luis castaneda lossio 13Raúl Wiener

"O sea que ahora soy narco, pero si yo ni fumo ni bebo". Luis Castañeda

No sé a ustedes, pero a mí esta declaración me hace pensar en la epidemia de VIH que el exalcalde ofreció enfrentar cuando era candidato a la presidencia. Más aún, reafirma la creencia de que el tipo es más peligroso para sí mismo hablando que en silencio.

 

Poque que yo sepa nadie le ha dicho que sea narco, y para serlo tampoco hay que ser fumador o bebedor. Lo que ha aparecido recientemente es el resultado de un informe de la Unidad de Inteligencia Financiera UIF de la SBS, en el que se presentan serios indicios de que la operación Comunicore fue un movimiento de lavado de activos que tenía detrás a un narcotraficante actualmente prófugo de la justicia.

Como se sabe, una empresa de membrete compró la deuda que la Municipalidad de Lima tenía con la empresa de limpieza RELIMA por 36 millones de soles, luego que fuera reprogramada a diez años, y pagó por ello al cash 14.6 millones de soles. Por encanto, la Municipalidad decidió pagar entre Navidad y Año Nuevo del 2006, cuando culminaba la primera gestión de Castañeda, la cantidad de 21 millones sobre esta deuda, pero ya no al acreedor original sino al comprador de la deuda y en febrero ya había cancelado el 100%.

Como el alcalde está preocupado de escaleras, no se dio cuenta de que esto ocurrió y menos de las relaciones entre la gerencia de RELIMA, la empresa Comunicore y los gerentes municipales de su entera confianza, y en su estrategia de salvar siempre el pellejo se mantuvo de “vacaciones” durante toda la operación financiera. Hasta ahí la historia mil veces repetida, con sus debidas coartadas que permitieron que el Tribunal Constitucional y el Ministerio Público excluyeran a Castañeda de las investigaciones, que solo se centraron en los gerentes como si hubieran actuado concertadamente y por su cuenta, sin nadie sobre ellos, en un proceso que convenientemente aún no llega al juicio oral.

Lo nuevo, ha sido noticiarse que la UIF tenía un informe desde el 2010, en el que se indagaba de dónde vinieron los 14.6 millones con los que se compró la deuda. Y es siguiendo esa pista que se llega al narcotraficante Álex Montoya Agüero, que se encuentra buscado por la policía desde 2009, después que le descubrieron un embarque de 4 toneladas de droga en latas de alcachofa. Resulta que Montoya era el verdadero dueño de Comunicore, y que el movimiento de dinero para comprar una deuda formal, encaja perfectamente en las prácticas utilizadas para el lavado de dinero de la droga.

Descubrir esto no conlleva que haya que hacerle algún examen de consumo al candidato, sino que la operación Comunicore fue más oscura, enrevesada y peligrosa de lo que se veía a primera vista. Y que si eso ocurre en las narices de Castañeda, es como para pensar.

http://diariouno.pe/columna/el-mudo-habla-pero-no-aclara-nada/ 28.08.2014