Alfredo Palacios Dongo
La emergencia sanitaria, el colapso de nuestra economía por detenerla, y ahora, con tres presidentes de la República en un solo período 2016-2021 que acrecienta nuestra precariedad y fragilidad instituciona e inestabilidad política, no nos permite enfrentar adecuadamente muchos problemas sectoriales que afectan gravemente a nuestro país. Uno de ellos es la minería ilegal y la vulnerabilidad que se mantiene en la frontera con Ecuador, hace muchos años que esta ilícita actividad amenaza esta zona en el distrito de El Cenepa, región de gran biodiversidad, además se viene incrementando peligrosamente en las riberas del río Cenepa en las comunidades Kayamas, Huampami y Mamayaque.
La extracción de oro ilegal en la Cordillera del Cóndor no es una actividad reciente, desde hace años, las principales organizaciones comunales de la zona, Awajun y Wampis, vienen revelando la presencia de mineros ilegales ecuatorianos en la Cuenca del Cenepa, territorio histórico que fue escenario de un conflicto bélico en 1995, y que durante mucho tiempo ha sido invadida y depredada por el oro que allí existe, lo hacen a través de túneles de hasta dos kilómetros que llegan desde La Herradura (localidad ecuatoriana más cercana a la línea fronteriza) hasta Perú, por donde transportan en sacos minerales extraídos de socavones peruanos los cuales contienen oro entremezclado que es procesado y vendido en el mercado ecuatoriano.
El pasado día 9, Mongabay, organización que trata temas sobre áreas naturales y ambientales, presentó un informe sobre la vulnerabilidad que aún existe en la Cordillera del Cóndor debido a la presencia de mineros ilegales ecuatorianos, denominados “cuñeros”, quienes continúan ingresando a suelo peruano a pesar que en marzo de este año las FF AA y PNP dinamitaron socavones de 200 metros de profundidad al lado de la carretera que llega a nuestro puesto de vigilancia Tambo, también en octubre 2019 dinamitaron otros socavones en el distrito de El Cenepa en inmediaciones de la línea fronteriza, sin embargo, aprovechando la emergencia sanitaria dichos mineros ilegales, los han reabierto.
Bajo este panorama, por tratarse de una zona estratégica de frontera nacional es urgente enfrentar esta situación antes de que adquiera cursos incontrolables. Se debería incrementar, en cantidad y permanencia, el control de los puestos de vigilancia fronterizos, los patrullajes en la línea de frontera, las interdicciones en vías de acceso y los bloqueos de socavones, con la finalidad de evitar que los mineros ilegales ecuatorianos continúen ingresando ilegalmente a nuestro país.
Expreso, 14.11.2020
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