Herbert Mujica Rojas

Más allá del centralismo capitalino geográfico, comercial y patético cuanto que político, hay una malhadada forma de leer con ojos limeños, al resto del Perú. ¡Aquí no pasa nada porque ya juramentó Dina Boluarte que se olvidó de anunciar el adelanto de elecciones generales para que los inefables del Congreso se vayan a su casa de una buena vez!

 

marchas cierre congreso dic 2022



¿Por ser ciudadanos de provincias, tienen menos derecho a manifestar su repudio al cada vez más inestable gobierno de la legisladora Dina Boluarte? ¿Y a que la PNP actúe con inusitada fuerza y hasta odio porque llegan del interior?

Una sola oración retrata la imbecilidad limeña, refiriéndose a Boluarte: “por lo menos tiene mejor presencia que Castillo”. No extraña pues que en Perú llueva para arriba si los que tienen mando o gobierno, sufren de tanta estrechez cerebral.

En las últimas 48 horas las protestas se suceden con velocidad potente.

¿Por qué no anunció el adelanto de elecciones generales la presidente Boluarte? ¿Tiene capacidad para notificar al país de esa ineludible obligación? ¿O está mediatizada por los grupos golpistas de derecha que amablemente disiparon acusaciones o denuncias de la hoy jefe de Estado? ¡Las cosas claras y el chocolate espeso!

Tal como ha adelantado el estudioso Ernesto Mori, las provincias han ganado su autonomía integral y desarrollan cultura, política, intercambio y evolución con incidencia local y con absoluta prescindencia de Lima que ya no sirve ¡ni de referencia! ¿Por eso son menos peruanos que los que viven en la hacinada metrópoli capitalina?

La adocenada, soberbia, blancoide y pagada de sí misma lectura limeña del resto del país guarda entre sus múltiples fracasos, uno singular y gravísimo: la tragedia de una Nación. Lima al pretender “representar” al Perú creyó poder anular la prodigiosa inventiva y orgullo del resto del país.

Los grupos protestantes que no obedecen a partidos políticos, hoy en ruinas, están arribando a la capital para evidenciar su militancia y presencia contra lo que consideran el ultraje de los sectores tradicionales, mandones, torpes y poco inteligentes.


Más allá de Lima hay un Perú inmenso, digno de sus antepasados y feraz en la creación de su futuro. La dominación ejercida con mano dura desde Lima, fue superada en calidad y rapidez por los núcleos locales, sin complejos ni cabezas gachas.

¿Llegó la maravillosa calma política con el apresamiento del ex mandatario Pedro Castillo? La especie forma parte de la colección de tonterías que se enuncia vía los miedos de comunicación. Pretenden comunicar que todo está normal pero se desgañitan tratando de minimizar la protesta que crece aceleradamente.

Mientras exista un Congreso con rotundos niveles de repudio, continuará la tensión política que tendrá en el adelanto de elecciones una válvula indispensable. Los Montoyas, Juárez, Chirinos, no concitan adhesión de ninguna especie. Muy por el contrario……..

No se confiesa pero es de una patente realidad: la aparición de nuevos líderes, hombres y mujeres, sobre todo del interior, con sus acentos, formas de pronunciar, simpatía o valentía a raudales, cuyo protagonismo opaca a las vacas sagradas que sienten la amenaza y por tanto, también “repudian” a los novísimos actores. Y esto ocurre en todo orden: periodismo, literatura, teatro, creación ideológica, etc.

El pueblo también vota su protesta con los pies marchando por sus convicciones por calles y plazas. Esas banderas rojiblancas fueron ondeadas al tope en más contiendas en ciudades indómitas durante nuestra historia. Otra cosa es que se pretenda conocer poco de estos acontecimientos.

Esos hombres y mujeres deben ser tratados como iguales, hermanos y tan dueños del Perú como cualquiera de nosotros. Y habrá que hacer entender a los cabeza duras que la historia es así, la hacen los pueblos, desde la sagrada capa telúrica hasta las creaciones heroicas.

Urgente adelanto de elecciones, un gabinete con patriotas disciplinados y una nueva forma de entender la política como arma de concertación, discrepancia pero altura de grandes vencedores.