A poco de conmemorarse el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el próximo 25 de noviembre, es importante referirnos a la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres en el Perú y, específicamente, en Lima Metropolitana. Sin duda la crisis actual generada por el COVID-19, ha afectado gravemente a las mujeres durante los meses de cuarentena, muchas de ellas se han visto obligadas a convivir con sus agresores y sido desprotegidas, no solo del amparo legal, sino también del cuidado en su salud sexual y reproductiva, debido al colapso de nuestro sistema sanitario y a la atomización de la administración pública. Aun en estos días, culminada ya la cuarentena, somos testigos de la organización de las mujeres en muchos barrios de Lima, sosteniendo ollas comunes y conformando comités de salud comunitaria, espacios en los que participan no solo mujeres adultas, sino también niñas y adolescentes que a su corta edad han tenido que lidiar con el desamparo e indiferencia de las autoridades.
Rocío Ferrel
Muchos podemos condenar la vacancia presidencial invocando la incapacidad moral permanente, pero en realidad hay culpables de ello, quienes precisamente ahora se rasgan las vestiduras y azuzan a los jóvenes a marchar exponiéndolos a ellos y sus familias a los contagios por la pandemia y a que nos coja una segunda ola de coronavirus.
La decisión congresal de vacar al Presidente Vizcarra abre un nuevo capítulo de la profunda crisis política que nos agobia desde hace ya varios años. Por la fuerza de los números, 105 votos, se impuso una decisión definitivamente inconstitucional, una suerte de golpe blando cuya naturaleza no cambia por el allanamiento del exmandatario que, a juzgar por su intervención de defensa en el Parlamento, tenía ya entonces claro el final de una película, que una semana atrás, tanto él como el país no creían posible.