Róger Rumrrill
Todavía recuerdo el gran retrato del general Juan Velasco Alvarado colgado en el auditorio donde el comandante EP (r) Ollanta Humala Tasso se reunía con su equipo político en el local del Partido Nacionalista en la Av. Arequipa. Ese retrato y el nacionalismo velasquista deben ser una verdadera pesadilla para el ahora Presidente de la República.
Luego de haber sucumbido a los cantos de sirena de la derecha económica y política y al poder de las corporaciones multinacionales y de renunciar y borrar el proyecto de la “Gran Transformaciòn”, el gobierno de Humala consolida y fortalece un nuevo proceso de concentración de la tierra que inició Alan García Pérez en su primer gobierno con su contrarreforma agraria y continuó Fujimori, Toledo y García en su segundo gobierno.
Hoy en día, favorecidos como nunca con las políticas dadivosas y muy generosas a favor del gran capital y cuyo ejemplo extremo son los “paquetazos”, la estructura de la tierra en el Perú está más concentrada que antes de la reforma agraria velasquista: un solo propietario controla y posee un megalatifundio de 80 mil hectáreas de las mejores tierras.
Nunca antes había ocurrido una concentración de esa magnitud en la costa peruana. Pero los nuevos “barones” de la tierra en el Perú, como ocurre en el resto del mundo, controlan además la producción, la comercialización y hasta el consumo agroalimentario en el Perú.
Pero no solo a Humala le provoca pesadillas el nacionalismo velasquista. También a los nuevos “barones” de la tierra. Eso explica por qué el megalatifundio mediático que ahora reina en la opinión pública se dedique a demoler y satanizar la reforma agraria de Velasco, curándose así en salud ante un nueva y posible reforma agraria en el futuro. Porque la reforma agraria es parte de la agenda pendiente en el Perú, Brasil, Colombia, Paraguay y otros países de América Latina.
La historia, irremediablemente, hace pagar sus culpas a los traidores, así como la Tierra, castigará a quienes hoy la están destruyendo.
En la V Cumbre Amazónica de los Pueblos, realizada en Satipo, Selva Central, el 28 de noviembre pasado, los ejes temáticos fueron el cambio climático, el extractivismo hidrocarburífero, gasífero y minero y sus devastadores impactos en los bosques, los ríos y el agro. Sin embargo, la cumbre fue conquistada por un personaje y por un tema: Velasco y la reforma agraria.
Es muy posible que la reforma agraria y el nacionalismo de Velasco asomen en la agenda política del 2016 y el bicentenario de 2021.
Los promotores y propagandistas de este resurgimiento del nacionalismo velasquista y del general que prometía a los campesinos que “el patrón no comerá más de su pobreza” son sin duda Humala y los nuevos “barones” de la tierra y del poder en el Perú.
Diario Uno, 21.12.2014