EE. UU. asusta a potenciales visitantes del Perú
Desde afuera no se engañan sobre las pésimas gestiones de Alva Castro y Hernani Meloni, pero exageran en otros aspectos
Pese a que el presidente Alan García se deshace en atenciones a Estados Unidos y hasta, para darle gusto, menosprecia las cumbres internacionales donde EE. UU. no asiste, ahora ese país acaba de dar una patada a García y al Perú con un informe que ahuyenta al turismo, hablando de nuestro país como uno inseguro, claro está, aunque no sin fundamento en parte del documento.
El Departamento de Estado de EE. UU. indicó ocho “áreas restringidas” a las cuales pidió no viajar a los estadounidenses que visiten el Perú, debido a riesgos de terrorismo y narcotráfico, en medio de un análisis desolador que realizan de nuestro país en cuanto a la seguridad de los visitantes.
El informe “Perú: Información específica del país”, se publica cuando el país estaba vendiendo una imagen internacional favorable para el turismo y las inversiones. Estados Unidos advierte sobre los departamentos de Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Junín, San Martín, Loreto y Ucayali, debido a la presencia de los terroristas de Sendero Luminoso y narcotraficantes.
¿Y qué esperaba García después de las escenas de soldaditos casi adolescentes masacrados por los narcoterroristas? Para el gobierno es fácil enviar a las zonas peligrosas a jóvenes con breve preparación y sin un eficaz estudio sobre los riesgos, porque los altos funcionarios no son los que arriesgan su vida, sino estos soldados, por lo general de familias pobres.
No obstante, ningún turista ingresa a la selva donde se encuentran los terroristas, mucho menos, una agencia de viajes los va a llevar hasta allá, ¿por qué ese afán de magnificar lo malo?
Colombia
El informe menciona la zona fronteriza de Perú con Colombia, en el departamento de Loreto, como “extremadamente peligrosa” por la presencia de elementos de la guerrilla colombiana y narcotraficantes.
Esta visión de los estadounidenses corrobora lo señalado repetidamente por Con Nuestro Perú: Uribe sólo es bueno para recibir los millones de EE. UU., pero poco le interesa que sus terroristas pongan en riesgo a los países vecinos porque coloca escasos puestos militares, así obliga al Perú a gastar esfuerzos en vigilar la frontera.
Pese a ser cierto, los turistas tampoco van a la frontera con Colombia, ¿para quiénes hacen el informe?
Sobre el Cusco, centro del turismo en el Perú, el informe indica que la zona restringida se limita a un radio de 20 kilómetros del territorio contiguo al río Apurímac y el departamento de Ayacucho y precisa que se puede visitar con seguridad las ruinas de Machu Picchu y que el recorrido del llamado Camino del Inca debería hacerse siempre con un guía.
Aerolíneas
Entre otros, recuerdan a los estadounidenses que en Perú “es ilegal” viajar o hacer negocios con la aerolínea comercial Aerocontinente y su sucesora, Nuevo Continente debido a que la empresa fue puesta en una lista negra del Departamento del Tesoro por sus vínculos con el narcotráfico.
Llama la atención estas menciones, teniendo en cuenta que ambas líneas no tienen actividad. ¿Acaso se trata de escribir un texto de historia?
Delincuencia
También señalan que de los 260 mil estadounidenses que visitan Perú cada año, “un pequeño pero creciente número” han sido víctimas de actos graves de delincuencia, como secuestros en automóviles, asaltos y robos armados que “son comunes en Lima y otras grandes ciudades” y explican cómo son los “secuestros al paso”, en los cuales las víctimas son retenidas para robarles sus cuentas bancarias a través de cajeros automáticos.
Se alerta también sobre “asaltos frecuentes”, donde los ladrones rompen vidrios de los carros en las paradas de los semáforos para robar joyas, carteras, mochilas o cualquier otro artículo visible de los ocupantes en el carro.
Añaden que tomar taxi en la calle es riesgoso debido a los pasajeros asaltos por parte de los taxistas y sugieren llamar un taxi por teléfono en servicios relacionados con los grandes hoteles.
En realidad, todos conocemos estos problemas, sólo cierta prensa es capaz de decir, siguiendo al ministro del Interior de turno, “que la delincuencia ha disminuido”.
En el caso de los taxis, pese a que con gran propaganda el alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, anunció un registro, en realidad cualquiera hace taxi, además, el registro municipal no verifica los antecedentes penales de los choferes.
Delincuencia en el aeropuerto
Igual cuidado recomienda el citado informe en el aeropuerto Jorge Chávez e indican que desconocidos se acercan a los viajeros simulando conocerlos o ser enviados por otros para llevarlos a un hotel cuando en realidad pueden ser delincuentes.
Recordamos que antes de la concesión del aeropuerto a LAP, El Comercio y sus secuaces proclamaban que el estado es incapaz de gerenciarlo y anunciaban maravillas con la concesión. Tras la aparición de LAP, no sólo se ve corruptela y sospechosa coladera para la droga, sino que incluso en el interior esta empresa es incapaz de brindar seguridad a los pasajeros para protegerlos de los delincuentes.
Otra precaución es no acercarse a grandes concentraciones de personas debido a que los ladrones, que muchas veces son niños en grupo y se acercan a su víctima sin despertar sospechas.
Solicitan a los turistas no cargar mucho dinero ni tarjetas de crédito o pasaporte, y cuidarse de los falsificadores de dinero, por ser “un problema grave en Perú”, pues en muchas áreas urbanas “los cambistas de dinero cambian abiertamente dinero falso en las calles”.
Detalla que en calles de algunas ciudades, especialmente Cusco y Arequipa y sitios arqueológicos, los turistas han sido asaltados, golpeados y violados tanto de día como de noche, y alerta que incluso en las carreteras ocurren asaltos de autobuses y automóviles cargados de pasajeros, y menciona que varios estadounidenses han sido asaltados en la carretera entre Tarapoto y Yurimaguas, en la selva.
Salud
El Departamento de Estado también pide a los viajeros beber sólo agua embotellada y recuerda que en el país existe todavía malaria, cólera, fiebre amarilla, hepatitis, dengue y “otras exóticas y contagiosas enfermedades”. Es lamentable que hablen de estas enfermedades, cuando todas están bajo control absoluto.
Lamentablemente, el crudo informe estadounidense, pese a contener información desfasada, es el triste resultado de un manejo político de la seguridad, que sólo busca propaganda y grandes titulares con derroche en avisos millonarios, pero la población sigue tan o más insegura que antes.
El Perú también debe elaborar un manual de recomendación para viajeros
En reciprocidad, el Perú debería elaborar un manual donde detalle los peligros que corren los peruanos en zonas de EE. UU. donde abunda la delincuencia y la drogadicción, y se debería precisar que la delincuencia puede aumentar debido a la crisis económica de ese país.
De igual manera, deben alertar sobre “exóticas” enfermedades de Estados Unidos, como un brote de una variante del mal de las vacas locas, que produce la muerte y para lo cual no hay cura, además de el peligro latente de epidemias de gripes y enfermedades venéreas curables e incurables, como el sida, que son originadas en mercados de carne humana y de explotación incontrolada.
De modo que desde EE. UU. pueden decir: “cholo, apestas”, pero desde acá también debemos decir, “gringo, tú también apestas, a pesar de que tienes más dinero”.
El informe “Perú: Información específica del país”, se publica cuando el país estaba vendiendo una imagen internacional favorable para el turismo y las inversiones. Estados Unidos advierte sobre los departamentos de Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Junín, San Martín, Loreto y Ucayali, debido a la presencia de los terroristas de Sendero Luminoso y narcotraficantes.
¿Y qué esperaba García después de las escenas de soldaditos casi adolescentes masacrados por los narcoterroristas? Para el gobierno es fácil enviar a las zonas peligrosas a jóvenes con breve preparación y sin un eficaz estudio sobre los riesgos, porque los altos funcionarios no son los que arriesgan su vida, sino estos soldados, por lo general de familias pobres.
No obstante, ningún turista ingresa a la selva donde se encuentran los terroristas, mucho menos, una agencia de viajes los va a llevar hasta allá, ¿por qué ese afán de magnificar lo malo?
Colombia
El informe menciona la zona fronteriza de Perú con Colombia, en el departamento de Loreto, como “extremadamente peligrosa” por la presencia de elementos de la guerrilla colombiana y narcotraficantes.
Esta visión de los estadounidenses corrobora lo señalado repetidamente por Con Nuestro Perú: Uribe sólo es bueno para recibir los millones de EE. UU., pero poco le interesa que sus terroristas pongan en riesgo a los países vecinos porque coloca escasos puestos militares, así obliga al Perú a gastar esfuerzos en vigilar la frontera.
Pese a ser cierto, los turistas tampoco van a la frontera con Colombia, ¿para quiénes hacen el informe?
Sobre el Cusco, centro del turismo en el Perú, el informe indica que la zona restringida se limita a un radio de 20 kilómetros del territorio contiguo al río Apurímac y el departamento de Ayacucho y precisa que se puede visitar con seguridad las ruinas de Machu Picchu y que el recorrido del llamado Camino del Inca debería hacerse siempre con un guía.
Aerolíneas
Entre otros, recuerdan a los estadounidenses que en Perú “es ilegal” viajar o hacer negocios con la aerolínea comercial Aerocontinente y su sucesora, Nuevo Continente debido a que la empresa fue puesta en una lista negra del Departamento del Tesoro por sus vínculos con el narcotráfico.
Llama la atención estas menciones, teniendo en cuenta que ambas líneas no tienen actividad. ¿Acaso se trata de escribir un texto de historia?
Delincuencia
También señalan que de los 260 mil estadounidenses que visitan Perú cada año, “un pequeño pero creciente número” han sido víctimas de actos graves de delincuencia, como secuestros en automóviles, asaltos y robos armados que “son comunes en Lima y otras grandes ciudades” y explican cómo son los “secuestros al paso”, en los cuales las víctimas son retenidas para robarles sus cuentas bancarias a través de cajeros automáticos.
Se alerta también sobre “asaltos frecuentes”, donde los ladrones rompen vidrios de los carros en las paradas de los semáforos para robar joyas, carteras, mochilas o cualquier otro artículo visible de los ocupantes en el carro.
Añaden que tomar taxi en la calle es riesgoso debido a los pasajeros asaltos por parte de los taxistas y sugieren llamar un taxi por teléfono en servicios relacionados con los grandes hoteles.
En realidad, todos conocemos estos problemas, sólo cierta prensa es capaz de decir, siguiendo al ministro del Interior de turno, “que la delincuencia ha disminuido”.
En el caso de los taxis, pese a que con gran propaganda el alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, anunció un registro, en realidad cualquiera hace taxi, además, el registro municipal no verifica los antecedentes penales de los choferes.
Sabiendo que en los taxis los delincuentes emplean armas blancas y de fuego, así como sustancias somníferas para asaltar a los pasajeros, nunca vemos intervenciones preventivas para registrar los taxis en búsqueda de estos elementos. Para colmo vemos que antros como "El Hueco" y "Capón Center", donde se venden sustancias farmacológicas con impunidad, no tienen cuando cerrar.
Delincuencia en el aeropuerto
Igual cuidado recomienda el citado informe en el aeropuerto Jorge Chávez e indican que desconocidos se acercan a los viajeros simulando conocerlos o ser enviados por otros para llevarlos a un hotel cuando en realidad pueden ser delincuentes.
Recordamos que antes de la concesión del aeropuerto a LAP, El Comercio y sus secuaces proclamaban que el estado es incapaz de gerenciarlo y anunciaban maravillas con la concesión. Tras la aparición de LAP, no sólo se ve corruptela y sospechosa coladera para la droga, sino que incluso en el interior esta empresa es incapaz de brindar seguridad a los pasajeros para protegerlos de los delincuentes.
Otra precaución es no acercarse a grandes concentraciones de personas debido a que los ladrones, que muchas veces son niños en grupo y se acercan a su víctima sin despertar sospechas.
Solicitan a los turistas no cargar mucho dinero ni tarjetas de crédito o pasaporte, y cuidarse de los falsificadores de dinero, por ser “un problema grave en Perú”, pues en muchas áreas urbanas “los cambistas de dinero cambian abiertamente dinero falso en las calles”.
Detalla que en calles de algunas ciudades, especialmente Cusco y Arequipa y sitios arqueológicos, los turistas han sido asaltados, golpeados y violados tanto de día como de noche, y alerta que incluso en las carreteras ocurren asaltos de autobuses y automóviles cargados de pasajeros, y menciona que varios estadounidenses han sido asaltados en la carretera entre Tarapoto y Yurimaguas, en la selva.
Salud
El Departamento de Estado también pide a los viajeros beber sólo agua embotellada y recuerda que en el país existe todavía malaria, cólera, fiebre amarilla, hepatitis, dengue y “otras exóticas y contagiosas enfermedades”. Es lamentable que hablen de estas enfermedades, cuando todas están bajo control absoluto.
Lamentablemente, el crudo informe estadounidense, pese a contener información desfasada, es el triste resultado de un manejo político de la seguridad, que sólo busca propaganda y grandes titulares con derroche en avisos millonarios, pero la población sigue tan o más insegura que antes.
El Perú también debe elaborar un manual de recomendación para viajeros
En reciprocidad, el Perú debería elaborar un manual donde detalle los peligros que corren los peruanos en zonas de EE. UU. donde abunda la delincuencia y la drogadicción, y se debería precisar que la delincuencia puede aumentar debido a la crisis económica de ese país.
De igual manera, deben alertar sobre “exóticas” enfermedades de Estados Unidos, como un brote de una variante del mal de las vacas locas, que produce la muerte y para lo cual no hay cura, además de el peligro latente de epidemias de gripes y enfermedades venéreas curables e incurables, como el sida, que son originadas en mercados de carne humana y de explotación incontrolada.
De modo que desde EE. UU. pueden decir: “cholo, apestas”, pero desde acá también debemos decir, “gringo, tú también apestas, a pesar de que tienes más dinero”.