Socialismo; ¿Cambiar los términos de referencia?

Javier Biardeau R.

“La historia del socialismo como discurso y práctica del movimiento obrero administrado, concluye actualmente en una bifurcación en la cual el socialismo reformista se ha vuelto expresión y práctica cotidiana de la subsunción de la sociedad global en el capital, mientras que el socialismo revolucionario ha devenido en un socialismo nacional que reivindica la sustentabilidad de la acumulación de capital al amparo de un único Estado nacional, y de este modo expresa a este capitalismo que por su debilidad es excluido de la globalización. En ambos casos el socialismo ha perdido el momento de la separación del orden despótico del capital o, mejor dicho, lo ha convertido en un momento totalmente interno al movimiento del capital que diferencia la acumulación global de las acumulaciones nacionales.”(S.N) (Enzo del Bufalo; Adiós al Socialismo, p. 515)

 

 El debate sobre la izquierda y el socialismo continúa.

El amigo Rigoberto Lanz en su entrevista a Últimas Noticias (4-3-2012) considera que el debate del “Socialismo del siglo XXI” es un tema de “intelectuales, para gente que está en otra onda”, y que por tanto no tenga incidencia electoral. Disentiré de esta opinión.

La crisis de la modernidad, del capitalismo, de la civilización tecno-industrialista, del desarrollismo afecta los modos cotidianos de socialidad de las personas, su pleno “desarrollo humano”.

No se trata tampoco de plantear que la muchedumbre abigarrada y los “trajes ambulantes” que recorren las catedrales de consumo, plazas, playas y bulevares anden correlacionado sus actitudes cotidianas con dilemas existenciales sobre “Socialismo o Capitalismo”.

Tal vez lo que está en el tapete hoy reside en la salud del Presidente Chávez, cómo podría afectar el curso de la vida de un país, e incluso, de una región entera.

Sin embargo, he insistido que desde que fue utilizada la “bandera del socialismo del siglo XXI”, el extravío sobre este horizonte de emancipación ha devenido en una tragicomedia de equivocaciones que encallan en la equivalencia “Socialismo del siglo XXI=Socialismo Burocrático del siglo XX”. En parte, por la campaña anticomunista con cierta influencia polimediática que no sale aún de los espectros ideológicos del “inciso sexto” de López Contreras. En parte, por el desastroso hándicap ético-intelectual de la izquierda venezolana que acompaña al “chavismo” como fenómeno de movilización nacional-popular. El siglo XXI requiere algo más que mitos consoladores del siglo XX o del seguidismo ideológico legado por una subcultura de la “importación rentista” en el campo intelectual.

 El imaginario político (en el sentido fuerte de Castoriadis) ha sido clausurado si seguimos atascados en que la izquierda sólo tiene dos vías: a) el socialismo reformista (Bernstein), b) el socialismo revolucionario (Lenin). O para contextualizar en nuestros marcos provincianos: “O Rómulo Betancourt o Fidel Castro”. ¿Crisis del imaginario instituyente de izquierdas? Sin duda. Quizás cabe aún retomar la distinción entre Teoría tradicional y Teoría crítica (Horkheimer-Adorno).

La realidad no se agota en lo existente-instituido, la realidad es cambio, transformación, devenir, mutaciones, invenciones, procesos instituyentes.

Allí estriba la diferencia entre un pensamiento crítico radical y un marxismo burocrático encallado en la “veneración supersticiosa del Estado”=Estatismo (palabras literales de Marx).

¿Cuándo el Socialismo devino momento de subsunción al proceso de valorización del Capital o reproducción del orden de sumisión=Socialismo-Nacional-Estatal? Justamente, cuando perdió el momento de crítica radical, lo que Badiou llama la “Invariante Comunista”.

 Al perderse esta invariante, las “revoluciones jacobinas-blanquistas” instalan una “Nueva Clase”, mientras los procesos “reformistas” se hacen proclives del “Gatopardismo”.

El momento de separación reside en combatir cualquier “Nueva Clase”, como desenmascarar las imposturas de “Gatopardos”. A esa posibilidad la llamamos Democracia socialista.

Más allá del Capital, sin estatismos autoritarios ni los cantos de sirena del capitalismo con Rostro Humano.