Herbert Mujica Rojas

El señor Alfonso Bustamante Canny fue elegido presidente de la Confiep (Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas), la muy recordada entidad que apoyó a rabiar a Fujimori y que celebró todos las medidas de la dictadura. Importante no olvidarlo.

 

Alfonso Bustamante Canny


Imposible esperar que don Alfonso nos transmita otro mensaje que el que sigue:

“El modelo económico ha sido un éxito. El Perú ha crecido más que el promedio mundial, más que el promedio regional. Sin embargo, lo que ha fallado monumentalmente en los últimos años es la transferencia de parte de esa riqueza a las poblaciones más vulnerables.”

Si usted quiere un promedio junta a alguien que gana al mes S/ 3 mil soles y a otro que recibe S/ 25 mil. Los suma, S/ 28 mil y divide entre dos para sacar la media engañosa: S/ 14 mil. Los guarismos también pueden servir para dar resultados inexactos.

Si el modelo económico (Constitución de 1993, predominio absoluto del capitalismo salvaje, menos que minúscula capacidad del Estado, reino majestuoso de la empresa privada y sus contratos de estabilidad tributaria) ha sido un éxito, entonces, ¿por qué hay tanta pobreza en todas las regiones del Perú?

¿Quiénes han mantenido el modelo con predominio de empresas de servicio, sin modificación alguna y abusivos e intocables estructuras tributarias que además, con los abogángsteres a su servicio, no pagan los impuestos y hacen prescribir las deudas? ¿No son las grandes empresas del “modelo exitoso”?

Con las restricciones de 1993, los trabajadores fueron minimizados en sus reclamos, declarados improcedentes sus protestas y sus herramientas gremiales cuasi desaparecidas o hundidas en cerros de documentos judiciales de nunca acabar.

Los grandes mercantilistas se quedaron con los bolsillos llenos porque, lo ha dicho Bustamante Canny, falló “la transferencia de parte de esa riqueza a las poblaciones más vulnerables”.

A confesión de parte, relevo de pruebas.

Cuando los señorones dan sus discursos desde las “muy altas tribunas” a las que acceden como parte de un sistema vilmente abusivo, y con la ayuda de sus decenas de agentes y consultores en comunicaciones, pretenden sembrar quimeras y eludir las graves responsabilidades que les tocan a ellos.

Y nos comunica don Alfonso:

“Vamos a tener una actitud propositiva con todos los gobiernos que nos toque lidiar, y me refiero al nacional y los subnacionales, pero también vamos a estar vigilantes de que no se mantenga el statu quo, realmente se necesita el cambio. El Perú necesita cambios y no los cambios de Constitución o estos que hemos visto que no se necesitan para lograr resolver los problemas profundos del Perú. Todos los gobiernos que tengan los intereses alineados con ello, con reducir las brechas de la pobreza, con poner al ciudadano al medio, con ser promotores del crecimiento y no de la destrucción. Con ellos vamos a ser propositivos y con los que no lo sean vamos a ser muy críticos.”

Nótese el contrabando. Confiep va a estar con los “cambios” que ellos aprueben y lidiarán (¿alguna vez lo hicieron?) con cualquier gobierno. Entonces, la opción de nueva Carta Magna en medio de la ensalada verbal, es nula porque ellos lo dicen. Es decir, el predominio abusivo, frontal e inamovible de la Constitución de Fujimori y el reino del abuso, seguirán tal cual.

¿Qué sabe la Confiep o sus asociados de los problemas profundos del Perú?

¿Qué acciones ha emprendido para sancionar ejemplarmente a Repsol, la Confiep? ¿Tiene algún interés siquiera simbólico en los miles de hombres y mujeres que han perdido sus fuentes de ingresos? ¿Da un centavo la entidad empresarial contra la contaminación criminal en que ha incurrido Repsol en Ventanilla y algo más al norte?

En su bla, bla, bla, bien elaborado para decir poco compromiso y mucha y gárrula sinfonía, don Alfonso agrega: “En realidad, en todo momento la mayor responsabilidad de la empresa privada es con la salud de sus empresas (…). Hoy la responsabilidad de los empresarios, en la medida que se vayan consolidando los anillos de responsabilidad de sus empresas, va subiendo. En primera línea, está la responsabilidad con sus trabajadores, el trabajo digno, justo y competitivo. Después, está la responsabilidad con sus clientes, sus proveedores, sus accionistas, pero también con la comunidad que los rodea. También en la medida que nos hacemos partícipes de la economía nacional tenemos un rol propositivo, sino peligra el modelo en el que vivimos, peligra el crecimiento del país y que millones de peruanos regresen a la pobreza (…). Un buen ejemplo es el sector agroexportador.”

Proteger el modelo que siempre celebraron, el de 1993, porque pueden peligrar sus ingresos y lo demás es parte del poema y ¡sanseacabó!

 

10.03.2023
Señal de Alerta-Diario Uno