A propósito del Día Internacional de la Mujer se visibilizan las múltiples luchas de las mujeres por avanzar en la igualdad. Las ciudades generan acciones de impacto colectivo y estrategias que denuncian las múltiples violencias hacia las mujeres.
De cara a las próximas elecciones municipales, poco se conoce de las propuestas para trabajar en torno a los derechos de las mujeres. Mientras tanto, en el espacio público y en el privado, las mujeres siguen muriendo, son acosadas, obtienen menos ingresos y terminan siendo más vulnerables a cualquier edad. En un contexto social regional de arremetida fundamentalista antiderechos, es vital y siempre lo fue, la vigilancia de las organizaciones de mujeres y las plataformas de la sociedad civil, atentas ante cualquier situación que vulnere los derechos o amenace con el retroceso.
La Agenda Política de las Mujeres por la Ciudad de Lima, documento colectivo que integra problemáticas y demandas interdistritales y propuestas de alcance metropolitano para que sean atendidas por las autoridades, es un paso hacia la articulación de las organizaciones de las cuatro zonas de Lima alrededor de una misma agenda. Recogemos algunos énfasis planteados por las lideresas de organizaciones de Lima, durante el IV Encuentro Internacional de Agendas de Mujeres por el Derecho a la Ciudad, que debieran tomarse en cuenta en la cercana campaña electoral municipal.
La ciudadanía demanda la garantía de la salud y alimentación para la población escolar a nivel nacional, especialmente en familias de las zonas urbanas menos favorecidas. Junto al nivel de aprendizaje alcanzado, resulta vital hoy, que la gestión entrante pueda garantizar la alimentación y la salud de los escolares de mayor vulnerabilidad social.
Es urgente proteger el derecho a la educación sexual como parte de los aprendizajes esenciales para la vida de las y los estudiantes de todos los niveles educativos. Los gobiernos locales y el Minedu deberán orientar adecuadamente el programa presupuestal existente, para evitar la deserción de las adolescentes, especialmente afrodescendientes, migrantes y embarazadas por falta de educación sexual integral.
La pandemia fortaleció la vigilancia comunitaria en temas de salud, educación y seguridad alimentaria, demostrando el potencial de las lideresas comunitarias para coadyuvar en los aprendizajes escolares, con o sin internet. Un gobierno local comprometido con el proyecto educativo local brindará el respaldo formativo para ellas y para todas y todos.
Por su parte, el sistema de atención a la salud mental de las mujeres y en especial de quienes son víctimas de violencia, requiere estrategias adaptadas a la realidad de cada territorio, sin estandarizaciones, con protocolos según las configuraciones culturales y sociales de cada zona y en ello, el compromiso de los gobiernos locales y en especial las gerencias de la mujer son aliados fundamentales para la supervisión de todos los actores involucrados.
Violencia grave hacia las ciudadanas es la salud pública privatizada que impacta más a quienes menos tienen. La atención gratuita no debe ser un asunto de suerte, sino la garantía del derecho a la salud para todas, todos, todes, cualquiera fuere la condición de salud.
Por otro lado, es urgente que las municipalidades regulen el servicio de cuidado para mujeres cabeza de familia que salen a trabajar. La ausencia de políticas locales de cuidado efectivas, es una forma de violencia social que debe ser discutida y valorada en la vida privada y en el ámbito público, visibilizando el aporte a la economía local. Para inspirar a los candidatos se puede revisar, por ejemplo, las experiencias y reflexiones efectuadas en países cercanos.
Empoderar a las mujeres implica invertir en la educación en el espacio comunitario, desarrollar estrategias de adaptación a las nuevas tecnologías y medios para el emprendimiento, tomando en cuenta las reglas de juego de la virtualidad. La falta de acceso a internet es hoy una barrera grave que requiere una gestión municipal creativa capaz de dar soluciones tecnológicas de acceso y laboratorios de negocios con facilidades adecuadas a ello.
Las lideresas que están al frente de sus comunidades, no pueden estar desvinculadas del sistema educativo “formal” pues son un agente educativo potente, creíble y fundamental para la sociedad. Las verdaderas influencers. Por ello, formarse en tecnologías no es una cuestión generacional ni suntuaria, sino un derecho para lograr autonomía.
Los espacios comunitarios que albergan múltiples servicios, comedor, aula de clases multinivel, espacio de organización vecinal, son también un lugar para el desarrollo de capacidades y liderazgos y especialmente el cultivo del talento humano de nuestra ciudad.
Un gobierno local comprometido con las mujeres puede desarrollar, más allá de lo productivo, procesos de educación comunitaria y técnica en alianza con entidades educativas locales como Centros de Educación Técnico-Productiva (Cetpro) e institutos.
Las organizaciones de mujeres seguirán vigilantes para evitar retrocesos en los derechos, sin embargo, el desafío de los nuevos gobiernos locales es escucharlas, trabajar en articulación con las organizaciones, tomar nota de las propuestas y emprender sus planes con el mismo entusiasmo que cada 8 de marzo congrega a todas las organizaciones de la ciudad y a las plataformas que las respaldan, para que nuestras luchas sean una sola.
desco Opina – Regional / 18 de marzo del 2022