Perú. Ni espectadores ni neutrales
Perú. Ni espectadores ni neutrales
(A propósito de virajes)
Por Gustavo Espinoza M. (*)
Los sucesos de Cajamarca y el proyecto minero Conga generaron, finalmente, la primera crisis política en el gobierno de Ollanta Humala. Su desenlace fue la caída del Gabinete Lerner y la renuncia de 10 ministros, que fueron retirados de sus cargos en una acción que no ha sido suficientemente explicada. La situación se tornó tan complicada que muchos de quienes respaldaron inicialmente al mandatario, optaron por tomar distancia o, incluso, cambiar de bandera y hablar en forma inmediata de un “viraje”, cuando no de una “alevosa traición” a las promesas hechas en la campaña electoral por el Presidente Nacionalista. Incluso aliados más antiguos de Humala se apartaron —o fueron apartados— de sus cargos en lo que la prensa reaccionaria consideró una suerte de “razzia” antiizquierdista. Hoy, quince días después del desencadenamiento de la crisis bien puede decirse que la situación volvió a su punto inicial, sólo que —por cierto— en otras condiciones.