¿Estamos ante el regreso de los psicosociales para distraer de los actos de corrupción como en la época del ultradelincuencial y criminal gobierno de Alberto Fujimori? ¿Qué significa la aparición de pornografía en diversas audiencias judiciales, incluso en una de máxima importancia como la desarrollada por un caso contra el presidente Pedro Castillo?
Así pareciera. Hay que tener en cuenta que esta semana, mientras la gente estaba distraída con el partido de repechaje del Perú contra Australia, Vladimiro Montesinos era retirado del penal de Ancón para regresar a su celda de la Base Naval del Callao.
Claro está, esto no fue dispuesto por el gobierno, sino por orden judicial, a pedido de la defensa de Montesinos, solicitud que se explicaría porque en Ancón este delincuente no gozaba de las gollerías y complicidades de las que disfrutaba en la Base Naval.
Cuando se hizo público que había personal que permitía a Montesinos llamadas telefónicas a su gusto, con las cuales había interferido en las elecciones en favor de Keiko Fujimori, las autoridades anunciaron investigaciones, sin embargo parece no estar claro si se sancionó debidamente a los responsables de tal complicidad, no sólo de los perpetradores sino de posibles altos mandos que lo habrían permitido.
Si hay un plan de impunidad para dichos corruptos de la Base Naval, la Fiscalía no lo aclara y en el Congreso parecen estar interesados en otros asuntos y no en esto.
Pero el panorama político se está manchando no sólo con estas incursiones pornográficas en las audiencias del Poder Judicial, sino por otros hechos, como la supuesta amenaza contra la presidente del Congreso María del Carmen Alva, pues la amenaza podría no ser tal, porque a ella le queda poco tiempo en la mesa directiva e incluso hay denuncias contra ella, hasta por sedición, sin contar con sus inefables exabruptos que la hunden en el descrédito.
Siendo esto así, no es muy creíble una seria amenaza contra una parlamentaria que es ya casi un cadáver político, la cual además cuenta con buen resguardo. ¿Por qué no podría ser una maniobra de su entorno para victimizarse y subir su aprobación, o un psicosocial castillista para distraer sobre las denuncias de corrupción contra el mandatario?
Otro signo de distracción es la acción del propio Ejecutivo al declarar feriado el día del partido de la selección peruana, este lunes 13 de junio, haciendo caso omiso de las recomendaciones de importantes actores económicos.
¿Qué estamos esperando, que otra vez se detecte que Montesinos hace de las suyas para que recién se formen delegaciones parlamentarias para visitar la Base Naval? ¿Por qué no se exige resultados y sanciones contra el personal que fue cómplice de Montesinos?
¿Cuál será el siguiente psicosocial?