¿Y qué hacen los servicios de inteligencia?oscar valdes 1

Por Juan Sheput

Se sabe de las limitaciones del gobierno del presidente Humala. Que algunos hayan decidido renovar lo que Manuel González Prada llamaba el pacto infame de hablar a media voz es otra cosa.  Pero el  deterioro de la seguridad, la educación,  la institucionalidad es de tal magnitud que es preciso pronunciarse.

 

Hace poco el presidente Ollanta Humala nos brindó un gesto político, sin efectos prácticos sobre la economía del país,  en relación al llamado Lote 88. En tan sólo una semana, en la misma zona,  40 trabajadores del consorcio Camisea son secuestrados en Kepashiato, provincia de La Convención. Como es de suponer, al ser temporada de encuestas, la noticia buscaría ser minimizada por el oficialismo, a tal punto de dar versiones contradictorias  sobre liberación de rehenes  que parece sólo han sucedido en su imaginación.

Más allá de la notoria incompetencia de los ministros del  Interior y Defensa, así como del propio jefe del gabinete, habría qué preguntarse qué vienen haciendo los servicios de inteligencia.

Una acción armada, como la del secuestro de 40 trabajadores de una importante empresa en una zona en donde  el presidente acaba de cubrir  un evento, no se realiza de manera improvisada. Un servicio de inteligencia eficiente  habría notado movimientos extraños que le exigiera  actuar para evitar el drama del secuestro que se vive en la actualidad. Un gobierno desconcertado, que no sabe qué hacer, busca la distracción a través de otras noticias para minimizar un hecho que en sí es muy grave: el secuestro de 40 compatriotas en manos de delincuentes terroristas.

La inteligencia es un proceso que consiste en recopilar información  para el proceso de toma de decisiones. La información se convierte en inteligencia sólo cuando se utiliza, de lo contrario es una ruma de papel con datos.  Otorgando  el beneficio de la duda  al Sistema de Inteligencia creo que la raíz del problema está en cuáles son las prioridades de los ministros, encabezados  por el señor Oscar Valdés. Si la prioridad es el vídeo  que desacredite  al colega, como sucedió con el expremier Salomón  Lerner o seguir a líderes sindicales como pasó con dirigentes cajamarquinos, entonces deberíamos preocuparnos pues la seguridad interna y externa estaría expuesta a graves problemas.

Por supuesto que esta incompetencia  no llama la atención. Como sólo interesa la economía que tiene en  “Piloto Automático”  a un buen gestor,  mostramos complacencia en asuntos que merecerían mayor crítica. Ignoro la instancia en que por estos días se discuten los informes de inteligencia si el Consejo de Ministros es “virtual”  es decir por correo electrónico o chat. Tan virtual que el nivel de reflexión política del gobierno es tan amplio como los 140 caracteres de la longitud de un tuit.

 Columna publicada hoy en Diario 16