Kenya Fujimori: ¿coraza moral?
por Herbert Mujica Rojas
Ha pronunciado uno de sus naturales exabruptos la señora Martha Chávez, dijo que Kenya Fujimori obtendría una "coraza moral" si la justicia chilena rechazara el pedido de extradición del Estado peruano. Tengo la impresión que además de abyecta la especie, no pasaría de ser sino el gracias que le debe Chile a uno de los más descastados gobernantes antipatriotas que haya tenido Perú.
por Herbert Mujica Rojas
Ha pronunciado uno de sus naturales exabruptos la señora Martha Chávez, dijo que Kenya Fujimori obtendría una "coraza moral" si la justicia chilena rechazara el pedido de extradición del Estado peruano. Tengo la impresión que además de abyecta la especie, no pasaría de ser sino el gracias que le debe Chile a uno de los más descastados gobernantes antipatriotas que haya tenido Perú.
En julio escribí: "Dicho de otra manera, Chile tuvo en el japonés despreciable un aliado magníficamente proditor que le permitió conseguir cuanto convenía a sus intereses geopolíticos, financieros, de toda índole y en cualquier bemol o sostenido. Sin chupilca del diablo, en el país de la loca geografía, el agua y el viento dicen que también se cuecen habas.
Y en mayo del 2005, precisé: "Tres eran las cuestiones pendientes con Chile en agosto de 1998 que debieron ser temas resueltos de manera indesligable y sincrónica. Es decir, todas juntas en el mismo tiempo. A saber, en primer lugar: lograr la ejecución a satisfacción del Perú del Artículo 5to del Tratado de 1929, lo que implicaba modificar el desfavorable curso de acción seguido desde 1985, cuando Allan Wagner era canciller, porque la diplomacia chilena venía haciendo trampa.
En segundo lugar: debía plantearse la cuestión de la delimitación de la frontera marítima para corregir la asimétrica práctica de los paralelos geográficos que por el sur favorecía, también, a Chile. Y en tercer lugar: atender la petición chilena de llegar a un acuerdo sobre protección de las inversiones, interesados como estaban los de La Moneda por proteger a sus connacionales en el Perú.
Es importante subrayar que estas tres cuestiones estaban vinculadas entre sí y una era rehén de la otra, al punto que se tenía conciencia en Torre Tagle que no habría acuerdo sobre ninguna de ellas si no se lograba un trato sobre las tres.
Pero, la "estrategia de negociación" fue un dechado vergonzoso de perdedores, capitaneados por Jorge Valdez porque se siguió la línea que mejor sirvió al interés de Chile. Se concluyó el Acta de Ejecución del Artículo 5to del Tratado de 1929, donde se consagró la tesis chilena. Después se cerró el acuerdo sobre protección de inversiones que, igualmente, favorecía a Chile. Y, por último, la cuestión de delimitación marítima quedó fuera de la agenda bilateral; también para satisfacción de Chile. (Valdez: ¿un perdedor dando lecciones de diplomacia?, mayo 15, 2005)".
El nipón Kenya Fujimori jamás se destacó por su valentía. ¿No se recuerda acaso que su socio y hermano siamés, Vladimiro Montesinos le contó el cuento que lo iban a matar y se escondió por largos meses en una instalación militar? ¿O no se las picó a Malasia cuando las papas quemaban por aquí y envió por fax su renuncia a un puesto para el cual no estaba moralmente calificado? Entonces suponer que volvería por su cuenta, es parte del optimismo ramplón de la señora Chávez, cuyo ejercicio en una tienda política donde no la quieren gran cosa, se ha hecho moneda común. Aún a pesar de lo que le deben por haber sido una de las más grandes cómplices del largo túnel de abusos y desmadres de que fue protagonista el japonés.
En nuestros días de veredictos que consagran ilegalidades y estupideces al por mayor, no causaría sorpresa que la justicia chilena denegara la extradición de Fujimori. Supongamos que no fuera así. Estoy cierto que muchos de quienes han hecho una lotería muy bien pagada su modus vivendi en torno al nipón, estarían de plácemes. El pretexto Fujimori da buenos dólares, perpetúa fortunas de contrabando y hace figuras a no pocos pobres diablos que, de otro modo, no conseguirían superar la congénita mediocridad de que son portadores vitalicios.
¿Coraza moral no señora Chávez? ¡Ja, ja!
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien! ¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera! ¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz! ¡Sólo el talento salvará al Perú!
Lea www.redvoltaire.net hcmujica.blogspot.com Skype: hmujica
Y en mayo del 2005, precisé: "Tres eran las cuestiones pendientes con Chile en agosto de 1998 que debieron ser temas resueltos de manera indesligable y sincrónica. Es decir, todas juntas en el mismo tiempo. A saber, en primer lugar: lograr la ejecución a satisfacción del Perú del Artículo 5to del Tratado de 1929, lo que implicaba modificar el desfavorable curso de acción seguido desde 1985, cuando Allan Wagner era canciller, porque la diplomacia chilena venía haciendo trampa.
En segundo lugar: debía plantearse la cuestión de la delimitación de la frontera marítima para corregir la asimétrica práctica de los paralelos geográficos que por el sur favorecía, también, a Chile. Y en tercer lugar: atender la petición chilena de llegar a un acuerdo sobre protección de las inversiones, interesados como estaban los de La Moneda por proteger a sus connacionales en el Perú.
Es importante subrayar que estas tres cuestiones estaban vinculadas entre sí y una era rehén de la otra, al punto que se tenía conciencia en Torre Tagle que no habría acuerdo sobre ninguna de ellas si no se lograba un trato sobre las tres.
Pero, la "estrategia de negociación" fue un dechado vergonzoso de perdedores, capitaneados por Jorge Valdez porque se siguió la línea que mejor sirvió al interés de Chile. Se concluyó el Acta de Ejecución del Artículo 5to del Tratado de 1929, donde se consagró la tesis chilena. Después se cerró el acuerdo sobre protección de inversiones que, igualmente, favorecía a Chile. Y, por último, la cuestión de delimitación marítima quedó fuera de la agenda bilateral; también para satisfacción de Chile. (Valdez: ¿un perdedor dando lecciones de diplomacia?, mayo 15, 2005)".
El nipón Kenya Fujimori jamás se destacó por su valentía. ¿No se recuerda acaso que su socio y hermano siamés, Vladimiro Montesinos le contó el cuento que lo iban a matar y se escondió por largos meses en una instalación militar? ¿O no se las picó a Malasia cuando las papas quemaban por aquí y envió por fax su renuncia a un puesto para el cual no estaba moralmente calificado? Entonces suponer que volvería por su cuenta, es parte del optimismo ramplón de la señora Chávez, cuyo ejercicio en una tienda política donde no la quieren gran cosa, se ha hecho moneda común. Aún a pesar de lo que le deben por haber sido una de las más grandes cómplices del largo túnel de abusos y desmadres de que fue protagonista el japonés.
En nuestros días de veredictos que consagran ilegalidades y estupideces al por mayor, no causaría sorpresa que la justicia chilena denegara la extradición de Fujimori. Supongamos que no fuera así. Estoy cierto que muchos de quienes han hecho una lotería muy bien pagada su modus vivendi en torno al nipón, estarían de plácemes. El pretexto Fujimori da buenos dólares, perpetúa fortunas de contrabando y hace figuras a no pocos pobres diablos que, de otro modo, no conseguirían superar la congénita mediocridad de que son portadores vitalicios.
¿Coraza moral no señora Chávez? ¡Ja, ja!
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien! ¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera! ¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz! ¡Sólo el talento salvará al Perú!
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