Por Ubaldo Tejada Guerrero*
Saludando el reinicio de la vida diplomática entre Cuba y los EE.UU. auguramos todavía un largo camino que tiene como agenda central el desbloqueo económico, para beneficio de nuestros hermanos cubanos, para seguir afirmando el signo característico que va marcando la agenda Latinoamericana y del Caribe de éstos últimos tiempos: su inserción e identidad como continente emergente frente a la globalización neoliberal. Vienen nuevos tiempos con la modernización soberana iniciada en Cuba socialista.
Mientras el inicio del siglo XXI, encuentra al Perú, viviendo un momento de crisis histórica, cuando las actuales estructuras corroídas por la corrupción, devienen en obsoletas frente al ascenso presencial del migrante, que se va empoderando con la característica de un país de todas las sangres: multicultural y multiétnico, sintetizado en todas las sangres, fecunda y creadora para un modelo sin calco, ni copia.
El panorama electoral 2016 en el Perú, con líderes y propuestas agotadas, no variará en el corto plazo, la política de una modelo depredador de la naturaleza y el ser humano, cuya expresión última contra la juventud, liquidando derechos laborales básicos que sólo favorecen la voracidad de los amantes del dinero nacionales y extranjeros, sólo es la consecuencia de una república ya agotada, que exige un “Proyecto Nacional”
El modelo peruano desde Fujimori hasta Ollanta, está signado por la frase “privaticemos todo”, por ello al cierre del año 2,014 seamos claros en decir, que no sólo nos interesa el crecimiento económico, ni tampoco sólo las cifras estadísticas de producción; sino, como se distribuye la riqueza producida, a quienes beneficia el esfuerzo de los trabajadores, en provecho de quienes de explotan las riquezas naturales, a quienes beneficia la explotación del gas, las minas, los bosques, los recursos naturales de la tierra, el mar, los lagos y el mar, que se resuma en amar y cuidad la naturaleza.
Frente a un Estado desbordado, la sociedad nacional emergente viene construyendo desde 1,940 una nueva arquitectura institucional al que despectivamente la casta política llama “informales”, formada por migrantes andinos y selváticos, ya posesionados con el 70% de la PEA, han comenzado políticamente a través de movimientos y partidos regionales, a exigir nuevas formas de relación política, económica y social para éste Perú nuevo.
Un proceso de ésta naturaleza navega paralelamente en contradicción de una vieja arquitectura institucional, exigiendo que se concreten modificaciones fundamentales que él conlleva en todos los planos de la vida nacional e internacional.
Queremos una sociedad, donde el Estado sirva al prójimo y el prójimo sirva a la sociedad, en condiciones que posibiliten, el desarrollo efectivo de ciudadanos plenos, cuya mas alta responsabilidad para una democracia real, se oriente hacia la nación en su conjunto.
Queremos un ordenamiento basado en una moral social solidaria, capaz de superar la raíz fundamentalmente egoísta del individualismo del gran capital, pero sin permitir que el prójimo en concreto, desparezca bajo el peso de una burocracia estatal, alienante y deshumanizada, que al final son formas de cambiar el ser por el tener.
Queremos que se reconozca nuestra raíz multicultural, porque se ha convertido en un ingrediente de seguridad, que se traduce en música, arte cultura, y empresarios emprendedores, intentando promover nuestros productos en los mercados, intentando integrar cadenas productivas, que estaban históricamente olvidadas en nuestras actividades económicas.
Queremos que la juventud, mantenga su condición inherente a la condición humana que lucha por un ideal, que mantenga joven, lozana y vital la capacidad de asombro e indignación de un Perú frente a los depredadores de sus raíces.
Finalmente estamos finalizando el año 2,014, es momento de ser pragmáticos en acciones políticas, es momento de ir a construir un Perú nuevo, es momento de precisar que los temores para hacer realidad una democracia real y una ciudadanía plena, no son más que ilusiones, son meros fantasmas. Sólo se harán realidad si los aceptamos.
Es momento de decirle a los jóvenes que intervengan activamente en política, porque si no arreglamos la base institucional de nuestro país, es muy complicado que sigamos creciendo y ser una economía desarrollada, pese a que tenemos todas las condiciones territoriales y cantidad de habitantes para hacerlo, para ello debemos soñar con la grandeza del Perú. Que nos sean los Fujimori, los Toledo, los García, los Ollanta y nuevos embaucadores los que nos roben nuestros sueños. El reto está en el campo de los ciudadanos, generemos un nuevo hombre, generemos una nueva forma de hacer política en el Perú, lejos de la corrupción y la improvisación.
*Analista Global