Por Raúl Allain (*)
La homosexualidad es una grave perversión y al mismo tiempo es la punta de lanza para una conspiración global, de manera que los efectos que este supuesto ideario, en este caso el del movimiento gay, corrompen a la humanidad.
El establecimiento de la causa homosexual puede alterar la conciencia individual, familiar y en consecuencia social sin remordimiento alguno. Es decir, prostituye el normal desenvolvimiento de la sociedad.
Sin embargo, cuando se critica con argumentos veraces al movimiento gay, la primera palabra de la turba enardecida es "homofobia". Sin embargo, hablar abiertamente sobre la perversión homosexual es un acto de justa defensa de la familia, de los niños y de la sociedad.
Detrás del lobby homosexual existen poderosas empresas que las defienden. Se sabe que la Fundación Rockefeller se encuentra a la vanguardia de los esfuerzos de la élite para destruir el núcleo de la familia y reducir la población. Durante casi un siglo, no solo ha financiado al movimiento gay, sino que patrocina la investigación sobre el aborto para facilitar el nuevo orden mundial.
Al mismo tiempo, la CIA y George Soros son los patrocinadores corporativos del movimiento LGTB (siglas de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales). Soros –calificado como delincuente internacional– es defensor de este grupo y a través de su fundación Open Society auspició un programa de investigación sobre homosexualismo y también pretende disminuir la población humana en Occidente.
Lo cierto es que detrás del activismo gay existen intereses poderosos para desestabilizar a la sociedad y a la familia, mediante argumentos falaces que pretenden imponer la idea de que la homosexualidad es natural.
Sin embargo, se olvidan de estas verdades fundamentales: el homosexualismo no es genético sino que es una decisión inmoral; el impulso físico no es una garantía de lo correcto; estadísticamente la homosexualidad conllevaría a la extinción del ser humano; y el activismo gay es una de las plataformas del nuevo marxismo cultural. Hay quienes aseguran que el movimiento gay es financiado por los “illuminati”.
En consecuencia, el mundo ingenuo es arrastrado a este denominado pensamiento "moderno seudofilosófico" y ha decidido equivocadamente defender el matrimonio homosexual y la adopción de niños por padres del mismo sexo.
(*) Escritor y sociólogo. Presidente de IPJ y director de Editorial Río Negro.
Expreso, 08-11-2018
Raúl Alfonso Allain Vega. Escritor, poeta, editor y sociólogo. Presidente del Instituto Peruano de la Juventud y director del sello independiente Río Negro
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