La defensa a troche y moche que ha emprendido públicamente el Contralor General de la República, Nelson Shack, de la presidenta Dina Boluarte, ha sorprendido a mucha gente. Pero no es tan misterioso el asunto.
El señor Shack hace largos meses que está en campaña por permanecer en el cargo y Fuerza Popular ha presentado un proyecto de ley con esa orientación expresa: que el actual titular de la CGR, permanezca como tal, hasta que se nombre su reemplazo.
Dicho proyecto de ley 3523-3022 ha sufrido varios baches, marchas y contramarchas, y ahora está listo para ser tratado en cualquier próximo pleno.
El peruanismo chaleco (protección antibalas) designa a los que hacen de guardaespaldas o fungen cuidar a alguien en particular, en este caso, Dina Boluarte.
Innecesario agregar que la institución que mora precariamente en Plaza Bolívar se transforma en una caja de Pandora y obsequia con cualquier cosa al país. No es casualidad que la opinión pública otorgue un magrísimo respaldo a lo que haga, o no haga, el Parlamento.
Nótese que el tándem entre Congreso y Ejecutivo tiene que ver con el criollísimo toma y daca: Shack se queda un poco más y por eso defiende a Boluarte. ¡Y todos felices!
Pero el señor Shack, tan activo para sus campañas de propaganda, ha omitido dar cuenta de la Resolución de Contraloría No. 328-2015-CG en torno a la Presentación, procesamiento y
archivo de las Declaraciones Juradas de Ingresos de Bienes y Rentas de los funcionarios y
servidores públicos del Estado.
En esta Directiva, cuando se refiere a Bienes Muebles del Declarante y Sociedad de Gananciales, hay una nota inequívoca que dice así: “Pintura, joyas, objeto de arte, antiguedades (valores mayores a 2 UIT por rubro).
¿Mintió u omitió o no conoce la Resolución No. 328-2015-CG el titular de la Contraloría Nelson Shack? El asunto no es deleznable, por el contrario, es una gruesa tapadera para pasar por alto el mayúsculo yerro de la presidente Boluarte.
¿Quién propone la terna o al candidato o candidata al puesto de Contralor General?: ¡presidencia, o sea Dina Boluarte! ¿Quién está haciendo de chaleco a la titular de Palacio?: el contralor Nelson Shack. ¿Qué entidad confirma o desecha la moción?: el Congreso.
El asunto, hoy con la adición de un contralor metido a chaleco antibalas de Boluarte, presenta imágenes bastante cuestionables. Como en Fuente Ovejuna: ¡todos a una!
El contralor con su ley puede quedarse hasta que su mandato culmine el próximo julio y con la posibilidad que su defendida lo proponga nuevamente y sus amables amigos del Congreso le obsequien su ley y prolongación. ¡El trípode perfecto!
Doña Dina se ha metido, por una frivolidad boba, en un lío del cual puede salir muy mal parada y hasta licenciada de su cargo en Palacio. No es suficiente que un contralor sumamente cuestionado, le eche un salvavidas.
Aunque al Congreso, doña Dina y al contralor, les importe muy poco el fiel cumplimiento de las leyes, directivas y resoluciones, estas existen y solo como muestra, vemos que el contralor hizo tabla rasa de una disposición que menciona a las joyas como obligación de dar cuenta. ¿Fue pura casualidad o no la vio adrede?
En efecto, el mismísimo contralor ocultó información sustancial en su Declaración Jurada de Bienes y Rentas, al asumir el cargo. Como es de verse su falta de apego a lo que dicen las normas, en el caso presente que nos ocupa o en otros también importantes, ya es una conducta en el señor Shack.
¿Cómo es que lo antedicho, irregular y nunca refutado por él mismo, esté pasando desapercibido ante la opinión pública, el Congreso y la presidencia?
Por si las moscas, el señor Shack ha firmado un documento de nombramiento que tiene importancia en la coyuntura de su salida o eventual permanencia en el organismo de control.
Su secretario general, Luis Miguel Iglesias León, se ha hecho cargo de la Vicecontraloría de Integridad y Control. El señor de marras posee un título universitario expedido por una institución que no es reconocida en el mismo Estados Unidos. Y tampoco en el Perú.
El control sobre la Contraloría que ejerce su titular, Nelson Shack Yalta, es total, amén que disfruta del raro privilegio de tener primeras planas en la prensa concentrada que no analiza mayormente sus actividades, solo las propagandiza.
Para no pocas personas el tema del reloj Rolex de doña Dina es una fruslería. Y no les falta razón. El tema es un asunto de contabilidad, si la señora fue funcionaria de Reniec, es casi imposible que sufragase con ese sueldo, joyas que cuestan varios miles de dólares.
Entonces recordemos la sentencia: la mujer del César, no sólo debe serlo, sino parecerlo.
Amén.
20.03.2024
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Señal de Alerta
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