Ubaldo TejadaUbaldo Tejada Guerrero

Si pudiéramos graficar el escenario electoral del Perú, diríamos que es un carnaval donde sólo pueden participar los ciudadanos que pueden pagar los disfraces mas caros. Tenemos una república agotada, incapaz de reformar un Estado “combi”, con instituciones “combi” y partidos políticos “combi”, incapaces de responder a los ciudadanos cuatro preguntas elementales: ¿Cuál es el rol que le corresponde a los Estados nacionales en un escenario de globalización? ¿Cuál es el Proyecto País que señala el camino para lograr el bienestar social de 30 millones de peruanos? ¿Tenemos un ideario que plasme el norte para un país multicultural y multiétnico? ¿Los ciudadanos peruanos se sienten actores de una democracia real y gozan de una ciudadanía plena, basada en relaciones de igualdad y libertad? Las respuestas son “NO”.

 

Pero veamos que sucede dentro del mismo Imperio, donde los empleadores frenaron las contrataciones en los meses de agosto-septiembre 2,015, con la consiguiente caída de los salarios, que ratifica nuestras dudas sobre la recuperación de la economía norteamericana y pueda la Reserva Federal subir la tasas de interés.

Algunas lecciones nos dejó el Premio Nobel de Economía 2,001, Joseph Stiglitz durante la reunión de la Junta de Gobernadores del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, realizada en Lima el año 2,015. La primera, que los países de la región de América Latina, cumplieron con avanzar hacia los objetivos del milenio; la segunda, el cuestionamiento a los EE.UU. a pesar de que todos admiran su crecimiento, pero dijo que “ya es hora de que en Estados Unidos, se empiece a trabajar por acabar por la desigualdad”; la tercera, que el Perú tiene una deuda con la industrialización, expresando enfáticamente “…es decir les urge dejar de depender de las actividades extractivas y potenciar sus recursos humanos, el talento y las capacidades de sus habitantes; la cuarta, afirmar el principio de soberanía en la gestión de nuestras riquezas, expresando que “los recursos naturales les pertenecen a los habitantes de cada país y deben contribuir a mejorar la calidad de vida; la quinta, lo que es un cuestionamiento a su propio país, expresando que “En EE.UU. se paga el 17% de impuesto, eso es muy bajo, claro que decir esto allá es una mala palabra”.

Llama poderosamente la atención y enciende las alarmas en el Perú, cuando Víctor Martin Chávez (Jefe de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de la Administración Tributaria-SUNAT) expresa: “En operaciones no reales 80,000 contribuyentes, pueden utilizar por efectos de impuestos general a las ventas (IGV) un monto de 5,000 millones de soles”. Todo ello dentro de un PEA mayormente informal en un aproximado de un 74%.

Mientras a contracorriente y retrógradamente el frente de derechas en el Perú, trata de posicionarse políticamente con el consabido populismo y demagogia, mintiendo a sus potenciales electores en temas sobre combate a la inseguridad ciudadana y el narcotráfico, la corrupción y el lavado de activos, mientras en el Congreso rechazan los controles electorales que el plantean el Jurado Nacional de Elecciones, la Oficina Nacional de Procesos Electorales y el Registro Nacional de Identificación Ciudadana (RENIEC). Ello conlleva a muchas dudas sobre la transparencia del financiamiento de los partidos políticos en la campaña electoral 2,016, como lo expresa el congresista Johnny Lescano: “la iniciativa legal, a través del financiamiento privado, permite que las grandes transnacionales puedan financiar a los partidos políticos, los cuales, advirtió, de llegar al poder responderán a sus intereses. Se supone que la financiación vendría del Estado, pero ahora nos traen el financiamiento privado, que se supone es para capacitación, pero qué garantiza este uso. Esta ley no cambia nada”

De otro lado el Frente de Derechas trata de consolidar alianzas para pasar la valla electoral y seguir cuidando el patio trasero del modelo neoliberal en el Perú; el imperio norteamericano, a través de Augusto La Torre (Jefe de Economistas del Banco Mundial para América Latina) recomienda a nuestro Perú: “…reacomodar sus cuentas y reducir sus gastos internos, para amortiguar el golpe de los precios bajos de las materias primas y la nula expansión económica”.

Frente a la incapacidad de una derecha agotada, los peruanos como nunca, tenemos la oportunidad de ir gestando una nueva república, un nuevo contrato social, una nueva arquitectura de Estado, una patria que plasme el sueño de Basadre y que acoja sus dos recomendaciones a manera de legado: La primera “Todo ello implica que, dentro de las instituciones sociales, no deben ser ubicadas como fuerza primordial los aparatos burocráticos y las fuerzas dominadoras, sino las que impliquen el desarrollo humano, la auto-regulación y el pensamiento socialista en el mejor sentido de la palabra”; la segunda, “Quienes se sientan ubicados en un terreno ideológico, opuesto al suyo, deberían presentar su propio aporte, es vez de ir a una crítica impotente” (“Carta de Jorge Basadre a Fernando Lecaros”-“Historia del Perú y del Mundo SXX”-Abril 1,977-Lima-Perú-Ediciones RIKCHAY PERÚ)

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