Acusan a congresista Walter Acha de violar a su auxiliar

Comportamientos desordenados de trabajadora y congresista.

Idelia Calderón, abogada auxiliar del congresista Walter Acha, denunció haber sido víctima de violación por parte del legislador, a quien acusó de haberla dopado.

En el programa Cuarto poder, de América Televisión, Calderón dice que viajó con Acha en comisión de servicio a la ciudad de Pucallpa, donde se alojaron en la misma habitación, hecho que aprovechó Acha para doparla y violarla el 26 de febrero.

 

Calderón señala que ese día tuvo dos caídas que la dejaron un poco inconsciente y le causaron dolor en todo el cuerpo. En horas de la noche salieron a cenar con unas amigas del congresista. Como se sentía mal, decidió retornar a la habitación del hotel y Acha ofreció acompañarla.

“Bebí un gatorade que estaba encima de la nevera… Estaba abierto, hacía mucho calor y me tomé el gatorade. Después ya no me acuerdo más, me quedé dormida hasta el día siguiente que me levante un poco zombi, con dolor de cabeza y los ojos hinchados”, dijo.

Tras unos días Calderón comenzó a sentir los síntomas de embarazo. Una prueba médica certificó el estado.

En una grabación Acha admite que tuvo relaciones sexuales con su auxiliar, pero no llegó a la eyaculación y comenta una explicación que le había dado un médico respecto de que es posible un embarazo sin necesidad de la eyaculación. Agrega que a ninguno de los dos les conviene el embarazo.

La auxiliar sostiene que después Acha sugiere aborto. “Lo vamos a solucionar, Los dos hemos querido. Yo sé, mi amor, no nos conviene a ninguno de los dos, para mañana hay que buscar un…”, se escucha en el vídeo.

Posteriormente el parlamentario depositó S/.800 en una cuenta bancaria de Calderón, el 13 de abril. Acha sostiene que ese monto corresponde a una deuda que le tenía “porque me había vendido unos perfumes”. Calderón alega que ese dinero le fue abonado para que se practique un aborto.

La trabajadora del despacho congresal de Acha acusó a su jefe de amenazarla de muerte a ella y a sus amigos y ha sufrido un aborto espontáneo hace unos días.

Abordado por la prensa, Acha negó la violación y dijo que sí compartió la habitación pero que no hubo relaciones sexuales, y finalmente terminó señalando que ella lo sedujo desnudándose y que él, pese a que se negaba, terminó accediendo.

“Como amigos, nos abrazábamos, nos dábamos piquitos a veces, como dicen, un ‘chape loco’, pero de que yo haya tenido una relación formal, nunca”, manifestó y aseguró que no hay testigos de la denuncia.

En tanto, Gana Perú separaró a Acha de su bancada para que pueda responder sin comprometer al partido.

Acha aduce que dese hace algunas semanas he recibido amenazas de una banda de delincuentes, que violando su intimidad han grabado imágenes y audios para extorsionarlo, exigiendo 50 mil dólares americanos a fin de no entregar dicho material a los medios de comunicación.

La respectiva denuncia ha sido hecha ante la División de Estafas de la Policía Nacional para que inicie las investigaciones del caso.

Asegura que estos delincuentes, al no recibir ningún pago, han cumplido su amenaza de entregar el material a los medios de comunicación con la finalidad de dañar su honra.

Comportamientos desordenados de trabajadora y congresista

Esta denuncia revela la clase de trabajadores y congresistas que tenemos, donde les parece normal que hombre y mujer, sin ser marido y mujer, compartan la misma habitación con el pretexto de austeridad u otros motivos.

El hecho de que la trabajadora acepte tal situación, dormir en el mismo cuarto que un trabajador de sexo masculino, resta credibilidad a su denuncia. Es una vulgaridad que un hombre, aprovechando su calidad de jefe lo proponga, pero es una estupidez por parte de una mujer el aceptarlo. Es increíble que haya una trabajadora que acepte tal humillación en silencio, lo cual hace el caso sospechoso, pues su aquiescencia da a entender su disposición a traspasar los límites del trabajo para entrar en situaciones libidinosas.

Entonces, Calderón, como abogada que es, debió negarse a dormir en la habitación con el legislador y denunciarlo de inmediato. El silencio de tantos meses sólo apuntaría más a que los hechos se debieron a una conducta libertina de ambos individuos.