Por Aldo Mariátegui
- Veo a JDC dando lecciones por TV al Congreso sobre los excesos en cobros y no puedo menos que reírme mucho. ¿No fue acaso este señor el que enjuició infructuosamente al Congreso para que se le abonen las remuneraciones como congresista que no cobró entre 1992 y 1995 por el autogolpe fujimorista que abortó el periodo legislativo 90-95? ¿Con qué cara entonces ahora juzga tan duramente a Ana Jara o al resto? Es comprensible que JDC ande ahora en una campaña para levantar su imagen tras su bolsera suspensión y ahora ande de juez del Congreso que lo mandó -merecidamente- a su casa, pero que no se pase... La pena es que a menudo los colegas no se preparan un poco antes y no le hacen este tipo de preguntas para ver qué responde.
- Es alucinante cómo los caviares se saben mover y cómo se apoyan entre ellos, aun pasando fronteras. Son una red. Aquí nadie en su sano juicio -ni los mismos caviares peruanos- hubiera colocado a nuestra tan ineficiente alcaldesa limeña como una de las 100 protagonistas latinoamericanas del año, pero el papel aguanta todo y le dieron ese inmerecido galardón en El País de España, que es el templo caviar del periodismo ibérico (estudié allí y lo conozco muy, muy bien. Curiosamente, siempre me ha tocado estar en el interior de las ballenas caviares, como la ex PUCP). Me imagino que por ser tan rochosamente politizada y sesgada la designación, aquí la caviarada no rebotó tanto la noticia y le reventó cohetes, como lo hubiera hecho normalmente.
Y siguiendo con nuestra nunca lo suficientemente elogiada alcaldesa, protagonista ahora de la noticia latinoamericana en tierras españolas gracias al caviarazo corresponsal Francisco Peregil (y a un conocido colega local que tiene muchos amigos en El País. Me refiero al mismo autor de la nota en The Economist. Le sigue moviendo prensa extranjera a Villarán). ¿No se supone que la honestidad, la ética y la transparencia son sus divisas? Entonces, ¿cómo es posible que cuente en la sesión edil que han habido grandes firmas que han intentado ganar una obra pública a base de irregularidades y después no revele los nombres de las que habrían protagonizado estos intentos de sinvergüenzadas? ¿Acaso la izquierda rojicaviar no crucificó precisamente al exministro de Vivienda Francis Allison por hablar del ofrecimiento de una coima por un millón de dólares para asignar la planta de Taboada y no revelar nunca quién fue? No estamos acusando de nada malo a la alcaldesa y aplaudimos que exponga públicamente estos enjuagues, pero su silencio al respecto la estaría acercando peligrosamente al delito de encubrimiento, además de que se tiraría abajo todo su discurso político basado en que ella y los rojicaviares son los representantes en la Tierra de lo puro e inmaculado y el resto de mortales desgraciados que los cuestionamos somos simplemente "mafias""(claro, los transportistas y los comerciantes de La Parada no les eran "mafias" en las campaña y hasta su asesor Guerra García bailó y cantó, tipo Shapi, con Rau-Rau en la TV).
Y cuidado que se le sale el Rímac a Villarán y se vuelve a dar un "olón" como aquel de La Herradura, solo que mil veces peor. Sería una tragedia que el río inunde ese túnel y se pierda todo lo trabajado, más aún si eso sucede porque la obra no fue acabada antes de la temporada de lluvias serranas y de crecida costeña. ¡Si se sale el río, me imagino que lo acusará de "mafioso" y "revocador"!
- ¡Felices fiestas para mis tuiteritos! Incluso para los cobardes pobres diablos que se esconden en el estiércol del anonimato, tapándose con caras "angelicales" de perros, personajes de series mitológicas gringas o figuras/nombres de dioses precolombinos. También para el procaz jardinero de Miami, que inmerecidamente lleva el nombre de un héroe cartaginés. Y las deliciosas feas agresivas, como esa alada. ¡Abrazos!
P.D. Esta columna aparecerá esporádicamente en estos días de fiestas.
Correo, 27.12.2012