Con bombos y platillos, además de gran despliegue de prensa, los candidatos a la alcaldía de Lima (y del interior) firmaron el llamado Pacto Ético en el Museo de Arte de Lima.
No obstante, tratándose de sólo ética, si los alcaldes no cumplen no habrá sanción. De hecho, habrá quienes lo trasgredan, pues comenzando por la alcaldesa Susana Villarán, no sólo que no respeta la ética, sino que no respeta la ley, por lo cual ha sido objeto de sanción o investigación.
Recordemos que Villarán prometió que no iba a postular, pero demuestra que no tiene palabra al ser candidata nuevamente. De nada vale que firme un pacto ético.
Si de todas maneras Transparencia desea tratar de orientar y civilizar un poco a los candidatos, hubiese bastado entregarles un texto al momento de inscribirse ante Jurado Nacional de Elecciones y si deseaban, les hubiese solicitado la firma de compromiso. Tanta fanfarria es ridícula.
Transparencia además, en lugar de montar un circo, deberia promover la participación ciudadana en la fiscalización de la conducta de los candidatos, pues hay muchas fotos y declaraciones, pero no se ha difundido el texto del pacto, para que el público pueda denunciar el incumplimiento. Ni siquiera este texto está disponible en la página web de Transparencia.
Relaciones de conflicto
Además, varios políticos cuestionan que Gerardo Távara, secretario general de Transparencia, haya sido funcionario de confianza de Villarán, lo cual pone en duda la imparcialidad.