado que hoy se dispara contra Abugattás tiene una sola razón: el miedo que le cala los huesos a la reacción más negra (fin)

(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera / http://nuestrabandera.lamula.pe