Por Beatriz Anderson*
Hoy en día a las personas entre 50 y 65 años de edad les es difícil encontrar trabajo porque muchas empresas prefieren reclutar gente joven a quienes preparan para los diversos puestos con un menor sueldo, en muchos casos ofreciéndoles la oportunidad de una línea de carrera que algunas veces no se llega a concretizar porque la generación de jóvenes son muy cambiantes.
Las empresas olvidan o dejan de lado el valor que tiene la experiencia y los conocimientos que ha acumulado esta generación de mediana edad o llamados también los baby boomers. Generalmente estas personas son muy comprometidas, responsables y disciplinadas con su trabajo, muestran lealtad, madurez, identificación y colaboración, valores y requisitos que deben tener muy en cuenta las organizaciones al momento de reclutar y seleccionar personal.
No olvidemos que esta generación ha vivido y experimentado crisis económica, social, laboral, sindicatos, estatización y épocas muy difíciles para nuestro país, donde tener un trabajo era un lujo. Los que lo tenían cuidaban su puesto trabajando eficientemente y siendo más productivos. Aquellos que no tenían un trabajo lo buscaban como una aguja en un pajar porque era casi imposible tener por aquella época la oportunidad de un trabajo estable.
Este sufrimiento y escasez de empleo, ayudó a que las personas valoren lo que en esos momentos tenían “su trabajo”, sintiéndose más comprometidos, mostrando lealtad y fidelidad. Son trabajadores que daban mucho más de lo que las empresas les demandaban, proactivas, y emocionalmente maduras. Tienen responsabilidades, muchos de ellos familias, por lo tanto, toman el trabajo con mayor seriedad y son capaces de tomar decisiones más acertadas y soluciones más efectivas.
Es recomendable que las organizaciones acepten la diversidad de generaciones y la convivencia de las mismas, identificando valores comunes entre ellas, aprovechando las ventajas que cada una ofrece, lograr la integración, el aprendizaje y finalmente el crecimiento profesional para el empleado y económico para la empresa, pues los jóvenes de hoy tienen mucho que aprender de las generaciones anteriores, no olvidemos que los conocimientos viene con la experiencia. Esta diversidad generacional ayudará a enriquecer la cultura de la institución y por ende el clima laboral. No debemos olvidar que muchas empresas han llegado a ser lo que son gracias a las anteriores generaciones que ahora no tienen tanta visibilidad y en algunos casos son descalificadas y olvidadas.
*Beatriz Anderson es Magister en Psicología Organizacional y Recursos Humanos, consultora en gestión del capital humano y docente de la carrera de Administración y Recursos Humanos de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
http://blogs.upc.edu.pe/