García quiere ser presidente en el 2016
El Presidente de la República admitió que desea volver a ser electo en el 2016, según señaló a la prensa local. “Soy un hombre dedicado al Perú, no tengo adónde ir a vivir”, indicó Alan García.
¡Pero vaya que sí tiene a dónde ir! Con fondos misteriosos se compró un departamento en París de un millón y medio de dólares, en el cual gozó en tranquilidad manteniendo con lujos a su familia y enviándolos a las universidades más caras del mundo, mientras esperaba que prescribiesen los delitos por los que se le acusaba. En tanto, la dictadura flagelaba a los peruanos.
Si tenemos un personaje con desmesurado apetito por el poder pese a su incapacidad moral, deficientes dotes de gobernante y comportamiento errático, es a causa de la tibia, mediocre y cómplice oposición de los partidos políticos y los congresistas.
¿Quién exigió que se someta a investigación por enriquecimiento ilícito renunciando a la prescripción en que se esconde? Algunos lo dicen, pero ningún político hace de esta necesidad una causa que valga la pena: no organizan una campaña de toma de conciencia en la población y ni siquiera realizan un simbólico plantón, como si fuese normal que un mandatario esté dando el mal ejemplo a la niñez y a la juventud.
Al parecer, bastó que García pida perdón para convencer a los mediocres políticos, pese a que, ahora que está en el poder, burla todas sus promesas, para lo cual cuenta con la complicidad de la prensa mermelera y complaciente (90% de los medios de comunicación), objetivo alcanzado que poco tiene que envidiar a los tiempos del dominio fujimontesinista de la prensa y medios de comunicación.
“Eso lo decide la divina providencia. Claro que me gustaría ser por tercera vez presidente del Perú. Y cuando veo gente que me quiere petardear, yo digo: ‘Hagan lo mismo que hicieron la otra vez y volveré más rápido’”, señaló burlonamente.
Ahora se le ha dado por utilizar la religión y hablar de la “divina providencia” cuando no cesa de escandalizar con su inmoralidad: miente, no cumple sus promesas, presenta públicamente un hijo extramatrimonial frente a su esposa, está hinchado de soberbia y desprecio por los peruanos y veremos qué más sorpresas pueden traer los escándalos de corrupción, los cuales, pese a que parecen tener una marca de nacimiento en Palacio, hasta ahora no se puede (o no se quiere) probar con claridad el involucramiento directo de García.
Con los políticos que tenemos, que creen que política es sólo ser el hombre de la pose y de la declaración, no sólo sería posible que García sea otra vez presidente, sino cualquier otro oscuro personaje.
A los mediocres y oportunistas los conocemos desde ahora: a lo más declaran, no marchan, no hacen plantón ni mucho menos realizan un trabajo de concientización y movilización de la población, sólo saltan cómodamente a la luz durante las elecciones a pedir votos. Fuera de campaña permanecen en sus escondrijos y madrigueras.