Vamos ahora por el decreto de ceses colectivos

Fredy Salazar*

Derrotamos la Ley Pulpín así como derrotamos a la dictadura, y así como la clase trabajadora y la juventud conquistamos nuestros derechos: movilizándonos.

En esta contienda, además del gobierno que fue el gran derrotado, hubo otro derrotado pero por su política: el Frente Amplio y la burocracia de la CGTP. Estos apostaron a recoger firmas y encaminar la demanda al Tribunal Constitucional, es decir el camino seguro a la derrota, para sacar a los jóvenes y trabajadores de las calles.

marcha contra ley juvenil 23 dic 2014

El triunfo fue posible porque la movilización escapó a su control, gracias  al impulso de jóvenes, trabajadores y luchadores organizados desde abajo, quienes hicieron de la calle su campo de batalla.

Por eso mismo, no es casual que estas mismas direcciones hoy pretendan sacarnos de las calles, con un nuevo pretexto: hay que discutir “la Ley General del Trabajo”. Algunos sectores juveniles apoyan esta propuesta, de buena fe, pero deben saber que es una trampa.

La Ley Pulpín fue parte de un paquete antilaboral dictado para beneficiar a los empresarios ante el enfriamiento de la economía. Los Fujimori, Toledo, García y otros oportunistas, quienes ayer votaron a favor de la Ley Pulpín, hoy votaron por su derogatoria, siguiendo el principio: “entregamos los anillos para que no nos corten los dedos”. Desde ese viejo partido el Apra, que no es viejo por las puras, fueron claros cuando recomendaron: hay que dar “un paso atrás para luego dar dos adelante”.

Por eso la gran “unidad” con estos personajes, enemigos jurados de la clase trabajadora, se acabó con la votación del Congreso. Seguimos estando en dos campos opuestos: ellos, defendiendo las medidas antilaborales, y nosotros enfrentándolas. Ellos, defendiendo la política económica que sustenta la política antilaboral que aplicó Fujimori y continuaron Toledo, García y Humala, y nosotros luchando día a día contra ella.

Por eso no tiene cabida poner a discusión la LGT. Durante la década de crecimiento económico la patronal se negó a concordar con la CGTP una LGT, aun cuanto el proyecto que la dirigencia de la central apoyó consagraba la tercerización, los contratos de exportación y otros abusos contra la clase obrera. Hoy, que se enfría la economía y que los empresarios intentan liquidar los derechos que nos quedan, plantear la LGT es darle el motivo perfecto que necesitan para que metan por la puerta grande lo que no pudieron por la ventana. No es casual que la propuesta tenga su origen en los empresarios. Tampoco es casual que los burócratas que han renunciado defender a los trabajadores, sean sus voceros. Por eso es una trampa.

Si la justificación para abandonar la calle no es correcta, más lo es abandonar la calle cuando, desde el otro bando, nos dicen con todas sus letras: “damos un paso atrás para dar dos adelante”.

No hay que abandonar la calle. Hay que continuar la lucha hasta enterrar todos los paquetes antilaborales y los regímenes peores que la Ley Pulpín (Mypes, agrario, de exportación, CAS, servis). Y por una necesidad mucho más concreta y urgente: derrotar el decreto 013-2014-TR de ceses colectivos. Este decreto faculta a las empresas aplicar despidos masivos pretextando “crisis”. Es una auténtica  guillotina sobre la cabeza de los sindicatos y sus dirigentes.

Contra el intento de Mario Huamán de que dejemos la calle para sentarnos en el “Consejo Nacional de Trabajo” a discutir con nuestros verdugos una Ley Laboral a su medida, hay que continuar en la calle hasta derrotar esta vil amenaza contra los trabajadores.

Un sector obrero ya es consciente del peligro y por ello se sumó en forma decidida a la lucha juvenil. Hoy ese sector protagoniza una gran lucha en torno al Paro Nacional Textil del 28 de enero, planteando la derogatoria de dicho decreto.

Así como logramos la derrota de la Ley Pulpín, continuar la lucha por estas nuevas tareas seguirá dependiendo de las bases y activistas. ¡Saboreemos el triunfo de hoy, yendo por una nueva gran victoria de la clase trabajadora!

*Periodista