plaza ayacuchoJans Erik Cavero Cárdenas
 
A pocos días de culminar el periodo fiscal 2013, la ejecución del gasto en una de las regiones más pobres del país va de mal en peor. En efecto, el Gobierno Regional de Ayacucho, con un Presupuesto Institucional Modificado (PIM) de 387 millones de soles para proyectos de inversión, presenta un avance del 60,6%. Pensé que a 3 años de gestión la administración regional aprendería de sus errores. Me equivoqué.

 

A nivel desagregado, la Sede Central del gobierno regional muestra un avance de 58,6%; la Dirección Regional de Agricultura, 70,8%; PRIDER, 72%; Transportes, 42,5%. Sin embargo, la ejecución presupuestal en los 2 sectores más importantes para el desarrollo de la región da cuenta de una situación alarmante: La Dirección Regional de Educación ha ejecutado el 44% de su presupuesto, mientras que Salud sólo ha gastado el 7,4%. Aquí hay responsabilidad de los directores regionales y ciertamente del Gerente de Desarrollo Social, quien no es un gestor de políticas sociales, ni tiene la talla de un directivo público altamente profesionalizado.
 
El mensaje de estas cifras porcentuales desnuda no sólo la ineficiencia de la administración pública regional, sino además la falta de dirección y conducción política, la carencia de directivos públicos, la ausencia de liderazgo, y la miseria moral de quienes están procesados por corrupción y de otros que aún no han sido denunciados. Que el asesor presidencial Carlos Palomino, ex asesor de Urquizo Maggia, reciba por PNUD una retribución súper generosa es francamente un insulto a la pobreza.
 
¿Por qué Oscorima es un hombre exitoso en sus negocios privados y un fracaso como presidente regional?, ¿Oscorima permitiría que le roben en una de sus empresas de ocio?, ¿por qué el presidente regional sería pulcro para seleccionar a los administradores de sus empresas, y no así a los gerentes y directores del gobierno? Probablemente porque desconoce la esencia de lo público y los conceptos de interés colectivo y bienestar general.
 
Si a nivel de proyectos de inversión la región no está en una situación expectante, a nivel de gasto total, incluido gasto corriente (remuneraciones), Ayacucho —con 84,3% de avance—  comparte los últimos lugares con Tacna (75,4%), Moquegua (73,7%), Apurímac (81,2%), Cusco (74%), Ica (83,7%) y Huánuco (81,9%). Lamentablemente, la transferencia de recursos ordinarios no utilizados se revertirá al Tesoro.
 
De otro lado, en el ámbito de los gobiernos locales la situación no está mejor que el gobierno regional. La ejecución del gasto total muestra que Huamanga, cuyo alcalde también está procesado por corrupción, tiene un avance de 62,1%, ubicándose en los últimos lugares junto a las municipalidades provinciales de Fajardo (47%),  Parinacochas (56,1%), Vilcashuamán (60,9%) y Huanta (64,8%). Huancasancos, que encabeza el ranking, presenta un avance de 73,6%, cifra poca alentadora en comparación con las provincias ubicadas en la costa del país.
 
No sé porqué, ni debido a qué el Presidente Regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, pretendería la reelección el 2014. El grupo que pertenece a su entorno (periodistas, empresarios, ayayeros) es el más entusiasmado, pues está de por medio obras, proyectos, recursos, lobbies. Si Oscorima es un hombre inteligente debe descartar su candidatura y optar por lo más sensato: Retomar la conducción de sus negocios privados y empresas de ocio. Él sabe que no tuvo, ni tendrá, éxito en el sector público.
 
Un asunto que debemos tomar en cuenta es lo puramente cuantitativo que muestra la data del Ministerio de Economía, y a ello se circunscribe nuestra evaluación. El complemento, sin duda, será evaluar la calidad del gasto y esa tarea se la dejamos a nuestros lectores, a los evaluadores de políticas públicas y a quienes realizan investigación social. Yo, que vivo en Ayacucho y basado estrictamente en la realidad, no conozco un proyecto de impacto regional ejecutado en los últimos 3 años.

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