Con pompa mediática ¡cuándo no! y alborozo formal, anunció ayer el primer ministro Jorge del Castillo la conformación de un grupo mixto del Ejecutivo y Legislativo, comisionado para combatir el “lavado de dinero, terrorismo, secuestro, tráfico de armas y otras formas del crimen organizado”. Muy interesante cuanto que puestos de trabajo para burócratas especialistas en vivir de la magia teórica de papel en tinta mojada. ¿Y qué hay contra los delitos económicos que perpetran leyes con nombre propio; licitaciones con dedicatoria; privatizaciones con dueños sin pergaminos ni experiencia; contratos de estabilidad jurídica para robarle al país por impuestos que no se pagan; denuncios mineros que contaminan el medio ambiente y agotan fuentes no renovables; pandillas de rábanos caviares y vivos de todo tipo que mendigan dólares a gringos bobos y que se hace en nombre de los derechos humanos que resultan en el alimento de bolsillos robustos de pícaros que navegan con bandera de“intelectuales” pero que sólo han institucionalizado el robo vía la expiación de conciencias que así creen luchar por el mundo subdesarrollado? ¡Nada de nada!
¿Cómo se juzga y castiga, paseo público en burro y a chicotazos, y devolución de todo el dinero mal ganado, a diplomáticos que no hacen nada por Perú, que han protagonizado vergonzosas cesiones vía tratados o actas como la de 1985 con Chile o1968-1969 y las claudicantes notas reversales, también con el vecino del sur, o lo de Arica en 1999 en supuesto –y mil veces negado- cumplimiento del Tratado y Protocolo de 1929? Las traiciones, disfrazadas de tratados o actas, no inhiben alpueblo peruano de sancionar ejemplarmente a sus títeres episódicos y dueños de apellidos “respetables”.
¿De qué modo se sanciona a empresas mineras o gasíferas que envenenan el medio ambiente, pudren tierras, encharcan ríos y matan a los peces y a la fauna ―ntre ellas al hombre de la zona―que se alimenta de ese recurso y que viven felices NO pagando impuestos que contadores y sociólogos, así como pseudo-periodistas mercenarios, justifican y presentan ante la opinión pública local como hechos acordes a ley porque les pagan para eso?
¿Qué se ha previsto para meter entre rejas a quienes mal hicieron la concesión tramposa de un solo caballo como fue la del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y que se regaló a una empresita que tenía un capital de apenas US$ 3 mil como fue Lima Airport Partners, LAP, hoy procurando NO construir la segunda pista del primer terminal aéreo y que nos ha comprometido en un préstamo de US$ 125 millones de dólares con bancos alemanes y norteamericanos?
¿Cómo flagelamos a ministros, como cierta vendepatria que ha ordenado desde su portafolio “todas las facilidades” para los propietarios del Fundo San Agustín, en los aledaños del Jorge Chávez y que quieren hacer su “agosto” robándole al Estado aprecio comercial para aprovechar así el pánico que ordena, “todas las facilidades”, a estos estafadores en perjuicio del pueblo peruano? ¿No fue, acaso, días atrás, al despacho del ministerio de Transportes y Comunicaciones, el abogado Miranda ennombre de San Agustín?
¿De qué modo se castiga a quienes, en lugar de cautelar la propiedad y patrimonio del Estado, lo mal venden y abaratan mañosamente para regalarlo a piratas modernos que usan corbata y saco y que les premian con suculentas coimas dolarizadas y que ―para colmo de males― legalizan administrativamente? ¿quién castiga a estos abogánsteres que pululan en la administración pública?
¿Se ha previsto la destitución pública de los dirigentes anteriores o actuales que sean negligentes como es el caso de Ositran, que dejaron pasar la sobrevaluación de las mangas del Jorge Chávez por sumas como de US$ 300 mil en cada una de ellas (son siete)?
¿Con qué chicote se sanciona y apostrofa públicamente al contralor general Genaro Matute permitidor abusivo de todas estas irregularidades y sobre las que NO dice nada y ha encarpetado desde hace largos y sospechosos meses?
¡Qué bonita la fanfarria por payasadas y qué denigrante que todo lo anterior no tenga ni pizca de respuesta porque estaríamos golpeando al sistema nacional de corrupción que es más grande que el Estado. O mejor dicho, es el Estado peruano secular y consuetudinario! ¡De eso no se dice nada!