Eduardo Gonzalez Viana

Según Garcia Marquez, en Roma después del almuerzo, el sol de mediodía se queda inmóvil en el centro del cielo y solo se oye el rumor del agua que es la voz natural de Roma.

fontana di Trevi

Ayer, en la ciudad eterna, escuchaba yo las voces distintas del rio y de las fuentes, y me apenaba pensar que cuando partiera de regreso las olvidaría para siempre. Sin embargo la voz evangélica de Maria Rosaria Omaggia, Rosaria con A, me dijo al oído que cuanto se escucha aquí se enreda en los sueños y en el corazón, y permanece en nosotros para siempre.

Participaba yo con otros ocho intelectuales de un coloquio en el que se nos invitaba a discutir si existía o debía existir con características unificadoras una literatura latinoamericana. El IILA (Instituto de Italia y America Latina) había organizado de forma excelente esa reunion.

Pero hablar de una literatura regional y sostener que debe tener peculiaridades que la hagan reconocible, sinceramente lo creo una preceptiva totalitaria o el slogan publicitario de algun librero voraz. Creo que lo que deberia existir es una America Latina unida y capaz de enfrentar de esa forma su destino y, por su parte, un escritor que desdeñe las modas y desobebezca las imposiciones acerca de cuancomplaciente ha de ser para ser aceptable en el nuevo orden neoliberal.

Un escritor asi debe estar presto para enfrentar el anacronismo de los regímenes que gobiernan contra sus pueblos y que prefieren las exigencias de las empresas extranjeras en vez de escuchar el clamor popular que defiende el agua y los recursos naturales. Tarde o temprano y para defender sus insostenibles posiciones, esos gobiernos desestabilizan la armonía de los poderes del Estado y convierten en impunes y sanguinarias a las fuerzas del orden

En vez de esmerarse por acatar una preceptiva que lo torne romo y aceptable, el escritor tendría quecaracterizarse por lo que siempre fue en nuestra compartida historia historia, un rebelde y un luchador como Bolivar o Martí, por ejemplo. O como lo dicen Garcia Marquez y William Faulkner, "los inventores de fábulas nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de una diferente utopia de la vida."

Por todo eso, me refería a Maria Rosaria Omaggio. Como una coronación brillante del coloquio, la conocida actriz italiana fue encargada de rendir homenaje a Gabriel Garcia Marquez. Sus reflexiones y los textos que ella seleccionara suplieron nuestras discusiones y nos hablaron en verdad de una nueva y arrasadora utopia de la vida.

Tal fue, por ejemplo, su lectura de un fragmento de "La santa". Para quienes no leyeron este cuento del Gabo, trata de un campesino colombiano que se lleva a Roma el cadaver de su hijita a fin de lograr que el Papa la santifique. Pasa veinte anos en ese afán y los papas se van muriendo sin escucharlo. Al final, el narrador nos descubre que el verdadero santo es ese hombre esperanzado y pobre como lo son todos los hombres pobres o esperanzados del continente.

Unas horas mas tarde, recordando el papel que ella cumpliera representando en la ficción cinematográfica a Oriana Fallaci, hablamos sobre la valiente periodista, y me dio la impresión de que por momentos no era tan solo el parecido físico lo que había de común entre ellas.MariaRosaria que es también antropóloga y escritora,me hablaba con la misma pasión que lo estuviera haciendo Oriana.

Mencione los nombres del Che y de Allende, y de inmediato, escuche lo que hubiera dicho una cualquiera de ellas, o las dos juntas acaso: Quien ama la vida esta siempre con el fusil en la ventana para defender la vida.

Le pregunte si creía en un escritor sin mas deber con la sociedad que entretenerla, y me respondió: La libertad es un deber-Primero que un derecho, es un deber. Le pedí por fin que me diera un consejo para que ni Roma ni su voz de aguas se escapara jamas de mi recuerdo, y me lo dio: "Uno de los personajesen tu novela "La ballata di Dante", tu nuevo libro italiano, asegura que va a respirar hondo, muy hondo, para no olvidar a la mujer que ama, y eso es lo que debes hacer: Respira hondo, muy hondo para no morir cuando estés muerto."

 
www.elcorreodesalem.com